Extracto de Mi Diario de Viajes:
Negociamos con un taxista local el precio para visitar los monasterios más importantes del valle de Qadisha, declarada la zona Patrimonio de la Humanidad en 1998.
Bajo un paisaje frondoso y espectacular nos adentramos en Deir Mar Elisha, un bello monasterio enclavado en la roca pero situado más abajo todavía de Bcharré. Aquí se fundó la primera orden maronita, en 1695, la que reconoció la iglesia romana católica, pero el edificio data de siglo XIV, ya entonces era la sede de un obispado maronita. En el año 1991 lo restauraron y fue convertido en museo.
Las vistas del valle son impresionantes. Nos encontramos a 1900 metros sobre el nivel del mar. Al otro lado opuesto del valle se encuentra ubicado el Deir Mar Antonios Qzhaya, el monasterio más grande de toda la zona, aún dedicado al culto. Desde el siglo XII ha funcionado ininterrumpidamente. Aquí fue instalada la primera imprenta de Oriente Medio. Hay un museo con objetos religiosos, así como la antigua prensa que se utilizó en su día para publicar los salmos en siríaco.
Lo que más me llama la atención es la cueva de San Antonio, llamada también “la cueva del loco” donde aún podemos ver las cadenas que se utilizaban para atar a locos y dementes o bien a poseídos que eran trasladados por sus familiares hasta el monasterio con la esperanza de que el santo los curara mediante un milagro. s un lugar tétrico y hace mucho frío. Uno de los monjes se encuentra en el interior, está encendiendo la cueva con una antorcha, ¡que repelús!
¿Cómo serían aquellos caminos de antaño para poder llegar a los monasterios cuando entonces no existían carreteras? Llegar a ellos sería realmente una proeza. ¡Sólo los más fieles podían retar a la naturaleza con esas gargantas y desfiladeros tan profundos!
George, el taxista que nos acompaña para ver los cedros sagrados. Muchos de estos árboles tienen cientos de años. Incluso alguno llega a rondar los 2000 años y han alcanzado una altura de 35 metros. Pero sólo quedan un par de reservas en todo el Líbano con escasos cientos de árboles que se encuentran protegidos por la Unesco ya que la explotación masiva durante siglos ha hecho que disminuyera notablemente.
Desde la época de los fenicios se exportaba a otros países de Oriente Medio y al Mediterráneo. Su madera también era utilizada desde hace miles de años en Egipto para la construcción de sarcófagos y navíos.
El cedro es el símbolo nacional del país. Su bandera es representada con este árbol sobre un fondo blanco y dos franjas rojas en los extremos.