Lo primero a considerar es que el consumo no depende directamente de la velocidad sino de las revoluciones. No se consume lo mismo subiendo una pendiente a 120 Km/h que bajándola. Otro aspecto relevante es la característica del parque móvil, puesto que los vehículos pesados nunca alcanzan el límite máximo en autovías. Además, la mayor parte de los desplazamientos se realizan dentro de tramos urbanos o vías con límite de velocidad inferior a 120 Km/h. Y qué decir tiene que no todos los vehículos ligeros se desplazan a esta velocidad constantemente en las vías rápidas ya sea por decisión de sus conductores, por las condiciones de cada tramo, por los atascos, etc. Así, a bote pronto, los ahorros propuestos parecen exagerados. Pero ¿cuánto de exagerados?
La respuesta la encontramos en el Informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) Saving Oil in a Hurry. Dentro de las Políticas de Reducción de Velocidad de los Vehículos (página 96 y siguientes) nos encontramos con un dato sorprendente, ¡¡en la Unión Europea una reducción del límite de velocidad de 20 Km/h ahorraría solo un 1,4% del consumo total de combustibles!! Y bajándolo hasta los 90 Km/h solo se reduciría un 2,1%… Estos datos parece que empiezan a cuadrar.
¿Y de dónde se saca el Gobierno esas tremendas reducciones? Pues encontramos la explicación en Escolar.net.
No quiero hacer apología de la velocidad en carretera ni muchísimo menos, solo sacar a relucir un problema existente, la dependencia energética del exterior cercana al 80%, que no se soluciona de la noche a la mañana con una varita mágica. El Gobierno lleva 2 años masacrando el sector de las Energías Renovables, y ahora resulta que nos damos cuenta de los peligros de nuestra dependencia de los combustibles fósiles y de los acontecimientos externos sobre los que no podemos influir (ver Un futuro del color del petróleo).
La reducción de la dependencia energética se consigue con políticas estables a las que hay que dar continuidad, y nunca con medidas delirantes sacadas de la chistera.
Gracias Jesús por facilitarnos las fuentes para este artículo