Leyendo una antología de poesía

Por Igork

En las manos de los mejores de. Y paso páginas, más que leer, rastreo. Soy insoportable, soy un borracho, soy el morro molesto, el lápiz de colibrí, el catador que se niega a pagar por el vaso manoseado. Soy un lector. ¿Por qué faltan tantos buenos si sobran todos estos medianeros que me abruman la noche de abril? Quisquilloso, huraño y cansado, los leo, preguntándome quién juzga al juez si es justo tirar por lo penal para pedir responsabilidades por miopía, tontería, por tanto táctico de amigos y conocidos y, ¡oh Dios!, por ahogar e ignorar ensombrecer y acallar los buenos versos que habitan en la meseta del olvido.
Y suerte que por allí, entre tanta ruina, como un gran falo, olfateé de nuevo a Gil de Biedma, ¡arriba!

Jaime Gil de Biedma

Leyendo una antología de poesía