Este es uno de esos sencillos dibujos que, sin embargo, contienen un potente mensaje gráfico. Sólo basta mirarlo un poco para darse cuenta que en el dibujo, así como en otras artes gráficas, se puede decir mucho con poco, sobre todo cuando se pretende hablar de la libertad.
En estos trazos, particularmente, el carboncillo parece sugerir que la libertad no es una condición, sino una actitud, una actitud con la que se puede disfrutar del mundo aunque estemos físicamente privados o impedidos de él.
Procuremos ser almas libres día a día, disfrutemos del mundo.