Libro de montería

Por Monpalentina @FFroi

En las anotaciones al libro de Montería de Alfonso XI, ya menciona José Antonio Valverde los montes pernianos a mediados del siglo pasado. Forada, en Camasobres; La Espina, monte en la divisoria de aguas en el Puerto de Piedrasluengas; la Dehesa del río Cerezo, entre Camasobres y Peña Labra; y así mismo, el monte de Valtornero, en Casavegas; La Dehesa de Lores, el monte de Caloca, monte Serino, monte de Lebanza; monte de Fuente Tablada, entre Lebanza y San Salvador y el monte de Lobaceda entre Vañes y Villanueva...


Nos encontramos en unas tierras donde la caza del oso era habitual, según el Tratado de Caza de 1846, donde se le consideraba una alimaña, hasta prohibirse definitivamente en 1967, después de un periodo de veda generalizado entre los años 1952 a 1957, para que la población se recuperase.
Así describían entonces aquella actividad:

"La caza de los osos no deja de ser peligrosa, porque cuando éstos ven al cazador suelen dirigirse hacia él para acometerle, levantándose sobre las patas cuando se aproximan, con objeto de abrazarle y ahogarle; siendo esta la ocasión cuando es preciso tirarle con acierto, pues de lo contrario acometen con más furia; este es el motivo por el que se reúnen varios cazadores para defenderse mutuamente en caso necesario, en razón a que no sirve guarecerse de los árboles, porque suben a ellos con facilidad; debiendo ir todos provistos de escopetas de dos tiros, pistolas y buenos cuchillos de monte."

Al igual que sucedía con los alimañeros, los cazadores que abatían algún oso pardo eran venerados y muy considerados. Era tan importante la hazaña para los núcleos rurales, que en muchos casos, se les conmemoraba con una placa inmortalizando la gesta y dándole, en nombre de todo el pueblo, agradecimiento eterno. Félix, "el pajarero", uno de los protagonistas de nuestra montaña a quien tuve la suerte de conocer y entrevistar en octubre de 1995, muestra su arrepentimiento por haber matado uno: "Yo cuando maté al oso no estaba autorizado aunque no he tenido problemas porque lo mantuvimos en secreto. Según llegó no me dio tiempo a reaccionar y ahora comprendo que no tenía que haberle matado."