Volga Boatmen by Ilia Efimovich Repin (1873)
Yo pensaba: ¡cuántas gentes satisfechas y felices hay en realidad! ¡Qué fuerza tan aplastante es ésta! Fíjense ustedes en esta vida: el descaro y la ociosidad de los fuertes, la ignorancia y bestialidad de los débiles, y por todas partes pobreza intolerable, estrechez, degeneración, embriaguez, hipocresía, falsedad… Mientras tanto, en todas las casas y calles silencio y tranquilidad. De las cincuenta mil personas que viven en la ciudad ni una sola grita o protesta en alta voz. Vemos a los que van de compras al mercado, comen de día, duermen de noche, a los que dicen sandeces, se casan, envejecen, entierran amablemente a sus difuntos; pero no vemos ni oímos a los que sufren, y lo horrible de la vida transcurre entre bastidores. Todo está en silencio, en calma, y la muda estadística es la única que protesta: cuántos se han vuelto locos, cuántos barriles de vodka se han bebido, cuántos niños han muerto de inanición… Y, según parece, ese estado de cosas es necesario; está claro que el hombre feliz se siente a gusto sólo porque los infelices llevan su carga en silencio, y sin este silencio la felicidad sería imposible. Es una hipnosis colectiva.
Antón Chéjov
Las grosellas, 1898