Leyes contra la islamofobia

Publicado el 11 marzo 2017 por Cronicasbarbaras

En democracias como Alemania, Dinamarca, Suecia o Canadá prevén crear leyes contra la islamofobia, aunque ya, a demanda de países y organizaciones mahometanas, hay jueces que han dictado condenas por racismo y xenofobia contra quienes calificaron esa religión de bárbara, incitadora al asesinato y similar al nazismo.

Como si una creencia religiosa que sobre todo trata de imponer un feroz sistema político totalitario entregado a su dios  tuviera que ver con una raza o con un origen geográfico.

Hace unos días en el carnaval de Las Palmas de Gran Canaria apareció una Drag Queen como Virgen María con gestos y frases procaces, una ofensa a los sentimientos religiosos recogida en el Art. 512 del Código Penal; el fiscal abrió diligencias en contra a petición de la Asociación de Abogados Cristianos.

La causa seguramente no prosperará, igual que la del asalto previsto como un delito mayor de la podemita Rita Maestre, portavoz podemita del Ayuntamiento de Madrid, a una capilla en la Universidad Complutense: deberían derogarse ese artículo y otros anteriores afines porque ningún juez quiere aplicarlos.

Drag Sethlas “triunfó en los votos, y triunfó con los aplausos de una muchedumbre enardecida”, dijo expresando “el mayor dolor de mi vida” el obispo de Canarias, Francisco Cases, sabedor además de que la mayoría de los que aclamaron al travestí son católicos.

En el mundo islámico unas simples caricaturas de Mahoma provocan innumerables fatuas condenando a muerte a sus autores obedeciendo la ley divina, no humana.

Los caricaturistas daneses viven desde 2005 escondidos porque hay islamistas acechando para asesinarlos; añádanse los doce parisinos masacrados en el ataque al “Charlie Ebdo” en 2015 por razones similares; nada de bromas con el vengativo Alá.

Que las democracias vinculen racismo y xenofobia al rechazo a una religión plagada de yihadistas señala la cobardía de quienes legislan sin respetar los valores occidentales de tolerancia y libertad, y uno de cuyos orígenes, el cristianismo, es objeto de un odio muy aclamado y creciente en los actos públicos de los mismos cristianos.

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SALAS