LIBREPENSAMIENTO, ADOGMATISMO, ANTI DOGMATISMO, ATEÍSMO Y AGNOSTICISMO EN MASONERÍA. (2ª parte y última)

Por Vguerra
 

La semana pasada publicaba la primera parte de este trabajo: http://www.victorguerra.net/2015/05/librepensamiento-adogmatismo-anti.html , y en esta  ocasión hacemos entrega de la última parte de este extenso e intenso trabajo de reflexión del Hermano Guillermo Fuchslocher de Ecuador. VGG 5. Evolución de las creencias y no creencias en las masonerías El doctor James Anderson, redactor de la Constitución de 1723 de la Gran Logia de Londres, no se imaginó que dicha Constitución sería conocida en la posteridad como “Constitución de Anderson”, que para muchos masones de fuera de Inglaterra ella sería considerada como base de unos “landmarks” o límites masónicos, mientras que su propia institución no solo la reformaría sino que tácitamente renegaría de ella; y que su primer punto, relativo a Dios y a la religión, haría correr ríos de tinta intentando interpretarlo: “I. DE DIOS Y DE LA RELIGIÓN “El Masón obligado por su carácter a obedecer la ley moral, y si debidamente comprende el Arte, no será jamás un estúpido ateo ni un libertino irreligioso. Pero aunque en tiempos antiguos los masones estaban obligados a pertenecer a la religión dominante en su país, cualquiera que fuere, se considera hoy mucho más conveniente obligarlos tan solo a profesar aquella religión que todo hombre acepta, dejando a cada uno libre en sus individuales opiniones; es decir, que han de ser hombres probos y rectos, de honor y honradez, cualquiera que sea el credo o denominación que los distinga. De esta suerte la Masonería es el CENTRO DE UNIÓN y el medio de conciliar verdadera Fraternidad entre personas que hubieran permanecido perpetuamente distanciadas.” (Anderson, s.f., p. 37) Mucho se ha discutido sobre si esta norma implica que no es posible el ingreso de ateos, si se los desprecia llamándolos estúpidos, o si solo los ateos que además sean estúpidos son los que no pueden pertenecer a esta masonería, pero que si lo podrían quienes sean ateos pero no sean estúpidos. Sin embargo, hay una línea de investigación que ha aportado nuevas luces al tema al sostener que el término ateo utilizado en esta constitución en realidad se trata de un mote utilizado en la época para referirse a un tipo particular de libertinos, caracterizados como calaveras, blasfemos, profanadores, a quienes no se quería tenerlos en las logias, por lo que no habría constituido una norma excluyente de los no creyentes en divinidades, exclusión incompatible con el propósito de ser “centro de unión y el medio de conciliar verdadera Fraternidad entre personas que hubieran permanecido perpetuamente distanciadas”. Pero este artículo de la Constitución de 1723, que en el contexto de la misma suele considerarse como devasta, y que para la época constituyó una actitud abierta y tolerante en materia religiosa, se modificó paulatinamente hacia el teísmo con las reformas a dicha Constitución de 1738 y sobre todo con las de 1813. Pero fuera de Inglaterra, este tipo de masonería originada en Londres en unos países se volvió no solo teísta sino cristiana, mientras en otros, especialmente en Francia, evolucionó hacia el absoluto respeto a la libertad de conciencia. Y para reafirmar este principio y ratificar el espíritu inicial de la Constitución de Anderson, en varios países se suprimió de constituciones y rituales la fórmula G:.A:.D:.U:. El Gran Oriente de Francia lo hizo en 1877 y ello originó que la Gran Logia Unida de Inglaterra y otras grandes logias tradicionalistas, desconocieran al Gran Oriente de Francia y establecieran como fundamento de la ortodoxia masónica no la Constitución de 1723 sino la de 1813. En esta materia, la masonería de la Gran Logia de Londres de 1717 es una y la masonería de la Gran Logia Unida de Inglaterra de 1813 en adelante es otra. Con este antecedente, el 6 de septiembre de 1950 la Gran Logia Unida de Inglaterra rompió relaciones y desconoció la regularidad de la Gran Logia del Uruguay y casi lo hace con la de Chile, porque la Gran Logia del Uruguay, con el firme apoyo de la de Chile, convocó a la Primera Conferencia Interamericana de la Francmasonería Simbólica, que se reunió en Montevideo del 14 al 20 de abril de 1947, y en ella se creó la Confederación Masónica Interamericana, CMI, con unos principios