Libre albedrío en San Agustín. (Por:Pablo Alba)

Publicado el 13 noviembre 2011 por Alfredo


El problema de la libertad en San Agustín viene dado en el marco de disputas sobre el tema de la libertad humana en el contexto religioso, habiendo quienes negaban la libertad del hombre por la omnipotencia de Dios o por las condiciones del ser humano. Un ejemplo sería la secta maniquea, (forma de gnosticismo), de la que participó el mismo San Agustín durante años antes de volver a su creencia católica.
No es que antes no se creyera en la libertad humana, sino que a partir de Agustín cobrará un sentido más profundo.
Como en todo gnosticismo, el conocimiento es el método de salvación del hombre. Así en el maniqueísmo existe una lucha entre el Bien y el Mal o entre la Luz y las tinieblas, siendo el hombre el terreno donde tiene lugar la lucha. La luz estaba relacionada con el Nous o intelecto y el mal con la materia y lo cambiante. Por lo tanto el conocimiento se relaciona con el bien y su ausencia, con el mal. El maniqueísmo niega ninguna posibilidad de libertad humana tal y como la concebimos con el libre albedrío, al ser sólo el sujeto dónde tiene lugar el contraste entre el bien y el mal. Tanto es así que se consideraba el alma humana con una doble sustancialidad, una parte buena y otra mala, y así, al tomar una acción, el hombre era empujado por una de las dos partes más que de la otra y no poner nada de su parte subjetiva.

Como el tema central no es la refutación agustiniana al maniqueísmo sino el concepto de libertad y libre albedrio en S. Agustín, me centraré más en este tema, aunque quiero dejar claro que se funda a raíz de estas controversias al igual que también con herejías internas como con la de Pelagio, que afirmaba la posibilidad de salvación por la voluntad del hombre sin tener en cuenta la intervención divina en su vida.
Al no contentar esta explicación de la condición humana y otras explicaciones en el maniqueísmo a Agustín y una vez dentro ya de la religión cristiana, depuró el concepto de libre albedrío dentro de las discusiones con los otros movimientos mencionados. San Agustín pone entonces la realidad palpable de la libertad humana basándose en las siguientes experiencias:

  • Experiencia de la deliberación previa al acto, debido a que, en vez de la doble sustancialidad negada ya en el cristianismo, hay en el mismo alma diferentes bienes posibles y por tanto distintas acciones movidas por diferentes voluntades.


*Hay que tener en cuenta una vez visto este punto, que en la visión agustiniana y en la cristiana en general no existe el mal ontológicamente hablando, es decir, no existe la sustancia bien ni la sustancia mal en sí mismas, sino que la única, con base esencial, es el Bien, y el mal se origina con el alejamiento de éste, este alejamiento es movido voluntariamente, no es necesario. Así como podría verse que la oscuridad sólo se presenta con la ausencia de luz o el frío con la ausencia de calor, pero no al revés.

  • Presencia de premios y castigos en todos los ámbitos sociales, si no hubiera libertad propiamente dicha carecería de sentido que se valoraran las acciones puesto que si no podemos evitar lo que hacemos no estamos relacionados directamente con las consecuencias.
  • Experiencia del sentimiento de arrepentimiento, por lo ya dicho anteriormente, no cabe arrepentirse de algo si no hemos tenido libertad en la elección.


Por lo tanto y conforme a la religión cristiana el pecado es elegido voluntariamente, entonces ¿Cómo se puede elegir un mal directamente? Como ya he adelantado, la visión que se da es que siempre se elige un bien, sin embargo hay bienes superiores que se relacionan con lo eterno y bienes inferiores que se relacionan con lo venidero y pertenecientes al ego, el pecado entonces, radica en elegir un bien inferior pudiendo haber optado por otro superior, el mal no está en la bien inferior mismo, sino en haber elegido erróneamente.