Liga de la Justicia nº10

Publicado el 13 marzo 2017 por Actiontales

Título:¿Quien es Superwoman? (I)
Autor: Roberto Cruz
Portada: Roberto Cruz
Publicado en: Marzo 2017
Mientras la Liga de la Justicia hace frente a la crisis provocada por el desbocado Guy Gardner, algunos de sus miembros han de enfrentarse a sus propias crisis existenciales. Linda Danvers y J'onn J'onnz deberán enrentarse a la terrible realidad que esconde esta pregunta: ¿Quien es Superwoman?

El autobús se sacude bruscamente cuando el conductor pisa el pedal del freno, sacándome de mi sopor. Hacía tiempo que no recorría el país así, simplemente dejándome llevar, y tengo que reconocer que ha sido extrañamente reconfortante. Tardo un par de segundos en situarme mientras el sol que entra por la ventana me deslumbra, impidiéndome leer cualquier letrero que me sirva para orientarme.
— Hemos llegado a Leesburg. Por favor, los pasajeros con destino Leesburg tengan la bondad de abandonar el vehículo y pasar a recoger sus maletas.- anuncia el conductor a través de la megafonía, con el mecánico tono de alguien que esta aburrido ya de repetir día tras día la misma rutina.
Sí, he llegado a mi destino.
En un tiempo de crisis, los héroes más grandes del mundo se unieron para luchar contra el mal. Sus miembros pueden cambiar pero la lucha por la justicia continua. Ellos son …
Abandono con paso calmado la estación, tratando de hacer memoria si en alguno de mis viajes he pasado anteriormente por aquí. Extraño, no logro recordarlo. Miro a un lado y a otro de la calle, saboreando el aroma que flota en el aire, mientras la gente se mueve con prisa a mí alrededor. Me niego a que me roben este momento y me detengo a saborear la atmósfera de esta pequeña ciudad, su aíre más limpio y su sol más radiante. A pesar de haber visto con mis ojos algunas de las más grandes maravillas del mundo, aún me siento atraído por estas pequeñas localidades del interior de los EE. UU.
— ¡Hey, amigo!- un taxista llama mi atención mientras arroja los restos de un cigarrillo al suelo.- ¿Le acerco a alguna parte?
— Mmmm… De momento no. Hace un buen día y quiero estirar las piernas. ¿Podría decirme si la avenida Pennsylvania queda muy lejos de aquí?
— ¿Acaso tengo cara de guía turístico, amigo?- me contesta él de manera despectiva. Pero no ha hecho falta que me diga nada más. Ahora tengo claro cuál es mi camino.
Compro un par de sándwiches y un zumo en un quiosco callejero y enfilo la avenida principal hacia el oeste, hasta alcanzar un pequeño parque dónde busco un banco a la sombra para dar buena cuenta de mi almuerzo. Mientras saboreo el primero de mis bocados me detengo un momento a escuchar. Nada. No hay nada fuera de lo normal. Ni un grito ni ninguna emergencia. Cuando llevas tanto tiempo en grandes ciudades como Gotham o Metropolis te acostumbras a que haya siempre una crisis. Pero aquí eso no ocurre… ¿Quién se ocupa de mantener estos lugares así? La Liga de la Justicia está acostumbrada a enfrentarse a conquistadores espaciales, dominadores del mundo o demonios ancestrales pero ¿Quién se preocupa por los sitios pequeños como este? Y en ese momento, dos niñas que pasan corriendo me dan la respuesta. Sus coloridas camisetas y su reconocible símbolo en el pecho llaman mi atención y ponen dirigen mi mirada hacía una pequeña estatua colocada en el interior del parque. Ésta ocupa un lugar privilegiado dentro de una pequeña plazoleta, indicativo de la importancia y el respeto que les infunde la persona a la que han querido homenajear con ella. “Leesburg a Supergirl” reza en la base, y no puedo evitar que se dibuje una sonrisa en mi cara al percatarme de lo importante que son estos mal llamados “héroes menores” para nuestra sociedad. ¿Cuántos de estos “héroes locales” hay por ahí a los que se les demuestra tanto cariño aunque no ocupen titulares en noticiarios como otros más “importantes”?
