Versos al aireMaría José Ferrada es una periodista, escritora y poeta chilena. Comenzó escribiendo libros para su hermano y, desde allí, abrió caminos de versos y música suave. Es mucho lo que se puede conversar sobre ella y su escritura, porque sus poemas son expresión de libertad e imaginación. En Cuando fuiste nube, que ganó el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños en 2018, el camino de la poesía se abre entre rincones de las tardes y los lugares conocidos del hogar. En estos poemas, María José Ferrada conjuga episodios comunes con experiencias enormes, de vida, como sucede acá:
III Busca al monstruo que vive debajo de tu cama y dile que te hable de la oscuridad. El mío me dijo que era un trozo de la noche un rectángulo que los monstruos llevan en su morral. Fue nuestra primera y única conversación. Desde entonces me asomo de vez en cuando a mirar. Y lo veo sujetando con sus manitos de monstruo su pedazo de cielo negro confiado como si la oscuridad brillara como si también la oscuridad fuera una lámpara. Qué novedad hermosa descubrir un monstruo, que podría dar miedo, que podría quitar el sueño, aferrado a su oscuridad como un creyente a su dios. Así, la experiencia del monstruo debajo de la cama se vuelve la oportunidad de conocerlo y de descubrir su mundo. De este modo las diferentes aventuras cotidianas y los hallazgos pequeños despliegan una enorme densidad y oportunidad para contar algo nuevo, algo más grande. IX El nacimiento de los muebles es algo natural. El tronco del árbol se sacude y en lugar de hojas baúles armarios mesas caen como nueces. Crecimiento y labor: un carpintero los lleva a su taller (el taller tiene una ventana por la que entra el sol y el sol es una manta) espera a que maduren. Labor y fortuna: tengo algo para ti en el bolsillo es un sofá. Lo encontré ayer, mientras caminaba hacia mi casa ahí entre los tréboles. Mirar un mueble crea un universo entero, un juego entre el azar y las posibilidades, un camino para dejarse sorprender por el funcionamiento de las cosas —también para imaginar nuevos modos, nuevos órdenes. XII Ahora miremos el cielo hablemos del día en que antes de ser tú fuiste nube y tu pasatiempo era atravesar el cielo volando volverte dragón oveja elefante todo los animales sobre el fondo celeste. No, no me digas que no te acuerdas. Si desde ese día busco y busco entre mis recuerdos uno tan liviano como ese. El día en que también yo fui nube viento sol el color anaranjado de los días. Es un lindo mimo pensar que alguna vez, hace mucho tiempo, fuimos nube, que jugamos a cambiar de forma, que nos mimetizamos con el color del atardecer. Aventuras a la hora de la siestaLaura Escudero es una docente, psicóloga, escritora y poeta argentina, con mucho camino de escritura, de búsqueda, de experimentación. Su poesía es un organismo vivo: cambia y crece, muta y se transforma todo el tiempo. Si alguno la sigue en redes sociales, verá que siempre tiene unos versos para acercar y compartir. En Ema y el silencio, que ganó el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños en 2015, Ema es la niña que nos da la mano para recorrer los rincones del silencio, en búsqueda de la música que tienen todas las cosas. Como cuando nuestros papás y mamás dormían la siesta y, en el silencio de su sueño, con cuidado para no despertarlos, jugábamos a crear mundos.
Ema salta Hay un silencio en el silencio que guarda la música del mundo. Murmullos de mar en el fondo oscuro de las caracolas -y en lo profundo- sinfonía de peces aguavivas sombras de gaviota. En la noche hay grillos, una luna que a su modo canta. Hay en el silencio un silencio que guarda la música del mundo: la siesta borda el camino a las amapolas y a las libélulas. Ema salta del silencio al mundo que flota detrás de las palabras. Toda esta exploración viene enmarcada, desde el comienzo del libro, por este fragmento de Juarroz (¡qué poeta!): Existe un alfabeto del silencio / pero no nos han enseñado / a deletrearlo. Con esa impronta, los caminos de Ema se convierten en el aprendizaje de ese alfabeto, que está escondido en su casa, en su jardín, en ese rato de siesta, en los misterios más pequeños. Ema y el árbol En el roble pequeños cuencos alojaban frutos dorados. En otoño cayeron. Ahora cuelgan tazas vacías de las ramas los pájaros las llevan a sus nidos beben sol a montones y cuentan a sus hijos historias de lo que brota de nuevo. De la lluvia. De la quietud de las flores abriéndose mientras se abren. De cuando las hojas tienen sueños de barco y esperan vientos que las lleven sobre acantilados de nubes y bosques de anémonas azules. Ema trepa al árbol: atrapa peces de luz se hamaca en canoas pequeñas cuenta caracoles escucha el mar. El recorrido de Ema, con oído atento y ojos bien abiertos, es un re-descubrimiento, para nosotros, los lectores, de esa experiencia infantil de pura invención y juego con cualquier cosa que nos