El papa Francisco, haciendo uso de una mascarillas, dio la bienvenida a líderes religiosos a una oración de paz. La ceremonia interreligiosa, y con distanciamiento social, fue el espacio donde el Papa pidió un esfuerzo internacional unificado para trabajar por la paz y el fin de la pandemia del coronavirus.
Líderes cristianos, musulmanes, judíos, budistas, sij e hindúes se mantuvieron en silencio para orar por todas las víctimas del COVID-19 y una vacuna disponible universalmente, mientras el sol se ponía en la plaza con vista al Foro Romano. “La pandemia nos está recordando que somos hermanos y hermanas de sangre”, dijeron en un llamamiento conjunto emitido al final del servicio.
Durante semanas, el Papa Francisco ha evitado las mascarillas en sus audiencias públicas y privadas. Una acción contraria al aumento de casos de COVID-19 en Italia e incluso dentro de la Ciudad del Vaticano. Pero durante la ceremonia de este marte usó una durante todo el evento, solo removiéndola para hablar.
El evento atrajo a una gran cantidad de líderes religiosos a pesar de las restricciones de viaje relacionadas con el virus. El líder espiritual de los cristianos ortodoxos del mundo, el patriarca Bartolomé I, estuvo presente desde Estambul, Turquía. Mientras que otros líderes vinieron desde Europa continental y más allá.
El servicio fue organizado por la Comunidad de Sant’Egidio con sede en Roma. Un evento anual organizado para realizar la oración de paz interreligiosa. Una oración para emular el espíritu de la primera de su tipo que fue celebrada por San Juan Pablo II en Asís en 1986.
“Que unamos de inmediato nuestros esfuerzos para contener la propagación del virus hasta que haya una vacuna que sea adecuada y esté disponible para todos”, dijo el llamamiento conjunto.
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