Pero es evidente que ese sentimiento no es compartido por todos. Alguien ha arrojado pintura roja contra la estatua, dejando clara su disconformidad con su significado, quedando ésta como si los restos de una herida abierta se tratasen, partiendo el corazón de la heroína por la mitad. Eso y un visible “¡Largo de aquí!” pintado en el lateral de la base dejaban bien claro el mensaje que se quería transmitir. Un hondo penar inunda mi mirada consciente de nuevo de los claroscuros que inundan el alma humana. Termino mi almuerzo de dos rápidos bocados y reemprendo la marcha dispuesto más que nunca a terminar la tarea que me ha traído hasta aquí.

El vecindario era casi anodino, como tantos otros en el país: una urbanización de casas unifamiliares casi copiadas las unas de las otras, al menos en la fachada. Cada uno de sus dueños hacía un esfuerzo por mantener cierto grado de personalidad mediante un cuidado paisajismo en sus jardines pero, salvo eso o detalles menores como adornos superfluos en el menaje del hogar tales como las cortinas, etc… o el modelo de coche que hay aparcado en las puertas, todas las casas podrían haber sido clónicas. El número 160 se distinguía de los demás en las bellas figuras que adornaban el jardín, pequeñas estatuas diseñadas bajo un casi obsesivo canon angelical. Todas estaban colocadas en un lugar destacado y especial, “protegidas” por elementos del paisajismo tales como arbustos y/u otras plantas para dificultar el acceso a las mismas. Un par de juguetes abandonados en el césped de manera descuidada me permiten deducir el porqué: hay niños pequeños en la casa que podrían identificar esas figuritas como juguetes y éstas guardan demasiado valor sentimental para dejarlas en sus manos.
— ¡¿Buenas tardes?!- elevo mi pregunta en un grito a través de la mosquitera de la puerta.
— Dígame. ¿Qué es lo que desea?- la voz de Sylvia Danvers procede de la cocina. Su inconfundible mechón de pelo blanco la delata.
— Señora Danvers supongo ¿no? Discúlpeme el atrevimiento. Venía preguntando por su hija, Linda. ¿Tendría la amabilidad de decirme si está en casa?
— ¿Sobre qué tema era?-no me hacían falta mis habilidades especiales para percatarme de la suspicacia en las palabras de la señora Danvers. Quizás presentarme así de improviso, sin ser invitado, no haya sido la mejor de las ideas.
— Verá, soy un amigo suyo de… Metrópolis y quería hacerla una visita.- Y vuelvo a darme cuenta que he cometido otro error ¿Qué relación podrían guardar una joven como Linda Danvers con un hombre de color de mediana edad como aparento ahora? Sería normal que cualquiera sospechase algo extraño.- Se trata de un asunto de… negocios. Quería encargarla algunas figuras.
— ¿De… Metropolis, dices?— La expresión de Sylvia cambia. Continúa debatiéndose entre la duda y la prudencia pero creo que sospecha ya cuales son mis verdaderas intenciones.-Un momento. Voy a avisarla. Pase por favor.
Los minutos se estiran lo indecible mientras espero en el salón bajo la atenta vigilancia del joven Wally quien no para de mirarme curioso mientras Sylvia ha subido al piso superior en busca de Linda. No puedo evitar sentirme incómodo ante esa situación. Nunca he sabido muy bien cómo comportarme delante de los niños… humanos. Termino por dibujar una mueca en mi cara hasta que consigo que se ría.
— Puede pasar. Linda le espera en su habitación. Arriba, la segunda a la derecha.
— Muchas gracias Mrs. Danvers. Tiene usted un hijo encantador.

