Limpieza del Camino, 2020

Por Daniel Paniagua Díez

Esta mañana nos reunimos un grupo de Amigos del Camino de Santiago de León en la Plaza de Santo Domingo para realizar nuestra actividad anual: Limpieza del Camino; no era muy pronto, pero apenas había algún transeunte por las calles. La ciudad dormida.


Genaro Franco nos llevó en su autocar, una vez más, hasta el bar Casablanca, cerrado. Allí nos reunimos para dar comienzo a la actividad. Al menos una bolsa de basura por persona.

El paso por la pasarela de Villarente siempre trae consigo recuerdos y anécdotas curiosas. Cruzar por el puente era jugarse la vida.


En el pueblo había algún chigre abierto a esas horas para tomar café, algún camionero que siempre para, y nosotros. Pero los albergues, tanto el Delfín Verde como el San Pelayo, estaban cerrados a cal y canto.

Desde la salida del pueblo comenzamos a recoger basura, observando con agrado cómo han crecido las semillas de árboles, de todo tipo, que sembramos en años pasados. Robles, quejigos, encinas, árboles de muchos tipos, al borde de la pista van creciendo poco a poco.

Parada de agrupamiento donde el pilón pa´las vacas, perdón: area de descanso para el peregrino de Arcahueja. Y aprovechamos para intercambio de opiniones. Hay poca basura en el tramo recorrido, incluso considerando que este año han pasado pocos peregrinos.

A llegar a la altura de Valdelafuente contemplamos con estupor como ¿alguien? ha colocado un cartelón para desviar a la gente hacia la carretera. Por supuesto que ni los que vamos a pie o en bici hacemos puñetero caso. Confío en que no dure mucho esa infamia hacia el Camino de Santiago.

Y continuamos por la cuesta del cementerio nuestra actividad de limpiar, fijar y dar esplendor a ese bello recuerdo del Camino de Santiago, ya en las cercanías de la ciudad de León.

Otra de las locuras de la peña, administrativos y demás, hacernos ir hacia la carretera nacional a la altura de Las Lomas, después autovía, dar vueltas y revueltas hasta pasar la pasarela sobre el intenso tráfico rodado.

Tan solo nos queda bajar hacia la ciudad y después cada uno a su casa, pero eso sí: 22 bolsas de basura más o menos llenas que dejamos en los contenedores a la entrada de Puente Castro.El próximo año: ¡volveremos!
Daniel Paniagua Díez