que definieron a “la masonería” como un “movimiento filosófico activo”, afirmaron su propósito de estudiar los problemas referentes a la vida humana, reconocieron la posibilidad de mejoramiento humano en un “principio superior ideal” denominado Gran Arquitecto del Universo, no prohibieron ni impusieron convicciones religiosas a sus miembros y rechazaron “afirmaciones dogmáticas y todo fanatismo” (Frau Abrines, 1988, p. 995); todo lo cual ponía en peligro la hegemonía inglesa al estar estos principios en contradicción con las normas de reconocimiento de la Gran Logia Unida de Inglaterra aprobadas en 1929, que establecían como requisitos para reconocer a otras grandes logias, entre otros, “La creencia en el GADU y en su voluntad revelada debe constituir una obligación esencial de la admisión de sus miembros. … Todos los iniciados deben prestar juramento sobre o a la vista del Volumen de la Ley Sagrada (la Biblia) abierto, por el cual se entiende la revelación de lo Alto, que ata la conciencia del individuo particular que se inicia.”(Figueredo, 2015) Vale la pena conocer in extenso  lo que contestó la Gran Logia Unida de Inglaterra, GLUI, a una pregunta de la Gran Logia de Uruguay sobre sus principios masónicos: “Masón es una palabra inglesa; significa Albañil-Constructor que trabaja en piedra y cemento. La Masonería Operativa nació entre estos albañiles en Europa en la Edad Media, bajo los auspicios de los Sacerdotes de la Iglesia Católica Romana. “Entre los Masones de la Edad Media, fue que nació en Inglaterra, UNA FRATERNIDAD PARA SU PROPIA DEFENSA y esta Fraternidad formulaba ciertas Reglas y Constituciones a que cada masón tuvo que conformarse. “ESTAS Constituciones tenían como fundamento y esencia, la Creencia en Dios; la Creencia de que Dios era el Padre de Todos los Hombres y que por ser todos hijos de Dios, todos los hombres eran hermanos y tenían el deber de ayudarse unos a los otros, cuando había necesidad. “En el siglo XVII algunos hombres de ciencia y de inteligencia encontraron en los principios de los masones algo muy atrayente y solicitaron entrada a sus Logias y Misterios. “Eventualmente en el año de 1717, el número de estos miembros aceptados había crecido tanto y las obras de construcción habían disminuido de tal manera, que el número de masones operativos era reducido, que aquéllos tomaron a su cargo y control la organización masónica formando la primera Gran Logia de Londres y establecieron la Masonería tal como la tenemos hoy día, sobre la base original de la Masonería de los Albañiles de la Edad Media y con los mismos fundamentos y principios, es decir, exigieron que todos los hombres que solicitaran la entrada a la Masonería, debía profesar: “1o.- La creencia en la existencia de un Ser Supremo, Dios, invisible, Espiritual y Todopoderoso. “2o.- La creencia de que Dios es el padre de todos los Hombres. “3o.- La creencia de que por ser todos hijos del mismo padre, Dios, todos los hombres son hermanos. “Estos fundamentos de la Masonería Simbólica no permitieron ninguna tolerancia ni libre pensamiento sobre estas creencias, ni en el más mínimo grado y UN HOMBRE LIBREPENSADOR o quien no se conforma con estas creencias NO PUEDE SER MASON. “Todos estos fundamentos rigen hoy día a la Masonería REGULAR Internacional. “La Masonería no es un MOVIMIENTO FILOSOFICO admitiendo toda orientación y criterios ni es una asociación entre los hombres para ayuda mutua y humanitaria. “La Masonería Verdadera es un sistema de moralidad, un culto para conservar y difundir la creencia en la existencia de Dios, de los tres puntos o creencias que arriba mencionamos para ayudar a sus miembros con el fin de regular sus vidas y conducta de acuerdo con los principios DE SU PROPIA RELIGION, sea cual sea esta: cristianismo, budismo, mahometanismo; pero tiene que ser una religión monoteísta que erija la creencia en Dios como el Ser Supremo y tiene que ser una religión que tenga un Libro Sagrado sobre el cual el iniciado pueda prestar su Juramento a la Orden Masónica. Así, para ingresar a la Verdadera Masonería Original, un hombre tiene que conformarse a estas condiciones: de tener la creencia en Dios y tener una religión monoteísta con un Libro Sagrado de la Ley Sagrada. “No se admite ningún Libro de la Ley Moral como substituto del Libro de la Religión. “Y ningún hombre sin religión de tal carácter