Trabajar bajo presión reduce nuestras habilidades de pensar con claridad, discernir bien y actuar correctamente. Ejemplos de cómo desconectar del hábito de crear presión y conectar con el poder de la verdad:
¿Es necesario sentirnos presionados?. Francamente, es innecesario. Cuando creemos que algo “malo” o negativo puede ocurrir si no alcanzamos el objetivo o el logro que nos proponemos o nos proponen, nos sentimos presionados. El miedo al fracaso nos genera presión. El temor a ser abandonados nos presiona a cumplir las expectativas de los demás. A veces nos presionamos a nosotros mismos creyendo que un poco de presión es conveniente para lograr lo que queremos, nos proporciona adrenalina y energía. A la larga, este hábito repetitivo de crear sentimientos de presión acaba por dejarnos agotados y con un trancazo.Trabajar bajo presión reduce nuestras habilidades de pensar con claridad, discernir bien y actuar correctamente. Hasta que uno no se da cuenta, no se propone cambiar el hábito. Mientras culpes a las situaciones, a las expectativas de los demás y a las fechas de entrega que te imponen como causantes de tu estrés y presión, poco podrás hacer para cambiar el hábito.Eres tú quien te presionas y permites que el exterior ejerza presión en ti. Puedes llegar a cumplir el objetivo con ansiedad, presión, estrés y un sentimiento de agobio y prisas, o bien puedes cumplirlo con confianza, determinación, entrega, perseverancia, manteniendo tranquilidad y estabilidad emocional. Cómo lo vivas depende de ti.Para aliviar la presión, pregúntate: ¿por qué te sientes presionado?. Observa el sentimiento. ¿De dónde surge?. ¿De qué tienes miedo?. No permitas que el miedo te invada ejerciendo presión, ansiedad y pánico. Descubre qué pensamientos están detrás del sentimiento de presión que sientes.“Quizá no llegaré a tiempo”. “Si no lo entrego a tiempo, perderé el trabajo”. “Si no hago esto, dejarán de apreciarme”. En este tipo de pensamientos existe el miedo a perder algo si no logras satisfacer unas expectativas. Este miedo ejerce una presión que reduce tu capacidad de lograr tus objetivos.
Presión por los compromisos económicosLa creencia que provoca presión es que quizá no llego a conseguir todo el dinero que necesito para cumplir con todos mis compromisos.La verdad que alivia la presión es que sólo puedo pagar con el dinero que tengo, y, si no hay suficiente, simplemente tendré que reducir los compromisos.
Presión por el futuro La creencia que provoca presión es que seguro que las cosas van a empeorar la próxima semana, en los próximos meses, el año que viene.La verdad que alivia la presión es que siempre todo cambia. Siempre hay motivos para los cambios que se producen, y realmente nada empeora, simplemente es diferente.
Presión por las expectativas de los demásLa creencia que provoca presión es que tengo que satisfacer las expectativas de los demás o, si no, perderé su aprobación y eso afectará a mi autoestima.La verdad que alivia la presión es que no “tengo que” cumplir con las expectativas de nadie, aunque puedo elegir hacerlo, y no dependo de la aprobación de los demás para conservar mi autoestima.
Presión por temas de saludLa creencia que provoca presión es que mi salud parece empeorar cada vez más.La verdad que alivia la presión es que todo dolor físico es porque una debilidad, un mal, está yéndose del cuerpo, está disolviéndose y curándose. Por tanto, es bueno. Todo sufrimiento mental y emocional es un mensajero que me dice que debo cambiar algo a nivel de pensamientos, sentimientos y/o estilo de vida.
Presión por los objetivos y ambicionesLa creencia que provoca presión es que tengo que alcanzar mis metas para ser feliz y tener éxito.La verdad que alivia la presión es que puedo ser feliz sin necesidad de lograr mis metas, y sólo cuando soy feliz tiene sentido alcanzar cualquier meta, y lo hago con facilidad.
Y la verdad que alivia la presión en cada caso es que no tienes nada que perder, ya que, en realidad, nada es tuyo.Web de Miriam Subirana