Ligero y profundo

Publicado el 17 agosto 2010 por Ochoymedio

Una de las palabras que utilizan muchos espectadores y críticos a la hora de hablar bien de una película es decir que vieron una cinta “profunda”. Y de igual manera, se refieren a películas “ligeras” como aquellos films sin mucha ambición intelectual. Y aunque probablemente yo también haya utilizado esos calificativos, creo que son bastante problemáticos.

¿Qué es una película profunda? ¿La que habla de los grandes temas del mundo, y nos cuestiona sobre nuestro paso por la vida? ¿Y a qué nos referimos con una película ligera? ¿Son aquellas obras cinematográficas sin pretensiones, que apenas parecen relatar una anécdota? Porque tenemos un embrollo: parecería que una película profunda es mejor per se que una película liviana. Y no. Por más profundos que sean los temas de que trate todo, la “gracia”, que es un término que me gusta mucho, no depende de profundidades metafísicas sino de pericia narrativa y de guión.

A qué viene todo esto. A que vi hace muy poco dos películas casi el mismo día: Cold souls, en la que Paul Giamatti haciendo de sí mismo le encarga a una empresa que le guarde el alma por unos días porque ya no soporta su peso (si esto no es un tema “profundo” no sé qué puede ser). La segunda película es She´s out of my league que sólo cuenta lo que pasa cuando un hombre normal, tirando a feo (como uno, mejor dicho) consigue que la mujer más bonita que haya visto se enamore de él. Y aunque a la segunda le sobren un par de chistes escatológicos un poco forzados frente al tono general y la primera tenga además en su reparto a David Strathairn y a Emily Watson, me quedo con la comedia romántica y predecible.

¿Por qué? Porque Cold souls es pretenciosa, y cree que el espectador tiene que aguantarse unos planos de sueños y de lagos congelados en Rusia, con insomnio del protagonista incluido, por su tema tan “importante”. Desperdicia una buena idea con una estructura soporífera que no es capaz de generar atracción. En cambio She’s out of my league con su historia tantas veces contada, lo único que hace es presentarla bien, intentar que nos gusten sus personajes, buscar un ángulo, sino original, al menos fresco para relatarnos todo. Y punto.

¿Qué la primera servirá más para cine foros en bibliotecas? Por supuesto. Pero no por sí misma, como película. Sino por su tema. En cambio la segunda sería el perfecto ejemplo que yo le pondría a alumnos de cine de cómo hacer una comedia romántica para jóvenes hoy en día, sin tener que caer en las bobadas de American pie.

Profundo no es lo mismo que bueno. Si así fuera, bastaría con poner a Meryl Streep en pantalla leyendo a Kierkegaard para lograr una película aceptable. Y liviano, bueno, liviano son los Hermanos Marx. Y para pasar una pena prefiero a Groucho que a Søren.

Ligero y profundo originalmente publicado en www.ochoymedio.info/blog en Aug 17, 2010.