La habitación de Linda está casi a oscuras. El ambiente que se respira allí es muy cargado y deprimente. La cama está deshecha. Alguien ha intentado al menos colocar las mantas y adecentarlas pero es evidente que ha estado ocupada hasta hace bien poco. Las paredes están extrañamente desnudas aunque son visibles aún los espacios que debían estar ocupados por fotografías y posters dado el cambio en la decoloración de la pared, producto de su exposición a la luz. Linda está sentada al fondo de la habitación, en el único lugar de toda ella claramente iluminado por la luz natural, de espaldas a la puerta. Entro con cautela, tratando de adivinar que sostiene en sus manos. Por encima de su hombro puedo ver que se trata de una masa de arcilla, ya reseca, a la que alguien ha tratado de darle una forma vagamente humana.
— Linda, yo…
— Pasa J’onn. Porque eres J’onn ¿verdad?
Me sorprendo al ser descubierto con tanta facilidad. Como otros tantos, he subestimado las extraordinarias habilidades de esta joven tan singular. Abandono entonces mi disfraz y me acerco hasta ella ofreciéndole un abrazo al que ella gentilmente responde. A pesar de sus esfuerzos por ocultarme su rostro, soy capaz de ver las señales del profundo sufrimiento que la acongoja. Ella hace un esfuerzo por sobreponerse, por ofrecerme su mejor sonrisa pero no hace falta ser telépata para darse cuenta que no está bien.
— Bueno… ¿qué tal estas J’onn? ¿Cómo tu por Leesburg? ¿Te recuperaste ya de tus heridas(1)?
— Eso es ya agua pasada, Linda. Estoy aquí por ti. No tenemos noticias tuyas desde lo de Empire city y Canario y yo estábamos preocupados.
— ¿De veras? ¿Cómo están los demás? He oído que ha habido problemas…
— El asunto de Gardner se nos ha ido definitivamente de las manos. Canario Negro, Artemisa y Linterna Verde han partido en su busca para tratar de solucionarlo(2). Pero ese no es el tema. Hoy estoy aquí por ti. Quiero sabe qué te ocurre…
Linda permanece en silencio unos segundos mientras la angustia se convierte en un nudo en su garganta, un nudo tan grande que no puede ya reprimirlo más. De nuevo, se hunde en mis brazos, esta vez entre sollozos.
— ¡Dios J’onn tengo tanto miedo!! ¡Ya no sé ni quien soy! Estoy tan confundida… Y Clark no está aquí para poder hablar con él(3). Por favor, ayúdame J’onn.
— Pero ¿qué es lo que te ha ocurrido? No puedo ayudarte si no me cuentas.
— ¡Mira mis brazos J’onn! ¡Míralos!-Linda expone ante mí sus antebrazos, unas extremidades totalmente normales para un ser humano como ella.- ¡No queda ningún tipo de señal! ¡Nada!!
— No entiendo a qué te refieres con eso…
— Cuando quedamos atrapados en aquella nave, Epoch me atrapó dentro de su maquinaria. Literalmente “me fundí con ella”, según nos contó Ryan Choi(4). Pero mira: no queda ningún tipo de señal. ¡Nada!
— Pero eso es normal en alguien como nosotros Linda. Tu invulnerabilidad…
— ¡Yo no soy kryptoniana, J’onn! ¡Yo no tengo invulnerabilidad! A mí me protege un campo de fuerza psicocinético pero no tengo ningún poder especial de recuperación. Al menos, no desde…- Linda duda y permanece en silencio, como si temiese pronunciar las siguientes palabras.
— Continúa, Linda. ¿Qué ibas a decir?
— No desde Matrix.- Y entonces parece derrumbarse, como si llevase días luchando contra la idea de que eso pudiese ser cierto y ahora, tras pronunciarla en voz alta, haya sido consciente totalmente de su magnitud e inevitabilidad. Su rostro se oscurece y sus mejillas se inundan de lágrimas.
— No lo entiendo. ¿Quién es Matrix?
