Por rociosalazarp, desde Chile
Foto por rociosalazarp
Unade las premisas de mi vida es la libertad. Y no es porque en algún momento mehaya sentido atrapada (aunque han tratado de hacerlo sin éxito), es porquepersonalidades como la mía necesitan ese espacio incondicional para decidir quéhacer, cuándo y por qué hacerlo, sin mayores presiones, sin cuestionamientos,sin precedentes de ningún tipo, sin expectativas. Pero hay dos caras de esalibertad que tanto respeto y cuido. Existe la libertad que abraza con fuerzacuando todo ahoga, la que deja respirar profundo llenando los pulmones de oxígeno,esa que te deja ser tú, nadie más que tú. Y también existe esa libertad que condenaa la absoluta soledad cuando es muy estricta, la dolorosa libertad. Es la misma libertad, aunque usted no lo crea.Mehe preguntado una y mil veces si de verdad quiero a esa amiga 24/7 a mi lado,tan pegada, tan absorbente. ¿Existe realmente la libertad absoluta? ¿Es posiblejugar a ser libres en un mundo tan oprimido? ¿Es realmente libertad vivircuidando este estado de libertad?Despuésde pensar demasiado en cómo hacer que mi libertad no me dañe ni dañe a otros,llegué a la misma respuesta de siempre. Si existe la libertad, la quiero todoslos días de la semana y dos veces los domingos. No existe estado másangustiante que el no sentirse libre… libre de pensamiento, libre de espíritu,libre de acción, libre de ser. Claro, seguiré pensando en cómo vivir unalibertad absoluta en una sociedad atada, sin morir en el intento.