Grandes futbolistas, orígenes humildes. Es una historia que se ha ido repitiendo.
La de Leo Messi es bien conocida. Nacido en 1987 en Argentina, de padre trabajador en una fábrica de acero y madre limpiadora, el niño destacaba jugando al fútbol por su intuición y su técnica, pese a su corta estatura. Su padre dirigía el primer club donde jugó, el Grandoli, con 5 añitos.
Cuentan que faltaba un jugador y su abuela Celia insistió en que lo aceptaran. El técnico entonces del Grandoli, Salvador Aparicio, aceptó con la condición de que si el crío lloraba sería la abuela quien lo sacaría del campo. ”La primera pelota la agarró, la paró y salió gambeteando. Me quedé asombrado, los pasó a todos y yo le gritaba lárgala”, cuenta Aparicio.
Era un estudiante regular, que contaba con la ayuda de una amiga, Cintia Arellano según explicó ésta en un reportaje de TV, para aprobar sus exámenes. Se sentaba cerca, le golpeaba la silla y la amiga le escribía las respuestas correctas en un papel. El tiempo que ahorraba en estudiar lo dedicaba al fútbol.
De su paso por el Newells Old Boys queda esta anécdota: el día del partido final de la competición se quedó encerrado en el baño de su casa. “Si salíamos campeones nos ganábamos una bicicleta. Comenzó el partido y el Leo no llegaba. Terminó el primer tiempo e íbamos perdiendo 1-0… rompió el vidrio de la puerta del baño y llegó y salimos campeones con tres goles suyos”, contó Juan Cruz Leguizamón, amigo y compañero de equipo.
En 1997, el Newells viajó a Perú a disputar la Copa de la Amistad y Messi se alojó en casa de uno de sus rivales en el torneo, Kevin Méndez. Éste le pidió si podía comprar pan en un comercio a unos 400 metros. “La pulga” Messi sacó un balón de su bolsa y se fue dominándolo. Golpe a golpe, ida y vuelta, sin que tocase suelo. “Sólo se detuvo cuando llegó a la escalera de mi casa. Su pelota parecía su enamorada”, relató Kevin.
A los 11 años le diagnosticaron una deficiencia de la hormona del crecimiento. El tratamiento era caro, unos 900 $ al mes y los clubes argentinos no estaban dispuestos a pagarlo.
Con coraje y rumbo a la aventura, la familia decidió ”saltar el charco” hasta España, donde tenían familiares en Lleida. El director técnico del Barcelona, Carles Reixach, se había fijado en aquel chaval de 13 años y logró el compromiso del club de pagar la cura si se trasladaban a España. Tuvo que luchar contra las opiniones de otros directivos, que al verlo en persona lo consideraban pequeño y delgadito para ser deportista.
Nadie entendía por qué traer a un niño de su edad desde Argentina. Esto demoró las negociaciones y, ante la irritación del padre de Messi, Reixach extendió un primer contrato en el primer papel que encontró a mano… una servilleta. Este contrato simbólico se guarda ahora en el Museo del Barça y dice: “En Barcelona, a 14 de Diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio (Gaggioli), Carles Rexach, Secretario Técnico del F.C.B., se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas”.
Dicho y hecho, su evolución como futbolista fue espectacular y a los 16 años debutaba de forma no oficial en el primer equipo en un partido amistoso contra el Porto, entonces dirigido por… José Mourinho. Un año después debutaba en partido oficial, siendo uno de los más jóvenes en hacerlo en la historia del club. A partir de ahí, el resto es historia. Es pasión desbordada por el juego y pasión la que hace sentir a quienes lo ven. E ir pulverizando récords uno a uno.
Mejor jugador del mundo de la FIFA y Balón de Oro en 2009, 2010 y 2011. Segundo máximo goleador de la historia del FC Barcelona. El jugador extranjero que más veces ha vestido la camiseta azulgrana… Tanto título y tanto honor no se le han subido a la cabeza y mantiene la humildad del niño que fue. Y es con ello un embajador de valores que los niños que le siguen perciben e imitan.
Puedes ver un reportaje de 30 minutos sobre la infancia de Messi en este vídeo:
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