— Se supone que Matrix fui yo, al menos hace algún tiempo. ¿No conoces la historia? Siéntate. Es largo de contar.- Nos sentamos en su cama y puedo contemplar en su rostro el tremendo esfuerzo que le supone hacer frente a esta historia.- Matrix procede de otro universo, J’onn. Uno muy diferente a éste, dónde la palabra “kryptoniano” tiene connotaciones totalmente distintas. Un mundo que perdió a Clark demasiado pronto y que se vio indefenso ante la fuerza y brutalidad de compatriotas suyos. Un planeta que liberó por accidente a tres criminales de su prisión kryptoniana y que pagó por su imprudencia. Matrix fue creada por su Lex Luthor como inspiración, a imagen y semejanza del héroe perdido pero con poder insuficiente para sustituirle así que se vieron en la obligación de romper las barreras dimensionales y vinieron en busca de vuestro Superman para que nos ayudase. Y el accedió a hacerlo, aunque para ello tuviese que traicionarse a sí mismo(5).
>> Con aquel mundo totalmente destruido, Superman trajo a Matrix a esta Tierra dónde trató de encontrar su propio lugar con el nombre de Supergirl. Cometió errores, tomó malas decisiones(6) pero siempre trató de hacer lo correcto. Y entonces es cuando la cosa se pone más… interesante.- Me indica ella enjuagándose las lágrimas.- Supergirl vino a Leesburg a ayudar a una de sus… fans a petición de sus padres, pues llevaba varios días desaparecida. Lo que ella no sabía que esa chica había sido…-Linda hace una pausa, como buscando la expresión- mala y se juntaba con gente que era peor. Al final, y para salvar su vida, Supergirl tuvo que fusionarse con ella, convirtiéndose en algo totalmente nuevo.
— Esa joven… eras tú, ¿no?- me atrevo a pregunta. Ella solo baja la cabeza avergonzada en señal de respuesta. — ¿Qué ocurrió? ¿Por qué dices que eras “mala”?
— Ya conoces como es la gente a esa edad… porque la conoces ¿no?-me pregunta extrañada.
— ¿A qué te refieres? ¿A que si fui joven? Claro ¿O acaso piensas que siempre tuve este aspecto?—Linda sonríe avergonzada y, por un instante, sus ojos se iluminan y regresa esa joven que todos solemos conocer.
— Pues eso… Yo pasaba por una edad difícil y conocí a alguien, un tipo llamado Buzz que no me convenía y que me enseñó a hacer cosas que no debía…
— Pero…
— Lo peor de todo J’onn es que no me obligaba. ¡Yo quería hacerlas! Por eso digo que era una persona mala y era justo que tuviese que pagar por ello. Pero entonces apareció Supergirl y todo cambió.
— ¿En qué sentido?
— En todo. Ya no fuimos nunca más Linda Danvers o Supergirl sino un ente totalmente nuevo. Aunque te resulte extraño oírlo, nos convertimos en el Ángel Terrenal del Fuego; parte de una triada nacida para representar a la Shechinah, el lado femenino de Dios, un tipo de ángel que sólo puede nacer cuando alguien se sacrifica por otro que, en todos los aspectos, no le queda ni la esperanza. ¿Te das cuenta de lo que significa eso, J’onn? ¡Yo no merecía ser salvada!
— Linda…- me esfuerzo en medir exactamente las palabras para no herirla más con mi siguiente pregunta- si ambas os fundisteis ¿por qué hablas de Matrix como si fuese otra persona?
