Libros encadenados- noviembre

Publicado el 29 noviembre 2012 por Molinos @molinos1282


5 libros en noviembre, 5 tíos. 1 español y 4 americanos. 1 muerto y 4 vivos.
Vamos con ellos.

Ventanas de Manhattan de Antonio Muñoz Molina. Cuando fuimos a la expo de Hopper, en la tienda esa trampa que ponen al final del recorrido había miles de cosas chulas y entre ellas estaba este libro.
Lo había leído en agosto de 2006 y lo recordaba maravilloso, la relectura ha sido aún mejor. Ha sido una pasada. Al terminarlo, volví a mi primer cuaderno de lecturas ( que empecé en enero de 2006..dos años antes que este blog) y flipé con lo que escribí en su día:
El libro es un paseo por NY con Muñoz Molina y es como si viéramos por sus ojos y sintiéramos sus sensaciones ante todo lo que descubre y esas sensaciones pasan a ser nuestras.
Es Nueva York visto desde la venta de un hotel, en una primera visita. Grande, enorme, oscura y sobre todo siempre en movimiento, siempre ruidosa, no hay descanso. Es algo que llama mucho la atención la primera vez que vas.
Nueva York en los primeros paseos, cuando se sale a descubrir algo que ya se “conoce”. En NY todo resulta conocido y a la vez asusta, amedrentan las dimensiones, el ruido, el movimiento, la prisa de la gente, la diversidad de razas, de idiomas, los contrates. Todo asusta y sin embargo uno se siente acogido o por lo menos no se siente excluido.
Nueva York en la emoción del amor, del encuentro prometido, de la música de jazz tanta veces escuchada en soledad y que sin embargo al escucharla en NY en compañía de la persona amada adquiere todo su significado. Nueva York como habitante, descubriendo cosas día a día liberado de la prisa del turista: conciertos, bares escondidos, exposiciones, mercadillos, espectáculos. Nueva York como lugar acogedor donde se vive la rutina protectora: lo que se ve por la ventana al despertar, los vecinos, las tiendas, los sin techo conocidos, el lugar de trabajo…y por último Nueva York desde la distancia, en el pasado cuando se echa de menos incluso lo que ni siquiera dio tiempo a hacer allí.
Muñoz Molina escribe de puta madre. Tiene una aparente facilidad para conseguir transmitirte con inmediatez las sensaciones, los colores, los olores de todo lo que le rodea. A mí personalmente Muñoz Molina me flipa como columnista y ensayista. Como novelista me parece un pelín demasiado intenso, aunque tengo buen recuerdo de alguna de sus novelas antiguas que leí hace años y que no tengo ningún interés en releer para no perder ese buen recuerdo que me temo se echaría a perder con mi experiencia lectora actual.
En cualquier caso, si te gusta NY hay que leer “Ventanas de Manhattan”. Una cosa más, por si alguien se lo pregunta. Es un libro que no tiene nada que ver con “ Historias de NY” de Enric Gonzalez, es la misma ciudad y los dos son grandes escritores, pero cuando lees a Enric, vas con él de la mano y te va contando cosas que ves o que oyes o que él sabe. Cuando vas con Muñoz Molina lo sientes. Uno cuenta las cosas desde fuera y el otro desde dentro..y no puedo explicarlo mejor.
“..cada libro es una excitante invitación y también un principio anticipado de remordimiento, una promesa de sensaciones, palabras, sabores y mundo y una advertencia de que no se pueden leer todos los libros que uno quisiera”.

