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No me hace falta ser Sandro Rey para saber que no has oído hablar de Emmanuel Bove. No te avergüences: formas parte del 99% de la población, entre la que me incluyo (porcentaje no verificado por el INE). Fallecido en 1945, a los 47 años de edad, sus textos permanecieron en el olvido hasta la década de los ochenta, cuando algunos de sus admiradores consiguieron que sus obras volvieran a reeditarse en Francia, con un notable éxito. Hermida Editores ha decidido publicar una pequeña colección de sus relatos en castellano, bajo el título del primero de ellos, Henri Duchemin y sus sombras.No soy una persona demasiado habituada a la lectura de relatos, pero he de reconocer que son una de las mejores (y más rápidas) formas de conocer a un escritor y de saber si su estilo concuerda o no con tus gustos. A través de sus historias cortas descubrí a Charles Bukowski o a Raymond Carver, dos de mis autores favoritos. En el caso de Bove, la lectura de sus relatos breves me ha permitido explorar un estilo muy personal con unos rasgos marcados, como la fijación en los pequeños detalles o los diálogos insólitos entre personajes desconocidos.Uno de los aspectos que más me han llamado la atención de este libro ha sido la forma en la que Bove introduce grandes reflexiones existenciales en mitad de sus relatos. Estas cavilaciones se presentan en muchos casos en el transcurso de un suceso importante o de una narración de un hecho sorprendente, con lo que el autor consigue crear una expectación enorme. Me atrevería a decir que el escritor parisino disfruta torturando al lector, alejándole de la trama cuando más interesante está la historia. También hay mucho de surrealismo en este libro, tanto en las tramas como en los diálogos y las reflexiones de los personajes, aunque Bove consigue mantener sus historias en el límite de la verosimilitud.Pero si en algo destacan estos relatos, como he comentado antes, es en la fijación por el detalle, que abarca desde las descripciones de los espacios y de los personajes hasta los propios comentarios y pensamientos de los protagonistas. Sus personajes son individuos que desde un principio padecen fuertes problemas existenciales y se ven superados por ellos. Los celos, la locura, la avaricia, la melancolía…todos piden auxilio por una u otra razón, en ocasiones interpelando directamente al lector de forma agresiva, como en La historia de un loco. Este es un aspecto que me ha parecido sumamente original y más teniendo en cuenta la época en la que estos relatos se escribieron.Original y surrealista, seguramente adelantado a su tiempo. Esa es la opinión general que me ha dejado Bove al terminar de leer Henri Duchemin y sus sombras. No quiero cerrar esta reseña sin recomendar el último de los relatos, ¿Será mentira? Es el único que tiene un final más o menos cerrado y el que peor cuerpo deja al terminarlo. Soberbio de principio a fin.