LIBROS DE CIENCIA FICCION: Domingo García dice que España va camino del colectivismo
En verdad, suena ya prácticamente a tópico ese dato que asegura que, en una encuesta efectuada a inicios de los noventa por el Congreso de Estados Unidos entre sus ciudadanos sobre los libros que habían alterado su vida y su forma de meditar, una obra de Ayn Rand era la segunda más citada, tras la Sagrada Escritura. En España, no obstante, si bien no puede decirse que sea un libro ignoto, ha tenido mucho menos éxito comercial. Sí, es un título de culto en ciertos círculos liberales, mas es parcialmente poco conocido entre el público general. Una novela de más de mil doscientos páginas, algo que puede atemorizar a más de uno.
En una encuesta del Congreso de los Estados Unidos, los norteamericanos citan Atlas como el segundo libro que más ha influido en ellos tras las Sagradas Escrituras. En este país lo ha leído poquísima gente. En España, desgraciadamente, Ayn Rand no ha sido admitida todavía en el mundo de lo académico, y muchos intelectuales ni la han leído o bien no la comprenden, en parte por el hecho de que no conciben que una filosofía pueda ser presentada en forma de ficción. Su filosofía, Objetivismo, es algo práctico, es «una filosofía para vivir en la Tierra».
En ese sentido, los personajes de Ayn Rand son perfectos y al unísono con perfección posibles, son «reales». El siglo veinte nos ha enseñado que el sueño de la razón es muy peligroso, que los que fantasearon con edificar sociedades perfectas por medio de un diseño racional y organizado terminaron produciendo los horrores más absolutos. ¿Rand es diferente? ¿su utopía es lo opuesto a aquellas otras que asolaron medio planeta no hace tanto? La filosofía es una ciencia, y las observaciones de Ayn Rand son tan válidas y tan verificables como las de Isaac Newton.
Una cosa es que a uno le guste el libro y otra es comprender su filosofía. Objetivismo requiere tiempo, demanda ahondar, meditar por uno mismo, aceptar responsabilidad. Muchos prefieren dejarse llevar por la inercia cultural y admitir lo que todo el planeta admite. En lo que se refiere a la manera de acercarse a Atlas, a mi modo de ver lo adecuado es abordarlo como una novela, por el puro placer de leer buena literatura.
La filosofía que procura transmitir queda considerablemente más clara en el resto del libro, en la acción pura y en de qué forma se desenvuelven los personajes. Hay que leer ese alegato en algún instante. El título en español es La rebelión de Atlas, con una palabra, «rebelión», que semeja llamar a la acción.
Atlas es un regalo idóneo para cualquier persona de cualquier edad en cualquier país y en cualquier temporada. Lo antes posible lo lea uno, ya antes logrará gozarlo y aplicar esas ideas a su vida.
España está caminando cara un colectivismo que amedrenta. Hace dos semanas entró en vigor la ley que fuerza a todos y cada uno de los trabajadores del país a fichar en el trabajo, a registrar sus horas de entrada y de salida, en papel o bien en su móvil. Sin una clara referencia, uno puede meditar que, como cualquier otra, esa ley debe tener ciertas cosas buenas y otras malas, puede no saber de qué manera valorarla. Mas, tras leer Atlas, uno va siendo consciente de la barbaridad de esa ley y se va a preguntar por qué razón no se lanza la gente a la calle a manifestarse contra ese enorme paso de cara al totalitarismo, al Big Brother, y a un mayor control del Estado.
Otra enseñanza esencial es entender a fondo la diferencia entre poder político y poder económico. Leyendo Atlas, uno comprende exactamente en qué género de sociedad vivimos, de qué manera hemos llegado hasta acá y cuáles son las ideas racionales que debemos continuar para eludir un desastre. Dicho de otra manera, Atlas nos afirma de qué manera podemos ser un país libre, si deseamos… y de qué forma eludir transformarnos en otra Venezuela.
LIBROS DE CIENCIA FICCION: GALATEA, de MELISA TUYA
«Galatea» es una obra de ciencia ficción de Melisa Tuya. Una historia llena de humanidad con personajes que intentan huir de la mecanicidad, la tecnología y la ciencia. De redacción sencilla y clara, la autora nos transmite la historia en una sola línea temporal, sin altibajos, sin saltos temporales ni confusiones.
En Galatea nos encontramos con colonos, científicos, militares, familias, democracia, tiranías… Y también romance, sexo explícito, guerras y viajes por el espacio. Y más: naves grandes y pequeñas, enormes desiertos inhospitos, acción, diálogos naturales. En fin, todo un universo de ciencia-ficción tejido con maestría.