puede ser masón por bueno que sea. La Masonería es un Culto fundado CON BASES RELIGIOSAS y no admite librepensadores y ateos por buenas que sean su moralidad y conducta. “Para evitar compromisos de cualquier naturaleza los fundadores de la Masonería Universal Original en 1717, tomaron una resolución que existe hoy día, que dice claramente: no está dentro del poder de ningún hombre cambiar o introducir compromisos o modificaciones en estos principios fundamentales de la Masonería -los Landmarks-, es decir, modificación en las creencias exigidas ni en los principios establecidos. Así que, hasta el fin del mundo no se pueden introducir modificaciones en los principios y fundamentos de la Masonería Original sin dejar de ser Masonería. “Si una potencia Masónica hace modificaciones o compromisos o introduce tolerancia en las creencias fundamentales, esta potencia automáticamente deja de ser Masónica, como pasó con el Gran Oriente de Francia en 1878. “El Gran Oriente de Francia no es más ya Potencia Masónica desde 1878 y continúa así hasta hoy día, sin ningún reconocimiento de otras potencias Masónicas Regulares del Mundo. (Espadas, 1952, pp. 3-5) Pese a los evidentes errores expresados en esta comunicación de la GLUI, la Gran Logia del Uruguay autorizó a sus logias a agregar la Biblia junto con la Constitución durante la realización de sus trabajos; ante lo cual la mayoría de grandes logias alineadas en las concepciones de la regularidad inglesa, salvo las latinoamericanas, retiraron su reconocimiento a la Gran Logia del Uruguay. Y en la Conferencia de la CMI realizada en México en 1952 se aprobó que en sus normas y principios se cambie el término “ley moral” por el de “ley sagrada” para referirse al Volumen que debe estar presente en los trabajos de sus logias. Posteriormente, en 1971, la Gran Logia del Uruguay declaró la obligatoriedad de la Biblia. Y en 1989 la Gran Logia Unida de Inglaterra atemperó sus normas de reconocimiento, simplificando los requisitos atinentes a este punto a la creencia en un creador supremo y al juramento sobre un volumen de la Ley Sagrada (la Biblia) o un libro considerado sagrado. Estas dos últimas circunstancias llevaron a que en 1991 se reanudaran las relaciones entre la Gran Logia Unida de Inglaterra y la Gran Logia del Uruguay. (Figueredo, 2015). Considero que en la práctica, a partir de 1947, se produjo en las grandes logias latinoamericanas que se consideran “regulares” desde la perspectiva inglesa, un proceso de autocensura y de tácito sometimiento a la política masónica de la Gran Logia Unida de Inglaterra, y que esto frenó o desaceleró la evolución de las concepciones masónicas sobre creencias y no creencias de las grandes logias pertenecientes a la Confederación Masónica Interamericana, CMI, pese a que ésta ha mantenido casi la misma redacción de los principios con los que fue creada en 1947. Pero en estas circunstancias han prevalecido más bien sus Fundamentos de Derecho Masónico Interpotencial, de naturaleza excluyente. En cambio, en el sector masónico liberal, la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica, CIMAS, emitió en 2002, y reformó en 2005, su Declaración de Principios, la que respecto a las creencias o no creencias religiosas dice lo siguiente: “16. Considerando que las ideas metafísicas son del dominio exclusivo de la apreciación individual, la Institución rechaza toda afirmación dogmática, por lo que no prohíbe ni impone a sus miembros ninguna convicción teológica o metafísica. Enseña la práctica de la tolerancia y combate el fanatismo, principalmente aquel que se traduce en la explotación de la ignorancia. “17. Proclama los principios de LIBERTAD DEL PENSAMIENTO Y DE CONCIENCIA y se compromete a defender los ideales y las instituciones laicas, expresiones de los principios de la Razón, la Tolerancia y la Fraternidad, que tienen por fin mantener un ambiente de convivencia pacífica, pero que no supone indiferencia ante la diversidad de ideas y creencias, pues la Institución declara que es objetivo fundamental de la misma, la búsqueda de la verdad, para impulsar EL PROGRESO DEL GENERO HUMANO, obstaculizado constantemente por la ambición, la ignorancia y la superstición.” (CIMAS, 2005) De estos dos puntos, el 16 tiene exactamente el mismo texto del punto 16 de la Declaración de Principios de la Academia Maya de Rito