Por Eduardo Armenteros
Con este artículo de opinión a colación de esta noticia se estrena en LETRA LIBRE el profesor D. Eduardo Armenteros (ver su blog).Lo que está en juego es mucho más que la supervivencia de bastantes colegios católicos.
Se trata de reconocer a los padres -sin ningún constreñimiento ideológico- la libertad para elegir la educación de sus hijos.
Es mentira que sea posible una educación neutra y aséptica. Por eso, cada padre tiene el imperativo ético de elegir la educación que quiere que sus hijos reciban.
El Estado es el garante de que esa libertad sea factible. Y no el "pintor" que "colorea" -hasta hacerla "monocroma"- la educación de un país.
Ningún político se atreve con el cheque escolar. Es decir, a dar a cada padre lo que cuesta el puesto escolar de su hijo (¡son sus impuestos!) para que lo pague en el colegio cuyo ideario más coincide con sus principios y valores.
Pero muchos políticos llevan a sus hijos a los colegios que creen más convenientes. Y tienen derecho hacerlo. El mismo que los demás padres.
Un gobierno socialista en los años 80 hizo la reconversión de los astilleros, los altos hornos, el carbón...
Un gobierno de derechas acaba de hacer la reconversión del sector bancario y del mercado del trabajo...
Algún gobierno -antes o después- tendrá que hacer la reconversión de la educación. Se lo impondrá la demografía y la tecnología.