— Ya te dije J’onn que la cosa se ponía interesante. Y es que junto a mis compañeros el Ángel del Amor y el Ángel de la Luz tuvimos que enfrentarnos un ente conocido como El Carnívoro, el primer vampiro, que planeaba asaltar al mismo Cielo (No me mires así, J’onn. Tú ya conoces a Zauriel(7). No me puedo creer que estés poniendo esa cara…) Para derrotarlo, Supergirl se sacrificó otra vez… y es el momento en que Linda Danvers aparece de nuevo.- Linda se levanta de la cama y acude a su armario, extrayendo de él el uniforme de minifalda negra, camiseta y botas rojas que vistió durante un tiempo.- Ya no era un Ángel Terrenal ni sentía a Matrix en mi interior, pero conservaba sus recuerdos y parte de sus poderes. Ya no podía volar, ni poseía “alas de fuego” o “mirada flamígera” pero continuaba siendo superfuerte y más resistente al daño que alguien normal. Pero volvía a ser yo misma…-y Linda vuelve a entristecer su mirada al recodar la terrible idea que le ha estado abrumando estos últimos días.- Aun así, no podía dejar a “mi otra mitad” desamparada e inicié su búsqueda por todo el mundo, para terminar encontrándola en manos de Lilith, la Madre de los Demonios, quien pretendía rescatar a su hijo el Carnívoro de las Fosas de la Perdición donde lo habíamos arrojado. La derrotamos y Matrix se fundió con mi antigua adversaria Twilight para crear al nuevo Ángel del Fuego mientras mis poderes eran restaurados hasta el nivel que tuvo Supergirl en un principio, antes de todo el asunto de los ángeles. Recuperé mi habilidad de volar y mis ataques psicocinéticos, por poner un ejemplo(8)
— Menuda historia, Linda. Pero ¿a qué viene tanta angustia? Parece que todo tuvo un final feliz…
— ¿Y si fue una mentira J’onn? ¿Y si “Linda Danvers” nunca regresó? Matrix nunca fue una persona “real”, su personalidad siempre estuvo basada intencionadamente o no en la de otros: la de la Lana Lang de su mundo, la del el Superman del vuestro… Incluso cuando trató de ser ella misma no podía evitar convertirse en lo que esperaban otros de ella. ¿Y si los miedos de mis… los padres de Linda estaban justificados? ¿Y si solamente soy Matrix-creyendo-ser-Linda-Danvers?(9)
— Pero tú dijiste que Matrix y Linda se separaron cuando derrotasteis al Carnívoro…
— ¡A eso mismo me refiero J’onn! Linda no tuvo nunca poderes regenerativos. Ese poder siempre fue de Matrix. ¿Y si he estado engañándome a mí misma todo este tiempo, auto limitando mis poderes para no revelar la verdad? ¿Y si Linda Danvers murió aquel día y jamás existió? ¿Y si toda mi vida no es más que una farsa?— Y con esto, Linda termina de derrumbarse y vuelve a buscar refugio en mis brazos. Y yo no sé qué contestarla.
— Linda, yo…— ¿Qué podía decirla? Yo llevo más de treinta años viviendo la vida de otros pero siempre ha sido por mi propia elección y he tenido bien claro siempre quién era yo. No puedo imaginarme el horror que estará pasando esta niña al ver cómo su universo se tambalea y pierde cualquier punto de referencia. Ahora comprendo que haya regresado aquí: está buscando entre estos objetos, estos recuerdos, un ancla que le permita reafirmar su personalidad.
— N-no debería haber venido aquí. Esta la casa de Linda Danvers, la familia de Linda Danvers. Y si yo no soy… Pero es que no sabía dónde ir. Sin Clark me siento tan sola….
— No digas eso Linda. Tienes mucha gente a tu alrededor además de Clark. Está la señora Kent, que sabes que te recibirá siempre con los brazos abiertos; están tus amigos de los Titanes… Incluso si lo que dices es cierto, estoy seguro que los Danvers estarían allí para ayudarte. Y nos tienes a nosotros. Eres una de los nuestros y nosotros no abandonamos a nuestros compañeros. La Liga te ayudará a buscar las respuestas que necesitas.— Cojo su rostro entre mis manos y la miro directamente a los ojos, tratando de transmitirle confianza.— Yo también me sentí solo cuando llegué aquí a la Tierra pero, al final, encontré en vosotros a mi nueva familia.— Y ella sonríe de nuevo como única respuesta, una sonrisa sincera que ilumina con nueva vida toda la habitación.
La conversación termina cuando un grito de horror llega desde el piso inferior. Los dos nos precipitamos escaleras abajo, con nuestros sentidos en alerta producto de muchos años de combate y de lucha.
Sylvia Danvers está junto a las escaleras de acceso a la planta de arriba, sosteniendo al pequeño Wally entre sus brazos, tratando de protegerle de aquello que aparece por la puerta. Y en el dintel de la misma hay un joven de pelo rubio y un tanto desarrapado, tambaleándose mientras su camiseta está empapada en sangre, producto de una daga que tiene ensartada en su pecho. Y en ese instante Linda grita, precipitándose hacía él:
— ¡Buzz!!!