Primitivo, según documentos de 1997, mientras los puntos 17 de ambas declaraciones de principios son muy similares, con tan solo una ligera variante de redacción. Y sucede lo mismo con algunos otros puntos. A su vez la Declaración de Principios de la Academia Maya constituye una versión ampliada de la Declaración de Principios de la Academia Mexicana del mismo Rito. Por tanto, podemos constatar que la Declaración de Principios de una organización de tendencia liberal como CIMAS está inspirada en buena medida en la Declaración de Principios de la academia yucateca del Rito Primitivo, de tendencia progresista. Al respecto consulté al querido hermano Elbio Laxalte Terra, ex Gran Maestro del Gran Oriente de la Francmasonería del Uruguay GOFMU y ex Presidente de CIMAS, sobre cómo se produjo esta influencia de los principios masónicos del Rito Primitivo en una confederación masónica como CIMAS y él me contestó, en sus partes pertinentes, lo siguiente: “Respecto al tema de tu consulta, solo puedo decirte esto. Lo que tu planteas es absolutamente cierto, hay una influencia clara de los documentos mexicanos.- De dónde viene?- Quien tomó la iniciativa de creación de una institución de unidad que luego fue CIMAS, fue la Gran Logia Arquitectos de Acuario (GLADA), …. ellos nos invitaron [al Gran Oriente de la Francmasonería del Uruguay] a discutir un documento que sería su declaración de principios, que nos enviaron.- Nosotros le hicimos modificaciones, pero su texto de base quedó bastante igual al que enviaron. Esto fue por el 2001. Finalmente en setiembre de 2002 se reunieron una cuantas potencias masónicas en San Pablo y fundamos CIMAS.- Ahí me enteré que sobre el año 99, habían estado conversando con mexicanos (no sé quiénes) con quienes se habló del proyecto, y en ese documento original de declaración hubo injerencia de estos HH:. mexicanos.- Pienso que el tema debe venir desde ese lado. …” (Laxalte, 2015 abril 6) Posteriormente, el querido hermano Elbio se refiere a la influencia de estos principios progresistas tanto en CIMAS como en el GOFMU, el cual considera practica una “masonería de progreso”, para no confundirla con el progresismo político gobernante en Uruguay: “Otra cosa interesante, es que si tú ves muchos de los tratados de amistad que hemos firmado con otras potencias masónicas simbólicas, a partir del 2002, cuando nos toca proponer un texto es muy similar al de la declaración de principios de CIMAS, es decir, que por vía indirecta estamos difundiendo los principios de la masonería primitiva. …- Es que, una vez que estuvimos en CIMAS, compartiendo esa declaración, pensamos que si teníamos tratados, lo ideal es que contuvieran esos principios que acordamos. Esto también podéis agregar a tu trabajo de influencia del rito primitivo, naturalmente nosotros no lo hicimos por ese rito, sino que en este caso provino desde la declaración de principios de CIMAS. Pero, bueno, así se dio esta vía…” (Laxalte, 2015 abril 7) Es decir, esto muestra que se ha producido una interesante evolución de ciertos sectores masónicos liberales latinoamericanos hacia posiciones progresistas, en lo que han tenido que ver hermanos mexicanos de Rito Primitivo, la Gran Logia Arquitectos de Acuario del Brasil, el Gran Oriente de la Francmasonería del Uruguay, la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica, y el querido hermano Elbio Laxalte como Gran Maestro del GOFMU y Presidente de CIMAS, todos los cuales, pese a su diversidad de ritos y prácticas masónicas, han concordado en algunos principios. Pero a su vez, la idea central del punto 16 de las Declaraciones de principios de CIMAS y de la Academia Maya, está basada en el artículo 1 de la Constitución del Gran Oriente de Francia, que suele leerse en la apertura de los trabajos rituales. La versión de 1979 del Cuaderno del Grado de Aprendiz del Gran Oriente de Francia, inmediatamente anterior a las Declaraciones de Principios mencionadas, dice: “Institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva…”… “La Franc-Masonería tiene por objeto la BÚSQUEDA DE LA VERDAD, EL ESTUDIO DE LA MORAL y la PRÁCTICA DE LA SOLIDARIDAD. “Ella trabaja por el MEJORAMIENTO MATERIAL Y MORAL y el PERFECCIONAMIENTO INTELECTUAL Y SOCIAL de la humanidad. “Ella tiene por principios la TOLERANCIA MUTUA, el RESPETO A LOS OTROS Y A UNO MISMO, la LIBERTAD ABSOLUTA DE CONCIENCIA. “Considerando las concepciones metafísicas como del dominio exclusivo de la apreciación individual de sus miembros, ella se rehúsa a toda afirmación dogmática.”