Libano: historia de una cantera romana

Por Merche_62
Fecha del viaje: Junio 2010
Extracto de Mi Diario de Viajes:
Subimos el puerto de montaña con el antiguo Mercedes de color azul cielo que conduce nuestro taxista George, un hombre sencillo y alegre que nos entretiene contando historias por el camino.

Nos encontramos a 1900 metros sobre el nivel del mar y traspasamos el puerto de montaña de la Cordillera del Monte Líbano. Desde aquí vemos las fantásticas vistas del valle de Qadisah dejando atrás el pueblo de Bcharré.

Entramos en el Valle de la Bekaa donde el paisaje cambia de forma sorprendente, es mucho más árido. Nuestro destino final es Baalbek, famosa ciudad por poseer las ruinas romanas mejor conservadas del Líbano y de Oriente Medio. 

A la llegada a esta ciudad podemos apreciar banderas de Hezbollah junto con propaganda de esta organización islamista del Líbano, grupo que se creó debido a la ocupación israelí. Actualmente permanece en las listas de Estados Unidos apoyados por otros paises como grupo terrorista .

Preguntamos alojamiento en el hotel Júpiter, que se encuentra justo enfrente de las ruinas donde nos ofrecen una modesta pero amplia habitación que da a un patio principal, negociamos un precio módico y razonable para todos a pesar de costarle un berrinche al encargado y lanzarme improperios en inglés.

Después de tomar un buen desayuno recién hecho y calentito que nos cocina una buena mujer en plena calle, nos vamos a visitar la antigua cantera romana donde yace un enorme pedrusco. Subimos a él y en la cima se encuentra la bandera del país. Un buen hombre, Abdul, se ocupa de mantener la cantera limpia, nos entrega un folleto explicativo sobre este lugar.
La “piedrecilla” pesa tan sólo 1000 toneladas, hace 45 metros de largo y se encuentra tumbada de forma inclinada. Los romanos de aquella época quisieron utilizar el monolito como pódium para el templo de Júpiter, pero éste nunca fue levantado y la gran masa de piedra quedó en la cantera. Durante la guerra, se convirtió en un lugar de desechos.

En el año 91, este sargento ahora retirado de la Armada, empezó a limpiar la zona pero también quiso obtener el permiso del gobierno para hacerlo en el caso de que alguien le ordenara de parar. Tuvo que esperar diez años para conseguir dicho permiso.
A dia de hoy, Abdul Nabi Al Afi, sigue ocupándose de la cantera evitando que la gente siga utilizándola como basurero, incluso hay árboles y plantas que surgieron una vez el lugar fue limpiado. Aunque no sabe bien por cuanto tiempo va a ocuparse de su proyecto, de momento ha podido montar una pequeña tienda de souvenirs donde controla la entrada y da la bienvenida a los visitantes.

Abdul Nabi vive de una pequeña pensión que le dejó el gobierno y de las propinas que obtiene de las visitas y las pequeñas ganancias de su tienda de souvenirs. Nos ofrece café a forma de bienvenida y gustosamente aceptamos.
A pesar de que sus vecinos se mofaban de él pensando que se había vuelto loco( incluso llegó a pedir un pequeño crédito bancario para poder llevar a cabo su cometido) el no ha dudado nunca de su proyecto y nosotros agradecemos a Abdul por dedicarse a mantener y cuidar de un lugar que forma parte de la historia.