cruzáramos. Así, todo está vivo y tiene guardado en su interior la potencialidad de ser lo que nosotros soñemos. Ema con alas Una mariposa no es lo que parece. A veces sus vuelos son guirnaldas farolas en las flores pañuelos otras sobre una cala se vuelve palidez y llora. Una mariposa es de vez en cuando tristeza alegría de vez en otra. De la mirada en lo pequeño y cotidiano, que nos cruzamos en la poesía de Juan Lima y Eduardo Abel Gimenez en la entrega anterior, al descubrimiento de la enormidad que guardan esas cosas pequeñas y cotidianas en estos poemas de María José Ferrada y Laura Escudero. La poesía para niños y niñas es una caja de sorpresas, de las mejores y más lindas, y acerca variedades para todos los gustos. La humilde invitación es a seguir explorando, a dejarnos encontrar por otros autores y autoras, por otros universos llenos de música y rima para niños, niñas y, también, todos nosotros. |
El fin, por ahora Este newsletter llega a su fin, al menos por ahora. Fue una aventura de verano, después de varios años de trabajar investigando libros para el blog: jugar a mirar y leer libros para chicos y chicas, encontrar recorridos, líneas que se cruzan, y todo eso prepararlo y pensarlo para compartir con otros, para pensar y dialogar sobre ellos con todos los que estuvieran interesados e interesadas y con ganas de compartir. Ahora el verano ya se guardó y, entonces, el newsletter también dormirá por un tiempo. Quizás el verano próximo lo vuelva a traer, quién sabe. En el mientras tanto, agradezco infinitamente cada suscripción y lectura, y me encantaría conocer qué les pareció este newsletter. Así que si tienen unos pequeños minutos, les acerco una encuesta para que ahora sean ustedes me puedan contar qué piensan, qué les gustó, qué sugerencias tienen. ¡Me encantaría leerlos, leerlas! 📝 Y para despedirnos, al menos por ahora, les dejo este poema de María José Ferrada, así recibimos y saludamos al otoño que ya nos visita: VI Y ahora escucha. Sucede cada otoño solo un día: un árbol toca la puerta entra en la casa y saluda a sus parientes. Los recuerdos del bosque zumban en la sala como abejas del sol: trinos brisa luz días en que también la mesa las sillas y el librero fueron árboles. Sucede cada otoño solo un día: el árbol parte y deja en la sala sonidos de ramas y raíces una nostalgia un recuerdo amarillo. 🍂 |
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¿Querés más literatura? Si querés continuar navegando los océanos de la literatura infantil y juvenil, en Obras citadas seguimos trabajando, investigando y leyendo en el blog y también en Instagram. Además, este año comenzamos a ofrecer talleres de escritura para jóvenes y adolescentes (¡próximamente para adultos!). Podés enterarte de esto y más en nuestro perfil de IG 📚 |
Para seguir leyendo La poesía se despliega con una frescura irreverente en Conversación con el pez, de Juan Carlos Moisés, ilustrado por Pablo Picyk. Dicho sea de paso, no es un libro sencillo de conseguir, pero sí que vale la pena, porque presenta una mirada muy original, muy fuerte, en una voz muy cercana, casi como si el poeta "silbara bajito". Gatos negros Meter en un poema a la vecina y a sus gatos negros más de veinte no es particularmente poético pero no me quería olvidar de anotar en algún lugar con mi puño y letra que los veinte o más gatos negros que ella tiene nos traen suerte.
Es libro sorpresivo, con poemas que saltan y bailan, llenos de una fauna temperamental, de caballos, vacas, días de campo, pensamientos y reflexiones, sueños y juegos, pero con un tono tan cercano, tan de amigo que nos cuenta algo simpático que vio, que hace que sean una novedad, un vaso de agua en un día de calor. Las ilustraciones, además, completan la simpatía de la lectura y completan los poemas, a veces, hasta los terminan y les cambian el sentido. Un libro que es, realmente, un hallazgo para niños, niñas y para nosotros, adultos. Novedades El rap de los gatos, Pedro Mairal y Pablo I. Elías. Ralenti, 2020. Un gato llega a un hogar y su presencia se expande, se despliega. El rap de los gatos es una canción, un poema sobre la vida de un gato, que se hace muchos y ocupa todo el hogar, toda la ciudad, todo el universo. Y ahora hay tres gatos locos saltando alrededor uno pega un salto ninja, persigue un moscardón. Uno empuja las cosas para ver cómo caen y otro espera la tarde para ver qué le traen y dice miau…
Los versos están cargados de ritmos, acompañados por el estribillo de los maullidos de los gatos, mientras que las ilustraciones son caóticas y desbordadas: allí los gatos conquistan todo, con simpatía y desorden. De este modo, las palabras del estribillo cubren cada vez más las páginas y el universo de los gatos se despliega en las ilustraciones, alcanzando edificios, personas, planetas. Un libro musical, divertido e ideal para todo dueño de gatitos. |
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