La historia de Lina es triste, ya que nos la encontramos en la carretera, tirada en la cuneta hecha un obillo y temblando. No puso resistencia a que la cogieramos, si no todo lo contrario...en cuanto paramos en coche y la llamamos, vino a nosotros corriendo para que le dieramos amparo. El vete la reconoció y todo está correcto.
Pese a que apenas se tenía de pie, pero ahora es todo juego, cariño y amor.
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