Directora: Bárbara Albert ---
Pero lo mejor, aparte de la excelente ambientación y fotografía, es la estupenda composición de Maria-Victoria Dragus, una actriz de enorme talento que transmite en todo momento sus estados de ánimo. En resumidas cuentas, que merece la pena, pero deja un poquito insatisfecho al espectador porque podría haber llegado un poco más allá quedándose en una (interesante) superficie.