Mañana 25 de junio Libia celebra las terceras elecciones desde la caída del régimen del coronel Gaddafi. Coincide además con la peor situación política del país desde la llegada de la democracia al país con la segunda ciudad del país, Benghazi, convertida en una zona de guerra. Libia se encuentra dominada por diferentes guerrillas y señores de la guerra, los auténticos poderes en el país norteafricano. El parlamento elegido en las elecciones de 2012 ha demostrado ser ineficaz por el enfrentamiento de las diversas facciones y partidos y por el estancamiento político. En febrero las elecciones convocadas para elegir una Asamblea Constitucional que redactase una constitución para el país han acabado marcadas por el fraude y la violencia y con 13 de los 60 escaños vacíos (se elegían 20 delegados por provincia Tripoli, Cirenaica y Fezzan).
En esta ocasión, y al contrario que en 2012, no se permitirá candidaturas de partidos, sólo candidaturas individuales. En 2012 de los 200 escaños con los que contaba el Congreso Nacional, 80 estaban reservados a partidos y 120 a candidaturas individuales. En 2012 el partido victorioso fue la Alianza de las Fuerzas Nacionales (NFA), coalición liberal que engloba 58 partidos políticos y numerosas ONGs y personalidades. La NFA obtuvo el 48,1% de los votos y 39 de los 80 escaños reservados a partidos políticos. En segundo lugar quedó el islamista Partido de la Justicia y la Construcción (JCP), plataforma política de los Hermanos Musulmanes. Con el 10,3% de los votos obtuvieron 17 escaños. El resto de escaños fueron repartidos entre pequeños partidos, la mayoría liberales. La Cámara de Representantes que se elegirá mañana sustituirá al Congreso Nacional elegido en 2012. A pesar de que en esta ocasión los partidos políticos no pueden presentarse a las elecciones, los candidatos sí que pueden presentarse como miembros de partidos políticos. Otra diferencia con las últimas elecciones legislativas es que se reservará 30 de los 200 escaños para mujeres.
En esta ocasión se prevé una participación muy baja, sólo 1,5 millones de los 6 millones de libios censados se han registrado para votar, la mitad que en las elecciones de 2012. Los combates contra los islamistas en Benghazi, capital del Este de Cirenaica, los enfrentamientos tribales en Sebha, la mayor ciudad de Fezzan y el boicot de los Amazigh, Tuareg y Tobu, en el Oeste de Libia crean una inseguridad que no ayudará a una jornada electoral tranquila y con alta participación.