Lianas

Publicado el 08 abril 2010 por Hache

Hace poco decía que había conseguido un libro de esta autora; y lo conseguí porque, investigando un poquito en internet, lo encontré en una librería de viejo de Barcelona, le pedí a un amigo que vive allí que me lo trajera para ahorrarme los gastos de envío y cuando nos vimos a los pocos días se marcó el detallazo de regalármelo.
Como se puede leer en la página de escritores de extremadura: Isla Correyero (...) representa la vertiente social y reivindicativa de la poesía de la experiencia. Su lenguaje cruel, en ocasiones, y directo hace de sus poesías auténticos disparos poéticos. Isla Correyero eleva la poesía coloquial a testimonio del mundo que la rodea. Profundamente consciente de su género y lo que ello supone, hace una poesía sin concesiones, radicalmente nueva, cuyos contenidos son absolutamente actuales. Su concepción de la poesía es bien clara: no puede la poesía ser divagación sobre el mundo, no quiere reflejar el mundo sino cambiarlo. Su poesía tiene mensaje y pretende remover la conciencia del lector, lanzarle largas reflexiones.
Dejo aquí un par de poemas del libro.
LAS MEDIAS BLANCAS
XXTengo unas medias blancas de encaje que me pongo
cuando me visto el traje negro de los recuerdos.
Son unas medias finas, hambrientas de fantasmas
que hacen juego con pájaros interiores, oscuros.
XXLas piernas, penetradas por estas bocas blancas,
levemente se abren con signos vegetales.
Los hilos amanecen mi piel,
brotan, perdiéndose,
entre los elevados pensamientos más íntimos.
XXEn derredor: imágenes de ocupación pelviana,
soberbias latitudes desde el puente atestiguan
la entraña y las enaguas levantadas al vuelo.
XX¡Qué holgada está la tela de la falda de flores,
la rodilla suavísima con olor a naranjas!
XXPor los muslos se agrandan los dibujos henchidos,
son copos invisibles calcinando altas cumbres.
Me infunden sobresaltos, me clavan dulces flechas,
tan finas son las mallas que saltan los engarces
y hasta el ocre desierto los poros me rezuman
feroces destinos, presagios entreabiertos.
XXSiento flores y manos crecer entre las piernas
y más arriba el musgo
tapando el azulón vellón de la albufera.
XXNo podía ponerme estas medias sabiendo
la gracia que se esconde, generosa en tu boca.
Espumosas persisten, sin causa me rodean,
temibles de tu roce, sin fatiga,
explorando.

EL SILENCIO

XXTodo el silencio de mi vida
está encerrado en un grano de ámbar.
XXTodo lo que callé y aún callaré
está escondido allí.
XXLa sola voz desnuda que me obliga al secreto
y ni lágrimas vierte ni impaciencia,
es un punto negro dentro del amarillo fulgor
que el alma tiene,
una extensa planicie de oro en el desierto,
esférica y helada
con un solo habitante en su interior:
un pájaro gigante, muy lejano,
atrapado en la quietud de la resina,
derretidas las patas por el tiempo
y la mirada ingenua del que muere inocente.
XXTodo el silencio cabe en un segundo,
en un sueño,
en una seña,
o en el último estertor junto a otra boca.
XXPor eso escribo sin violar las leyes del silencio,
con la tristeza en flechas arrancadas del labio,
escarchada en cristales de azúcar y aguardiente
cual ramo de anís en la botella blanca
o faisana soñando solitaria
en los bajos espumeros de la sal.
XXTodo mi reino está rayado a esmeril
y es pasto del olvido,
costa brumosa surcada de aguanieves,
intenso mar que vive en mí
xxxxxxxxxxxxxxxxxxcon la niebla y la sombra.
De sus playas extraje todo el ámbar,
de mi azotado corazón, todo el silencio.
Correyero, Isla. 1988. Lianas. Madrid, Ed. Hiperión.