Con la boca abierta un palmo y la moral por los suelos, se tiene que haber quedado el papá de Lindsay Lohan, al conocer el dictamen de los médicos, que están tratando a su "chica mala", en el centro de rehabilitación, donde está encerrada por orden judicial, ha dejado de serlo y no tiene ninguna adicción al alcohol, las drogas o los medicamentes, en una palabra que ahora es una "chica buena".
Así que esta noticia , en vez de alegrar a papá Lohan, que seguro cara a la galería si lo hace, lo tiene que haber llenado de estupor, porque ve como se esfuman, todas las posibilidades que tenía, de hacerse con la custodia de su niña y sobre todo de sus "dineritos", por los que lleva peleando una larga temporada en los Tribunales, alegando que su hija es un compendio de "adicciones".
Pero los médicos, para poner la guinda al pastel , han dicho que aunque ya sea una chica sana, sigue teniendo problemas graves, "sus padres", Michael y Dina Lohan, sobre todo la madre, tanto es así que un allegado comenta:
"La única cosa que Lindsay sufre es tener dos padres narcisistas y ella intenta evitarlo enganchándose a gente destructiva y a los malos hábitos"
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