Libro libre

Por Soniavaliente @soniavaliente_

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El otro día caminando por la calle vio un cartel luminoso en letras azules y blancas en el que se podía leer “Liberación”. Creía que se trataba del cielo pero no. Era una tienda de liberación de móviles. Ya ven como una palabra puede cambiarlo absolutamente todo. En los tiempos rancios en los que nos ha tocado vivir la palabra liberación suena peligrosa, amenazante, como de grupo armado. Lo pensaba mientras descubre, casi por azar, la iniciativa Libro libre, una especie de Book-crossing a la española. Es decir, un movimiento que pretende hacer del mundo una gran biblioteca. Pero no de cualquier manera.

Para liberar un libro primero hay que registrarlo en la web y adherirle una pegatina identificativa y después dejarlo que vuele. Liberarlo en una cafetería, una estación de tren, un parque o incluso, un gimnasio. Así, gracias a su identificativo se puede saber cuántos kilómetros ha volado, en qué país se encuentra y fantasear cómo serán las manos del nuevo dueño que ahora lo acuna, lo disfruta. Si éstas subrayarán las mismas palabras, si le harán sentir lo mismo, si doblarán o no las páginas… Hay incluso zonas oficiales de liberación. No, no se lleven a engaño. Tan solo son zonas de liberación, de libros. Dice.

Foto: libro-libre.org

Negocios corrientes y molientes que en lugar de tener revistas manidas de hace seis meses ofrecen a sus clientes libros libres, de un modo gratuito, con los que pasar la tarde mientras toman un café. Algunos son bares, otras consultas médicas…

Una iniciativa tan deliciosa como liberadora. Como lo es Reserva de Palabras. En este caso, más etérea. Se trata de un proyecto web en que se propone a los usuarios que adopten una palabra que está en peligro de extinción, amenazada por la pobreza léxica o por los extranjerismos.

Ya llevan “salvadas” 21.000 palabras de 70 países diferentes. El procedimiento es sencillo: el usuario propone una palabra y dispone de cinco oportunidades para votar palabras ya apadrinadas. En los primeros puestos aparecen términos como bochinche, gaznápiro, alféizar, zangolitino, damajuana, alcancía o andancio. Una de las más votadas, en cambio, en el puesto número 9 es escuchar. Ahí lo deja.