… (GODF, 1979, p. 8) Y este texto tiene antecedentes en el propio Gran Oriente de Francia. Al respecto, el querido hermano Víctor Guerra, Presidente del Círculo de Estudios de Rito Francés “Roëttiers de Montaleau”, especialista en el tema, ante una consulta de mi parte manifiesta que “…el artículo 1 ha ido cambiando paulatinamente en función de los tiempos, las modas y las ideologías.” (Guerra, 2015 abril 1) y posteriormente añade: “No creo que la clave esté en el artículo de las Constituciones, sino más bien en lo que entienden los ritos y rituales por masonería,… la incorporación del artículo a modo de resumen fue más tardío…”. (Guerra, 2015 abril 2) Y el querido hermano Víctor lo comprueba con un cuadro comparativo sobre el sentido y principios francmasónicos en once rituales y pre rituales que van desde el Luquet y el Sceau Rompu de 1745, cuando todavía no había sentido de Ritos, hasta la última reforma al ritual de referencia del Rito Francés del Gran Oriente de Francia, edición de 6009 a:. l:. (2009); cuadro del cual se desprende, respecto al punto que nos interesa sobre la evolución de las creencias y no creencias masónicas, que hasta el Regulador de 1801 el Rito no tuvo nombre, fue simplemente Masonería, y para ese año el sentido de ésta fue el estímulo y práctica de la virtud ético moral y sus principios eran vivir en una perfecta igualdad, estar unidos íntimamente por los vínculos del aprecio, la confianza y la amistad, bajo la denominación de hermanos. El cuadro no aporta datos sobre estos asuntos del Ritual Murat de 1858, pero sí del Ritual de Referencia de 1907, al que añade como interrogación si se trata del Ritual Amiable, en el que ya se habla de “Rite Français”, y en el que el sentido de aquella francmasonería ya era filantrópica, filosófica, progresiva, la verdad, el estudio de la moral y el perfeccionamiento, y los principios eran la tolerancia mutua, el respeto por sí mismo y a los otros, la libertad de conciencia, y que rehúsa toda afirmación dogmática. (Guerra, 2015 abril 2). Probablemente en esta evolución del Gran Oriente de Francia hacia una posición claramente liberal (aunque también califica de “progressive” a su masonería, traducido por el propio GODF como progresiva –lo que no es lo mismo que progresista-), tenga mucho que ver el positivismo de Louis Amiable, pero también hay que considerar que la idea fundamental de estos cambios viene de la reforma de 1877 a la Constitución del Gran Oriente de Francia, en que la supresión de la fórmula GADU -que había sido introducida en la Constitución en 1848- y la expresión del principio de la libertad de conciencia se expresó, según el historiador Eugen Lennhoff (1979), diciendo que “La masonería tiene por principios la absoluta libertad de conciencia y la solidaridad humana. No excluye a nadie por razón de su credo.” (p. 104), mientras que el mismo artículo 1 en 1826, es decir 51 años antes, decía: “La Orden de los francmasones tiene por objeto el ejercicio de la beneficencia, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes, y la práctica de todas las virtudes.” (Guerra, 2015 abril 5) Sin duda se trata de un cambio muy importante. Lo mencionado da cuenta de las influencias doctrinarias existentes entre distintas organizaciones masónicas, al menos a nivel declarativo. Y en el ámbito latinoamericano un momento interesante de la evolución doctrinaria se produjo en la ya referida Primera Conferencia Interamericana de la Masonería Simbólica efectuada en 1947 en Uruguay, por iniciativa principalmente de las Grandes Logias de Argentina, Chile y Uruguay, en la cual se creó la Confederación Masónica Interamericana, entre cuyos principios recogió la concepción francesa de mejoramiento material y moral de la humanidad, de ella adaptó la consideración de las concepciones metafísicas como de apreciación individual y el rechazo a realizar afirmaciones dogmáticas, al decir que deja a cada masón sus criterios particulares sobre la naturaleza del GADU, que se abstiene de actos confesionales, que no prohíbe ni impone a sus miembros dogmas religiosos y que rechaza todo fanatismo. E incorporó la concepción de masonería como un “movimiento filosófico activo” y la del