Hoy quiero hablaros de una princesa. Una princesa real. No, no es Cristina Federica de Borbón y Grecia. Es una princesa del pueblo. No, tampoco es Belén Esteban. Cagoenlamar, esto va a ser más complicado de lo que pensaba....jajaja.
Mi princesa se llama ESMERALDA y como todas las princesas de todos los cuentos, vive en un país muy lejano. En este caso en México. La conocí el 29 de septiembre de 2012, cuando casualmente pasó por mi blog y me dejó un mensaje muy amable, como es ella. Desde entonces caminamos de la mano por éste mundo y desde el principio tuve claro que Esmeralda triunfaría, no solo por sus recetas que son fantásticas, sino por ser como es. Hemos compartido muchos momentos, intercambiado muchos mensajes y llegado a tener una amistad sincera hasta el punto de querer contaros cuánto la admiro y cuánto la quiero, porque pese a su juventud y a esa alegría desbordante que inunda nuestras vidas, las vidas de las personas que la conocemos, no todo ha sido color de rosa. Al igual que en cualquier cuento, siempre cruel de Hans Christian Andersen, donde siempre había ogros que se comían a alguien o padres que abandonaban a su hijos, o sirenas sin alma, la vida también le ha puesto alguna que otra piedra en el camino, que ella, con toda esa fuerza y coraje que la caracteriza, las ha superado hasta el punto de haberle dado la vuelta a la tortilla y haberle sacado el lado positivo a esas circunstancias.
Este es mi más sincero homenaje a mi Esmeralda, a esa Esmeralda dicharachera, alegre, adicta al té Chai, a la Nutella, a las galletas Oreo, al helado, al chocolate, al queso y a las verduras. A esa Esmeralda tan impulsiva para algunas cosas como cuadriculada para otras. A esa Esmeralda amiga de sus amigos (esta frase nunca la entenderé, pero queda de puta madre....jajaja). Y sobre todo, a esa Esmeralda que está de sorteo porque ella lo vale, sin motivo, sin anestesia, porque un día se levanta y dice: "Voy a hacer un sorteo", toma ya, y encima no es un sorteo cualquiera porque el premio bien vale un "OLÉ" con mayúsculas y si no me creéis pinchad AQUÍ, que os vais a quedar muertos, así que ya la estais visitando y apuntando al sorteo.
Tengo que aclarar que es un sorteo y no un concurso, es decir, que el ganador lo será por puritita suerte y es por ese motivo por el que me presento al mismo con ésta receta de la propia Esmeralda, una receta que me encantó desde el momento en que la ví y sobre todo, la caté. Es un licor de textura cremosa, con un delicado aroma y sabor a chocolate que os animo a probar. Hoy mi brindis va por tí ESMERALDA.
INGREDIENTES:
- 200 ml. de nata líquida.
- 160 grs. de chocolate para fundir.
- 250 ml. de leche.
- 200 ml. de whisky.
- 1 lata pequeña de leche condensada.
- 1 cucharada de esencia de vainilla.
PREPARACIÓN:
- Ponemos en un cazo a calentar la nata a fuego medio y cuando empiece a hervir agregamos el chocolate partido en trozos y removemos hasta que el chocolate esté totalmente fundido y mezclado con la nata.
- Añadimos a ésta mezcla la leche y el whisky y removemos hasta que esten integrados perfectamente en la mezcla anterior.
- Incorporamos la leche condensada y la esencia de vainilla y volvemos a remover hasta que todos los elementos formen una mezcla homogénea.
- Vertemos el licor en una botella y metemos en el frigo.
- Una vez frio, estará listo para consumir.