Líos de identidad

Publicado el 05 abril 2010 por Kotinussa

Obama está más liado que el moño de una loca. Y no es por el tema de su prometida reforma sanitaria que, a pesar de costarle bofetadas de un lado y del otro, va a seguir sin dar cobertura a millones de estadounidenses. Tampoco es por la recesión económica que le ha costado más de siete millones de parados. Ni siquiera por el problema de tener como enemigos a estados no muy de fiar armados con armas nucleares. Ni por el hecho de  que los mayores contribuyentes a su campaña electoral (1) le estarán ahora pasando factura, de forma civilizada, por supuesto. O por la patata caliente de Afganistán y otras cuestiones de las que no tiene ni puñetera idea de cómo salir.

Obama sufre de indefinición racial. Ahora mismo no tiene claro lo que es. Hijo de africano de Kenia e irlandesa (blanca, of course)  nacida en  Kansas, que se divorciaron cuando él tenía dos años, vivió su infancia y adolescencia con la familia de su madre en Hawaii y en Indonesia, de donde era el segundo marido de su madre. Esa situación tiene un nombre: Obama es mulato, se ponga como se ponga. Pero a raíz de tener que rellenar los impresos del censo, se ha identificado como afroamericano, es decir, lo que toda la vida llamamos negro. Y no será por falta de casillas que marcar, que los impresos del censo en EEUU contemplan todas las situaciones que se pueda uno imaginar. Ni tampoco por una especial vinculación con su padre, ya que no puede tener recuerdos de haber convivido con él (volvió a Kenia y lo vio por última vez cuando tenía diez años). Dejando a un lado, por lo obvio, que ser mulato no es ninguna vergüenza, está claro que quiere demostrar algo pero, sea lo que sea, no se puede fundamentar en una mentira.

Esto es un no parar. Ahora que en los últimos días la gente se va situando cada una en su sitio, al menos en el tema sexual; ahora que Ricky Martín por fin asume que es homosexual; ahora que Ana Paquin (la niña de “El piano”) se declara bisexual, nos aparece otro armario, el racial.

Mariah Carey, alias “Miss Glitter”, puede ser acusada de un mal gusto en el vestir que deja ciego a quien la mira, pero nada más. La criatura reconocía honestamente el otro día que había tenido épocas en las que se avergonzaba de su condición de mulata (su madre es una irlandesa rubia y su padre un venezolano de raza negra). Obama parece que también se avergüenza de su condición de mulato pero, a diferencia de MC, en vez de asumirla la niega. Y en un documento oficial,  además, como es el censo. Lo cual, en un país donde debe haber millones de ciudadanos de raza mixta, dadas las circunstancias históricas, es absurdo e indignante. ¿Se habrá enterado de que en la Wikipedia aparece como ejemplo de mulato famoso, con foto y todo?

Por lo visto es posible que uno se defina como quiera. Y ya está. La genética y esas zarandajas no tienen aquí nada que opinar. ¡Ay, Obama! La de disgustos que le hubieras evitado a Michael Jackson si ésto lo hubieras descubierto antes.

En vista de que es más fácil que escribir la carta a los Reyes Magos, totalmente inocuo para la salud y además gratuito (no hay que acudir a clínicas de estética, peluquerías ni nada), en el próximo censo dejaré bien claro que tengo una melena pelirroja de grandes rizos como la que tenía Verónica Mengod allá a mediados de los 80, ¿recordáis?, y que siempre fue mi envidia. Que vayan preparando ya una casilla apropiada para eso.

Para quien tenga mala memoria o para quien sea demasiado joven para haberla conocido cuando prresentaba programas de televisión, aquí tenéis una foto de la Kotinussa que aparecerá después del próximo censo. Es una lástima que eso del censo lo pasen sólo una vez cada diez años.

(1) Entre los mayores contribuyentes a su campaña están, además de varias universidades, privadas, por supuesto, Goldman Sachs ($955.223), Microsoft ($791.342),  Google ($782.964), JPMorgan Chase & Co($642.958), Citigroup Inc ($633.418), Sidley Austin LLP ($565.788), Time Warner ($542.651), National Amusements Inc ($536.235), Wilmerhale Llp ($522.792), Skadden, Arps et al ($505.074), UBS AG ($505.017), IBM Corp ($489.842), Morgan Stanley ($483.523) o Latham & Watkins ($454,599). Curiosamente, los subrayados fueron también de los máximos contribuyentes a la campaña de Bush en 2004. También varias universidades contribuyeron con grandes cantidades a las campañas de uno y otro.



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