Título original: Danse Macabre
Autor:Stephen King
Fecha de publicación:junio de 2006 en España
Nº de págs:
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Heredero de la gran tradición norteamericana en narrativa de terror, que nace con Edgar Alan Poe y pasa por H.P. Lovecraft, Stephen King ha logrado con sus obras una difusión jamás alcanzada por ningún otro autor en este género, dotándolo de una vitalidad envidiable. Danza Macabra (1981) es un lúcido y divertido ensayo, lleno de referencias a multitud de obras y jugosas anécdotas biográficas, que pretende dar respuesta a la paradoja esencial del aficionado a la ficción de terror: «¿Por qué hay personas dispuestas a pagar a cambio de sentirse extremadamente incómodas?» Y para abordar tan complejo asunto, King se vale de un doble recorrido, histórico y personal, a través de la literatura y el cine de terror modernos (1950 –1980), «con un par de salidas al margen para explorar las raíces del género».
Danza Macabra (1981) es el primer ensayo que escribió Stephen King y el segundo que tengo la oportunidad de leer después de Mientras Escribo (On Writing, 2000). En esta ocasión, King nos regala un exhaustivo ensayo en el que analiza el cine y la literatura de terror del período entre 1950 y 1980 (además de dedicar también un par de capítulos al horror en la televisión y en la radio), todo ello aderezado con infinidad de anécdotas y vivencias personales que enriquecen el texto y nos permiten conocer un poco más en profundidad la figura del Rey del Terror.
Lo primero que nos clara Stephen King es que este libro se escribió gracias a uno de sus tempranos editores. Bill Thompson (responsable de las ediciones de Carrie, El Misterio de Salem's Lot, El Resplandor, El Umbral de la Noche y Apocalipsis) le telefoneó un día y le propuso:
-¿Por qué no escribes un libro sobre todo el fenómeno del horror desde tu punto de vista? Libros, películas, radio, televisión, todo. Lo haremos juntos si quieres.
Dicho y hecho... De una manera totalmente informal y amena, el Rey del Terror va desgranando infinidad de detalles y demostrando su amplio conocimiento sobre el terror en todos los formatos en los que ha podido disfrutar de esa sensación que, posteriormente, él mismo se ha encargado de intentar infundir a su legión de fieles seguidores.
En el primer capítulo el señor King deja una fecha para el recuerdo: el 4 de octubre de 1957, cuando asistió como espectador a la proyección de la película La Tierra contra los Platillos Voladores. Es durante esa película en el Statford Theater (Connecticut) cuando vivirá una anécdota que recordará siempre como el comienzo del verdadero terror colectivo que presenció aquella tarde.
En el capítulo III, que lleva por nombre "Cuentos del Tarot", el escritor afincado en Bangor analiza tres grandes novelas de la literatura a las que considera como claves a la hora de entender los entresijos del horror contemporáneo: Drácula, Frankenstein, y El Extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde. A su vez, estas novelas giraban en torno a tres criaturas que con el paso del tiempo han resultado ser tres arquetipos básicos: el Vampiro (Drácula), La Criatura sin Nombre (Frankenstein) y el Hombre Lobo (Mr. Hyde). Llegados a este punto, cabría explicar que el hombre-lobo que King define no es nuestra clásica visión de licántropo, sino la de una versión primigenia en la que se muestra el lado más oscuro y violento de un ser humano.
Después del capítulo IV, que el propio King titula "Una irriante pausa autobiográfica", en el capítulo V realiza un repaso al terror en la radio norteamericana, mencionando programas como Suspense, Dimensión X o Lights Out y llegando a la conclusión de que, en ocasiones, el medio radiofónico es más efectivo a la hora de crear horror puesto que recurre en mayor medida al uso de nuestra imaginación.
A continuación, los capítulos VI y VII ("La Moderna Película de Horror Americana" y "La Película de Horror como Comida Basura") se centran en el cine de terror, siempre girando en torno a films estrenados entre 1950 y 1980 y nombrando títulos como Terror en Amityville (1979), El Enigma de Otro Mundo (1951), Profecía Maldita (1979), El Experimento del Dr. Quatermass (1955), The Stepford Wives (1975) o El Hombre con Rayos X en los Ojos (1963). Por supuesto, la lista de películas que llega a nombrar es extensísima. Además, aprovecha para hacer una clasificación del terror en tres niveles: el terror propiamente dicho, el horror (que es la fase donde ese terror que se atisbaba se hace visible) y la repulsión o el asco (al que considera un recurso para acentuar las sensaciones de terror y horror). Memorable la frase de King al respecto: "Reconozco el terror como la principal emoción, así que trato de aterrorizar al lector. Pero si me parece que no puedo aterrorizarle, voy a intentar horrorizarle, y si veo que no puedo horrorizarle, intentaré asquearle. Yo no soy orgulloso".
El capítulo VIII se centra exclusivamente en el terror en la televisión, a la que se refiere como La Teta de Cristal, usando el término de Harlan Ellison. Durante esta parte nos hablará, cómo no, de series míticas como Thriller (1960-1962), The Outer Limits (1963-1965), The Twilight Zone (1959-1964), Dark Shadows (1966-1971) o Galería Nocturna (1970-1973). A pesar de la calidad de muchos de los episodios de las series mencionadas, King llega a la conclusión de que "la historia del horror y la fantasía en la televisión es breve y descorazonadora".
Y llegamos así al capítulo IX (Ficción de Horror), el más extenso y donde Stephen King habla largo y tendido sobre novelas clave en la ficción de horror, como Fantasmas de Peter Straub, The House Next Door de Anne Siddons Ríos, El increíble hombre menguante de Richard Matheson, La maldición de Hill House de Shirley Jackson o La feria de las tinieblas de Ray Bradbury. Es el capítulo más extenso y donde King se explaya más, haciendo notar su condición de escritor y novelista y analizando minuciosamente numerosos aspectos que pudieran pasar desapercibidos en una primera lectura de dichas obras.
Como colofón, King nos facilita una lista de 100 películas y 100 novelas del período que estamos tratando (1950-1980) y que considera interesantes de una forma u otra para entender y contextualizar el terror y el horror en los campos del cine y la literatura.
Danza Macabra es un libro imprescindible para diferentes grupos de personas. Considero que los fans de Stephen King lo disfrutarán pues encontrarán en su interior buena parte de las referencias cinéfilas, literarias, televisivas e incluso radiofónicas que han ido curtiendo y labrando el estilo y los gustos del Rey del Terror. Por otro lado, los aficionados al terror en general tendrán entre sus manos un libro que analiza no sólo una gran cantidad de films realizados entre 1930 y 1980 desde una novedosa perspectiva y un punto de vista personal y diferente, sino un análisis en profundidad de grandes obras de la literatura universal enmarcadas dentro de dicho género. Ha sido una auténtica gozada perderme entre sus páginas y recordar películas e historias, y descubrir otras totalmente nuevas y desconocidas para mí. Y quisiera cerrar este pequeño análisis con una frase de King que me encantó y que considero acertada al cien por cien: "Y cada vez que me encuentro con alguien que me dice algo por el estilo de: "No leo fantasía ni veo películas de ésas; nada de todo eso es real", siento cierta simpatía por él. Sencillamente no es capaz de levantar el peso de la fantasía. Los músculos de su imaginación se han atrofiado y debilitado". Así se habla, Maestro. Y no vendría mal un "Danza Macabra 2.0"