Gran Arquitecto del Universo como un “principio superior, ideal”, originario y primera causa. Y parte de estos textos, como las ideas francesas expuestas y su concepción de masonería como movimiento filosófico activo, aparecen recogidas después por la Academia Maya de Rito Primitivo y a través de ésta por CIMAS.Por tanto, se evidencia que en Latinoamérica han tenido importante influencia los principios masónicos franceses pero también una interesante línea de evolución propia de las concepciones masónicas, interrumpida -al menos en cierto sector masónico- con la injerencia inglesa, la que en buena medida aceleró la manifestación de masonerías ideológicamente diferentes, las que se distinguen en primer lugar por las creencias o no creencias religiosas, de lo que se desprende la importancia de estudiarlas, pese a lo cual existen entre ellas confluencia en torno a determinadas ideas, las cuales constituyen puntos en común que no han sido valorados suficientemente en función de la unión, prevaleciendo las diferencias. 6. Librepensamiento Y ¿qué tiene que ver todo lo anterior con el librepensamiento? Que el librepensamiento supone el pleno ejercicio de la libertad mental del ser humano, se contrapone radicalmente con la opresión ideológica y el dogmatismo, está íntimamente relacionado con la búsqueda de la verdad y puede ser causa del agnosticismo y el ateísmo, o también consecuencia de estos. El librepensamiento, según la Declaración de Principios del XI Congreso Internacional de Libre Pensamiento efectuado en Roma en 1904, es un método que guía la reflexión en constante búsqueda de la verdad a través de la ciencia, del bien a través de la moral, y de la belleza a través del arte; que no es puramente especulativo, sino que se encamina a la acción, por lo que en el plano social es laico, democrático y social, y por tanto rechaza, en nombre de la dignidad de la persona humana, el triple yugo del poder abusivo de la autoridad en materia religiosa, del privilegio en materia política y del capital en materia económica. (AILP, 2013) Sin embargo de esta amplia e importante caracterización del librepensamiento, cabe agregar a lo señalado lo que dice Rodrigo Borja respecto de los librepensadores:“Librepensador- Es el partidario del librepensamiento, o sea de la teoría de que la inteligencia humana debe ir tan lejos como pueda en la indagación de la verdad y que no puede estar limitada por las ataduras del dogma religioso. …” (Borja, 2014) Y ¿qué tiene que ver el librepensamiento con las masonerías? Que a los masones, sobre todo de las tendencias liberal y progresista, generalmente se los identifica como librepensadores, que un movimiento como el Libre Pensamiento Francés tiene en sus filas a buen número de masones franceses, que la Asociación Internacional de Libre Pensamiento AILP fue conformada por iniciativa del Librepensamiento Francés y en ella también hay una interesante presencia de masones de todo el mundo, de las más diversas organizaciones y tendencias masónicas, que Ritos como el Primitivo y confederaciones masónicas como CIMAS incluyen entre sus principios el librepensamiento, que organizaciones masónicas que van desde el Gran Oriente de Francia hasta la CMI califican a “la masonería” como filosófica lo que supone el librepensamiento. En el caso de la Logia Líbera Eugenio Espejo, incluye en su Constitución y en sus programas de estudio al librepensamiento, a más de haber creado y formar parte de la Asociación Ecuatoriana de Libre Pensamiento, en la que también participan hermanas y hermanas de distintas tendencias y organizaciones, así como librepensadores y librepensadoras que no pertenecen a ninguna masonería, de forma similar a lo que acontece en el plano internacional. Pero todo esto contrasta con la siguiente afirmación de nuestro querido hermano Antonio Vergara, Director y Portavoz para Latinoamérica de la Asociación Internacional de Libre Pensamiento: “En la AILP son adherentes algunas personas que creen en Dios y ellos entienden claramente que el librepensamiento es fundamental para el desarrollo cultural de la sociedad, evidentemente luego de su creencia en Dios lo que es la base indiscutida de sus vidas.” (Vergara, 2015). Esta situación podría resultar incompatible con los fundamentos del librepensamiento, según el texto de la Declaración de Roma de 1904, si las creencias