“El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” de Oliver Sacks. Comprado en la Feria del Libro Antiguo de Recoletos.
Sacks, es un neurólogo y neuroquímico que ha estudiado y tratado miles de casos clínicos de distintos trastornos y enfermedades mentales y ha escrito varios libros sobre ellos. En este, recoge varios casos agrupados en cuatro capítulos. En un primer grupo están los que son por “déficit”, gente que ha dejado de sentir, de oir, de entender, de poder hacer algo. En otro grupo están los que son por exceso, oyen en exceso, sienten demasiado, recuerdan todo. Luego están los que sufren ataques y los “simples”.
A mí, los que más me han impactado han sido los de déficit. Me han hecho pensar que, en general, no soy ( somos) conscientes de un montón de cosas hasta que las perdemos. Y al perderlas dejamos de ser en cierta manera nosotros, porque sentir, hablar, leer, oír nos hacen ser como somos tanto como humanos como como “yo” particulares.
Para mí, el caso más espeluznante es el de una chica que pierde la consciencia de su propio cuerpo. Se levanta un día y no sabe donde tiene las manos, las piernas, sólo consigue saberlo porque se las ve. Pensadlo, estar sentado y no saber, no sentir, no tener consciencia de dónde están tus piernas hasta que bajas la vista y las ves ahí. Aterrador.
“¿Hay algo que sea más importante para nosotros, a nivel básico, que el control, la propiedad y el manejo de nuestro propio yo físico? Y sin embargo es algo tan automático, tan familiar, que no le dedicamos jamás ni un pensamiento
Es una lectura complicada sobre todo si no eres médico pero asequible. Recomendable para el que tenga curiosidad en estos temas.

“La parcela de Dios” de Erskine Caldwell. Este libro llevaba más de un año en la estantería. Me lo regaló la editorial Navona el año pasado cuando en uno de mis frikismos literarios les hice llegar una serie de erratas en “Dulce Jueves”. De este autor ya había leído “El camino del tabaco” el año pasado.
Este es bastante menos áspero aunque la historia es tremenda. Ty Ty patriarca familia vive en una granja en el sur de Estados Unidos. Poseído por la fiebre del oro, lleva 15 años agujereando toda la propiedad para intentar encontrar oro. Todo es polvo, pereza, calor y desidia. Las relaciones familiares, la avaricia, la carencia absoluta de valores, el sexo más áspero y descarnado sustentan toda la historia. Es un libro escrito en 1933 y sin embargo resulta muy actual en sus personajes y en sus diálogos. En su momento fue un best seller con más de 10 millones de ejemplares vendidos, dos más que “Lo que el viento se llevo”..por cierto, Escarlata y Rhett son teletubbies al lado de los personajes de este libro.
Deberíamos vivir tal y como Dios nos hizo: vivir como intuímos cuando nos sentamos a solas y sentimos lo que hay dentro de nosotros. Es un sentimiento. Alguna gente dice que hay que hacer caso a lo que nos dicta la cabeza, pero se equivoca. La cabeza te da sentido común para tratar con gente cuando hay que cerrar una venta y cosas así, pero no puede sentir por ti. Tu cabeza no puede imponerte que ames a un hombre si tú no sientes que le quieres. El sentimiento tiene que estar dentro de ti”.
El emperador del aire de Ethan Canin. Préstamo de Jesus Miramón al que agradezco públicamente su gentileza al enviármelo y más sabiendo que está descatalogado y que no me conoce de nada y yo podía ser una robalibros.
Es un libro de relatos y claro, tiene unos buenos y otros regulares. Empieza en todo lo alto y al final, concretamente el último relato sobra completamente. Todos los relatos, menos uno, están protagonizados por hombres. Muchos tienen como tema principal, las relaciones de hijos ya adultos, o justo en el momento de convertirse en adultos, con sus padres. Ese paso sutil y mínimo hay varios sobre ese momento vital, ese paso sutil y mínimo que cambia toda tu concepción del mundo, la manera de enfrentarte al futuro y lo más importante cambia la percepción del pasado. Miras hacia atrás y lo que te parecía un camino conocido y trillado, se ve con una nueva luz y una nueva perspectiva.
Canin tiene una lectura agradable, cálida y que te conduce por los personajes sin estridencias.
“No te limites a mirar, debes ver”.
Para terminar el mes, leí Diario de Invierno de Paul Auster y volvió a conquistarme, pero eso ya lo conté aquí. Y ya estáis tardando en leerlo.
Y con esto y un bizcocho..hasta el mes que viene.