Pero, aprovecho que acabó la campaña de anillamiento de limícolas y que Emilio colgó un excelente resúmen en el blog del grupo para colgar alguna fotillo de lo se ha anillado últimamente. Aunque no pude asistir a todas las jornadas de campo, tuve la suerte de presenciar la captura y anillar a 8 especies de las 14 marcadas.
Proceso de anillado de un Correlimos común (Calidris alpina). Debido a su modo de vida en hábitats acuáticos y salinos, en España, los limícolas se anillan en la tibia y no en el tarso como es habitual en otras familias (aves rapaces, paseriformes, etc.).
Toma de mediciones del mismo Correlimos, esto nos permite discriminar poblaciones y en este caso sexos: Las hembras son algo más grandes que los machos. Hembra (medida de tarso mayor a 39 mm.); Macho (medidas de pico y tarso menores a 35 y 29 mm. respectivamente). Aunque, muchas veces las medidas se solapan y no es posible diferenciar el sexo del individuo.
Una vez capturada e identificada la especie. Debemos conocer ciertos datos básicos, tales como su edad y su sexo. El plumaje nos dará buenas pistas para conocer ambos datos. Aunque, para ello es necesario conocer el proceso de muda de las aves, así como los diferentes plumajes que presentan a lo largo del año, además de la variación intraespecífica. que pueda mostrar cada individuo. En la foto superior, podeís ver un ejemplo sencillo. Pinchando en ella, la ampliareis para observarlo mejor. Se trata de otro Correlimos común anillado en la primavera pasada durante el paso prenupcial.
Detalle del pico del correlimos común. Esta especie se alimenta sondeando el barro rápidamente en busca de gusanos, moluscos u otros invertebrados. Suele vadear hasta el vientre en aguas poco profundas, en las que a veces hunde la cabeza. Es fácil verlo alimentarse con el cambio de las mareas.
Los Calidris son incansables viajeros. Los correlimos comunes que se pueden ver en el noroeste ibérico durante los pasos proceden del Norte de Europa, mayoritariamente de Escandinavia y del Reino unido. Aunque tambien crían en Siberia y Norteamérica. Durante el paso postnupcial, la gran mayoría de aves que podemos observar son juveniles (en su 1º año), sin embargo, durante la migración prenupcial no sucede así. Durante los pasos, en los distintos humedales gallegos, los bandos oscilan entre el medio millar y el millar de ejemplares. Durante la invernada llegan incluso hasta los 6.000 individuos (en el C.I.U.G.).
Para ir rematando la entrada, os dejo con una foto de familia:
A la izquierda, un Correlimos zarapitín Calidris ferruginea (ojo al tamaño y curvatura del pico), en el centro un Correlimos gordo Calidris canutus (de mayor tamaño corporal) y a la derecha un correlimos común Calidris alpina (el más pequeño de los tres).