El joven termina derrumbándose en el suelo mientras el piso comienza mancharse con su sangre
— ¡Buzz! ¿Qué te ha pasado? ¿Quién te ha hecho esto?
— ¿Quién es este joven, Linda? ¿No será el “Buzz” del que me has hablado antes?
— ¡Claro que sí! Tenemos que hacer algo J’onn. Tenemos que salvarle.
— Pero, después de lo que me dijiste…
— Sé lo que te dije. Pero también me ayudó cuando tuve que buscar a Matrix. ¡No puedo abandonarle ahora!
— Linda…-La voz de Buzz era apenas un susurro.
— ¡Buzz! ¡Sigue con nosotros, Buzz! ¡No te rindas!—suplica Linda
— Linda…-volvió a repetir él.—L-lárgate de aquí…
— ¿Cómo?
— Ella viene…
— ¿Cómo?
— Huye…
Y entonces comienza. Al principio no es más que un murmullo, como el de un tren lejano que está acercándose. Pero pronto incrementa su intensidad y todo tiembla. La casa cruje mientras a duras penas consigue mantener su estructura en pie sufriendo ante aquel repentino y potente terremoto. Pero allí hay algo más: acompañando al temor por nuestra seguridad una sensación de horror que nos invade a todos como una ola, provocándonos pérdida del equilibrio y la terrible sensación de tener nuestro cuerpo compuesto por millares de gusanos que tratasen de salir de él, incluso a través de la misma piel. Para alguien tan sensible como yo, dotado de telepatía, es mucho peor puesto que soy capaz de sentir no sólo mi horror sino el que sienten los demás a mí alrededor. Tan abrumadora es la sensación que no puedo evitar perder el control de mi cuerpo y recuperar mi verdadera forma.
Los minutos pasan angustiosamente lentos mientras la sensación parece no tener fin. Y por fin, tan repentinamente como llegó, se desvanece. Yo recupero mi compostura rápidamente y asumo otra vez mi “forma terrestre(10) antes de que los Danvers se hayan podido percatar de mi transformación. Bastante tenían ya con hacer frente a tener un moribundo en su puerta o un superhéroe en el salón como para enfrentarse a un extraño y desconocido alienígena.
— ¿Q-que demonios ha sido eso? ¿Qué está pasando, Linda?- pregunta con justificada preocupación Sylvia a su hija.
— No lo sé mamá, pero me temo que esto no ha terminado.-contesta ella.
— ¿Tú también lo notas?- la pregunto. La expresión de horror y angustia de Linda no ha abandonado su rostro. Ella es capaz de continuar percibiendo el horror tanto como yo, que aún nos golpea pero ya no como una rugiente ola sino como un mar de fondo.
— Si, y mucho me temo que sé de lo que se trata.-me responde asustada.
Los dos salimos de la casa tambaleándonos, aun víctimas del terrible shock sufrido para contemplar un espectáculo dantesco: una inmensa columna de humo y cenizas se alza desde el centro de Leesburg, como si un tremendo volcán hubiese surgido allí de la nada. Pero hay algo extraño en aquellas nubes grises que comienzan a cubrir el cielo: tienen una extraña textura, casi viscosa, que hace evidente que no estamos ante un fenómeno natural. Incluso si concentro mis sentidos puedo ver formas que se transfiguran en su interior, como procedentes de algún mundo de pesadilla.
— ¡Dios santo, no puede ser!
— ¿De qué estás hablando Linda? ¿Qué es eso?
— ¡Es la Corriente del Caos(11), J’onn! Es una manifestación del místico rio Estigia y que aparece para alimentar a las fuerzas caóticas cuando estas quieren tomar algún lugar. Sólo se desestabilizaría así si una fuerza muy poderosa estuviese en la ciudad.
— Muy bien. Quédate aquí con tu madre. Yo iré a investigar.
— No J’onn. Leesburg es mi ciudad. Mi responsabilidad. No les abandonaré ahora.
