Por suerte, pese al dilema que me planteé antes de salir de llevar libros en papel o en ebook, solo me llevé uno de los primeros: Una maestra en Katmandú, de Viky Subirana, que había empezado a leer en casa. Y digo que por suerte, porque, como ya he comentado en las distintas crónicas del viaje, la electricidad es un problema en Nepal y hay seis horas diarias de cortes de luz, por lo que llevar libros en ebook me salvó la vida y pude llenar muchas horas de oscuridad leyendo.
Y como no tenía más libros ambientados en Asia me fui de crucero con Perez Reverte y su Tango de la Guardia Vieja, al que le tenía muchas ganas, y me paseé por Argentina, Niza y otros lugares soñados. No me decepcionó en absoluto. Tanto la historia como la forma de narrarla son exquisitas: amor e intrigas más allá del tiempo y el espacio. Disfruté cada línea, cada palabra. Perez Reverte escribe como Dios (suponiendo que éste sea un buen símil, pero ya me entendéis).
Para que no tengáis excusa los que seguís fieles al papel.
Feliz finde y buenas lecturas!