Lindsay Lohan está completamente perdida. Al menos eso es lo que piensa ahora mismo gran parte del público. La actriz, que antaño fuera una chica mona y con la cara llena de pecas, es una de las figuras más tangibles a la hora de representar lo bajo que se puede caer por culpa de las drogas y los excesos en el mundo del espectáculo. Pero ahora, con sus entradas y salidas de centros de rehabilitación, juicios, lloros y mensajes subliminales a la juez que podrían costarle muy caros, acaba de protagonizar otra historia más, precisamente la que podría haber sido su última oportunidad. Y es que desde hace meses se viene anunciando (con pósters y sesiones fotográficas incluidas) que daría vida a la famosa actriz de cine X Linda Lovelace en el biopic “Inferno”, donde nos sumergiría en lo más sórdido del entretenimiento para adultos. Tanto promoción sólo servía para levantar el morbo ante la unión de las palabras “Lindsay” y “porno”, pero se acaba de anunciar que finalmente, Lohan no participará en la película.
“Hemos esperado a Lindsay pacientemente durante mucho tiempo, queriéndola y apoyándola, pero la imposibilidad de mantenerla hace inviable que sigamos adelante con ella.”
Ahora, todo lo que dio de sí este último esfuerzo de Lohan pasará a formar parte de la colección de películas nunca realizadas, en una muestra de que, cuanto más se publicita una cosa que puede salir mal, mayor es la caída.