Libro «Armand» de Emmanuel Bove en El Confidencial

Publicado el 27 julio 2017 por Hermidaeditores
Enlace al medio

El tamaño no importa: tres novelas cortas para leer en un suspiro que te harán feliz

Una novela corta siempre consigue su objetivo: ser leída. Si además la firman Mario Bellatin, Emmanuel Bove o Erri de Luca, la lectura es obligatoria

Erri de Luca. (Reuters)ALBERTO OLMOSTAGS
  • LIBROS

  • NOVELA

  • BEST SELLER

  • ERRI DE LUCA

TIEMPO DE LECTURA5 min26.07.2017 – 05:00 H.No sé si se han preguntado alguna vez por qué los best sellers son tan largos. Yo se lo digo: dinero. Un libro gordo cuesta más y, por tanto, genera más beneficios. Cuando un escritor de best sellers se pone a teclear, se pone, en rigor, a contar dinero. ¿Que el lector se va a saltar todas esas soporíferas descripciones que pongo de edificios y salones? Pues que se las salte: el gilipollas ya las ha pagado, ¿qué me importa si las lee?Se me ocurre ahora que un buen escritor es el que intenta que todas las páginas de su libro sean la mejor página de su libro; cada frase -dentro de su propia función-, imprescindible; y, obviamente, cada nuevo libro mejor que el anterior. Un buen escritor debería ponerse a llorar cuando le dices que te has saltado las páginas 23 a 34 de su novela, y luego correr a leerse las páginas 23 a 34 de su novela y seguir llorando si tienes razón.

Un tuitero vende 13 veces más que Dragó: las verdaderas cifras del mundo editorial

MARÍA ZUILLas firmas de escritores consagrados no garantizan éxitos en caja, aunque la crítica y la fama aún les acompañen. Mientras, nuevas tendencias les adelantan en el top ventas
Una novela corta reduce las posibilidades de que el lector se salte páginas. Yo, por eso de no hacer llorar a los escritores, muchas veces solo leo novelas cortas.

Autores desconocidos

Me salió al paso en la biblioteca la novela 'Armand' (Hermida Editores), de Emmanuel Bove, de apenas cien páginas. La tomé en préstamo, la leí y proclamé que Bove era un genio. Luego vi que eso ya lo sabía todo el mundo y me sumí en la contradicción conocida: ¿no es deprimente descubrir a un gran autor después de décadas leyendo sin parar?, y: ¿no es una maravilla que aún queden, después de décadas leyendo sin parar, grandes autores por descubrir?'Armand'Bove ya nos lo vendía Vila-Matas desde la cubierta (en Anagrama) de su novela 'Doctor Pasavento'. En ella salía el autor francés haciendo crecer a su hija sobre una silla. Seguramente su nombre cayó de mala manera en ese limbo llamado “tengo que leer a”, pues nunca lo leí.Armand trata de un hombre que se reencuentra con un amigo, lo invita a cenar a casa con su mujer y luego se enamora de su hermana. Ya está. Enseguida me compré 'Mis amigos' (Pre-textos) y di cuenta de ella. Va: de un hombre que no consigue tener amigos. Ya está.La prosa de Bove puede definirse como un cruce entre Ramón Gómez de la Serna y Nijinsky, si acaso no estaban ya cruzados. Abunda en detalles tan innecesarios que se vuelven lo más bonito de la página, greguerías memorables. La frase corta, además, es tan imprevisible que, como en los diarios del bailarín ruso, se encadenan como escritas por personas que ni se conocen ni han leído lo que pone antes. Es brutal.La prosa de Bove puede definirse como un cruce entre Ramón Gómez de la Serna y Nijinsky, si acaso no estaban ya cruzadosFíjense qué psicosis: “Era pronto para ir a casa de Billard. No me gusta sorprender a la gente, pues se imaginan que a uno le interesa saber lo que comen” (Mis amigos). O: “en un restaurante (…), porque me gusta notar cerca a una autoridad, me senté cerca de la caja.” ('Armand')Por no hablar de esta epifanía política: “Eché a andar por la calle en cuesta. Había unos niños jugando a la pelota, los pequeños, más bajos, arriba, y los mayores, más altos, abajo, para tener las mismas oportunidades.” ('Armand')