Orgulloso, accedo a su petición y ambos salimos volando hacía el centro de la ciudad tras procurar poner a salvo a los Danvers. El espectáculo es sobrecogedor mientras la Corriente del Caos surge a borbotones por lo que antes era una tranquila población de Virginia, transformando todo y a todos a su paso. Los más profundos demonios de sus habitantes cobran vida y sentido en este día y comienzo a ser consciente de lo poco preparados que estamos para hacer frente a algo como esto.
Es entonces cuando sobreviene sobre nosotros de nuevo el horror, una sensación de angustia y desesperación que raya la locura y que casi acaba con nuestras mentes, cuando algo en la gigantesca columna de la Corriente del Caos que había en medio del pueblo comienza a moverse; había algo allí dentro que iba tomando forma, utilizando la misma materia del Caos del río como base. Dada la cambiante naturaleza de dicho material, al principio resulta difícil hallarle una forma reconocible, pero poco a poco sus rasgos se van haciendo más palpables, hasta que un rostro aparece ante nosotros. Y entonces aquella cosa habla, con una voz como la de mil almas gritando de agonía:

— LINDAA…
Linda palidece al instante, consciente del ente que había detrás de aquella voz y lo que significaba:
— ¡No! ¡No puedo ser él! ¡No otra vez!
— Claro que sí, pequeña. ¿Acaso pensaste que te ibas a librar de nosotros tan fácilmente?— contesta una voz detrás de nosotros. Aunque para mí no me resultara especialmente conocida, hace despertar en mi interior el recuerdo de terrores atávicos enterrados en mi alma, de horrores ancestrales más allá del tiempo. No sabía quién era realmente pero mi alma la reconocía.— Lilith ha vuelto, querida mía. ¿Nos echabas de menos?
Continuará...
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Referencias:
1 .- J’onn sufrió terribles quemaduras en el enfrentamiento de la Liga contra Epoch (ver Liga de la Justicia #04-06)
2 .- Esta aventura sucede en paralelo a los acontecimientos ocurridos en nuestros últimos números y es anterior a lo que ocurre en nuestra serie Manhunter de Marte.
3 .- Superman está “desaparecido en combate” tras su enfrentamiento con Zod en Superman #20. Para saber exactamente cuál es su paradero no dejes de leer nuestra serie Superman. Esta serie sucede antes de nuestro Superman #30.
4 .- Tal y cómo se contó en Liga de la Justicia #05
5 .- Una versión resumida de “la saga del Supergirl” vista en Superman v2 #21-22 y Adventures of Superman #444, que terminó con la muerte de los tres villanos kryptonianos ejecutados por Superman.
6 .- Entre las que se incluyen enamorarse y aliarse con Lex Luthor, hasta que descubrió sus verdaderas intenciones.
7 .- Zauriel es un ángel de las Huestes del Águila, miembro de la JLA y compañero de armas de J’onn J’onnz. Fue creado por Grant Morrison para ocupar el lugar de Hawkman en la Liga ya que DC tenía miedo de utiliza el personaje original debido a lo complicado de su continuidad (la que luego “arregló” y dio sentido Geoff Johns) Imaginaos si a todo esa continuidad le hubiese unido una conexión con los ángeles… Uff!!
8 .- Bueno, a grandes rasgos acabáis de leer un resumen de la serie Supergirl volumen 4 de Peter David. No os puedo mencionar ningún arco en concreto porque esta fue la trama que desarrolló su guionista durante 75 de los aproximadamente 80 números que tuvo la colección.
9 .- Este tema lo trató Peter David en Supergirl v4 #14-15 USA
10 .- Recordad que la forma auténtica de un marciano no es el culturista grande, verde y bonachón al que nos tiene acostumbrados J’onn J’onnz sino que es muy diferente a la forma humana. Él adopta esa forma para no infundir terror en los humanos y que puedan aceptarlo más fácilmente, aunque mantenga así parte de su naturaleza marciana.
11 .- Aparece por primera vez debajo de Leesburg en Supergirl v4 #12