religiosas llegasen a limitar o sesgar la libre búsqueda de la verdad, pero no lo sería si esas creencias son conclusiones no definitivas de la búsqueda de la verdad mediante la reflexión filosófica y la investigación científica, y si ella continúa. Por lo cual, también podría llevarles, por ejemplo, a posicionamientos ateos, como consta en la Declaración de Oslo, emitida cuando se creó la Asociación Internacional de Libre Pensamiento en agosto de 2011, la que en su parte pertinente dice: “Nosotros, librepensadores, saludamos y apoyamos la creación de una asociación internacional para promover el libre pensamiento, la laicidad, la libertad de conciencia y del pensamiento crítico, en todo el mundo. Manifestamos que nuestra asociación promueve el materialismo filosófico, lo que implica el ateísmo, así como el abandono de toda creencia en lo sobrenatural o de la religión y de cualquier ideología afín a ellos.” (Vergara, 2013, p. 3) Sin embargo, dentro del movimiento del librepensamiento podrían encontrarse personas en general y hermanos y hermanas en particular, que, por ejemplo, formen parte de federaciones masónicas de la línea de la regularidad inglesa, que si bien hayan ido modificando su forma de pensar no hayan llegado a abandonar sus dogmas, y también quienes no sean en realidad librepensadores o librepensadoras, pese a que así se consideren, dadas sus creencias dogmáticas o su pensamiento mágico, muy usual bajo distintos membretes o costumbres populares. Por esto cobra sentido una recomendación que me permití hacer en una ponencia enviada al IV Congreso de la AILP efectuado en Londres en 2014, que plantea la necesidad de la formación como librepensadores: “El librepensamiento no es un don mágico que se lo adquiere de la noche a la mañana, sino que es fruto de un proceso formativo en que cada persona desarrolla un conjunto de competencias que la llegan a convertir en librepensadora. Estas competencias incluyen: valores entre los que se encuentran la libertad, la racionalidad, la honestidad intelectual, la tolerancia; actitudes tendientes a la búsqueda de la verdad, el autoaprendizaje y la superación de prejuicios; conocimientos específicos sobre el librepensamiento y generales sobre ciencia, filosofía y todo lo que puede enriquecer el saber humano; y habilidades que se logran con la práctica del pensamiento lógico y el pensamiento y método científicos. “… no debemos considerar simplemente que nuestras organizaciones agrupan librepensadores y librepensadoras porque en alguna parte hay un semillero de donde salen, sino que las organizaciones de nuestro movimiento deberían servir en primer lugar como escuelas de librepensamiento. Cada Círculo Laicista, cada Centro Cultural, cada Asociación Nacional, cada Instituto de Estudios Contemporáneos, debería constituir o formar en su seno, centros de estudio y de práctica del librepensamiento, a los que accedan quienes se sientan identificados con la idea del librepensamiento, pero que requieren conocer y practicar el método librepensador así como adquirir conocimientos relacionados, a fin de convertirse realmente en librepensadores y librepensadoras. El movimiento del librepensamiento no puede contentarse con la afiliación de miembros, sino que requiere la formación de los mismos, ya que esto es lo que determinará efectivamente que el movimiento esté formado por librepensadores y librepensadoras.” (Fuchslocher, 2015, pp. 76-77) Y en primer lugar deberían ser las logias, especialmente liberales y progresistas, las que formen librepensadores y librepensadoras. Así, el movimiento del librepensamiento podría ser punto de encuentro y centro de unión, en la operatividad, de masones y masonas de distintas tendencias. Sobre este tema les recomiendo leer los documentos citados, algunos de ellos disponibles en línea, particularmente el artículo “Religión” del ex presidente Rodrigo Borja en su Enciclopedia de la Política, el artículo “La Regularidad Masónica. El proceso uruguayo” de Oscar Figueredo, y la Declaración de Principios de la Asociación Internacional de Libre Pensamiento. Quito, 14 de abril de 2015, c:. g:. Referencias:
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  • Vergara, A. (2015, marzo 10). Correo personal de Antonio Vergara a Guillermo Fuchslocher en respuesta a una “Consulta ritualística masónica”.
Por Guillermo Fuchslocher