Es una enfermedad benigna y reversible, tras un tiempo separado del ambiente laboral desaparece, en un periodo estimado entre 9 meses a 3 años, aunque puede haber recaídas. Aparece sobre todo en mujeres jóvenes (sobre unos 30 años) y en un porcentaje del 90% de casos, puede estar relacionado con la mayor cantidad de tejido adiposo en las mujeres.
El problema empezó a describirse en España en la década de los setenta. Pero fue a partir del 2007 tuvo una mayor difusión mediática, pues se describieron numerosos casos en edificios de oficinas como la sede de Gas Natural y la Caixa en Barcelona, el Edificio de la Diputación Foral de Guipúzcua o la Agencia Tributaria en Madrid, por citar sólo los más conocidos.
Existen procedimientos para recogida de datos clínicos y de condiciones ambientales con la idea de establecer de forma lo más adecuada posible los factores de riesgo y por tanto las medidas preventivas para controlarlos. Pero hoy en día ni la información científica, ni la información clínica, ni la de condiciones laborales arroja conclusiones definitivas, solo factores que pueden de una u otra manera influir en el problema.
Entre los factores que destacaríamos para la aparición de la enfermedad es que los casos aparecen en oficinas (administración, limpieza, mantenimiento, etc.), la presión continua de la zona afectada con la mesa y otros elementos del puesto, el uso de materiales sintéticos en el edificio (mobiliario o revestimientos), los edificios son “inteligentes” (edificios herméticos sin ventilación natural), la tecnificación de trabajos y por último las condiciones termohigrométricas inadecuadas.
Los casos de esta enfermedad van en aumento. Existe con ello una obligación legal de dar soluciones preventivas que controlen el riesgo, pero el problema es que no hay valores de referencia para la comparación. Las recomendaciones han ido en la línea de realizar una serie de investigaciones de factores de exposición relacionados con la aparición de la enfermedad con la detección de un nuevo caso y con la idea de arrojar datos sobre sus causas.
Por cada caso, el Servicio de Prevención deberá recabar información sobre:
* Sistema de ventilación general (natural y/o forzado) del lugar de trabajo o local de trabajo del trabajador que presenta los síntomas.
* Sistema de climatización (descripción y características técnicas)
* Sistema de humidificación (descripción y características técnicas)
* Instalación eléctrica de la mesa y/o puesto de trabajo (tomas de corriente, cableado) y los alrededores (toma de tierra, tensión, etc.).
* Tipo y material del suelo, tratamientos antiestáticos aplicados (información producto).
* Presencia de equipos de amplificadores de señal.
* Información completa de la mesa: material, tipo de borde del tablero, si está o no electrificada, si dispone de recogida de cables, ubicación, etc.
* Información de la silla, tipo, ruedas, material textil o plástico, etc.
* Información del reposapiés, material, dimensiones.
* Descripción de equipos de trabajo: ordenadores, fotocopiadoras, etc.
* Medición de las condiciones termohigrométricas en el puesto y en el exterior.
*Mediciones de campo eléctrico y magnético a 50 Hz (por equipos electrónicos). Si se usan equipos a otra frecuencia también se medirán.
*Cargas electroestáticas presentes según la humedad relativa.
Uno de los factores desencadenantes es la presión ejercida de la zona lesionada con el mobiliario, por falta de espacio de las piernas, por cruzar las piernas debajo de la mesa, por apoyarse en el borde de la mesa al realizar tareas de limpieza, ropa muy ajustada, etc. (La lesión se produce a 72cm una altura normal de las mesas).
Otro factor es la presencia de campos electromagnéticos y de estática (activarían los macrófagos que destruirían las células grasas). En los edificios nuevos, con materiales sintéticos, aparatos eléctricos, climatización, humedad del aire baja y mesas metálicas con cableado integrado son condiciones que aumentan los campos electromagnéticos.
Se debe actuar sobre los parámetros conocidos asociados a estos factores de exposición mencionados (mobiliario, disposición de equipos, humedad relativa del aire e instalación eléctrica en el puesto de trabajo). Las medidas preventivas, por tanto serán:
* Informar a los trabajadores sobre los casos y su sintomatología, los factores que se suponen relacionados y las medias que se van a tomar.
* Disponer de mesas adecuadas al trabajador para evitar contacto del borde de la mesa con las piernas y si se usa reposapiés que no suponga reducción del espacio necesario. Bordes de las mesas anchos y redondeados, evitando bordes vivos y afilados.
* Conseguir una climatización con una humedad relativa sobre el 50% (instalar algún sistema de humidificación.
* Evitar los materiales textiles de sillas y de revestimientos, pues suponen acumulación de cargas electroestática: moquetas, materiales plásticos, textiles sintéticos. Informar a los trabajadores que las suelas de goma (aislante) y la ropa sintética produce un aumento de cargas en el trabajador.
* Toma de tierra de edificio y poner tomas de tierra en mobiliario metálico.
* Mejorar el aislamiento del cableado de los equipos electrónicos.
La OMS identificó una serie de características en la mayoría de los “edificios enfermos”: problemas en la ventilación con sistemas comunes a todo el inmueble o a amplios sectores y con recirculación parcial del aire. La construcción suele ser ligera, poco costosa y con superficies con material textil (moquetas). Son edificios herméticos, con ventanas impracticables y un ambiente con un mismo nivel térmico y de baja humedad. Estos factores de exposición como vemos son similares a la lipoatrofia semicircular.
Otro tema que parece adecuado plantear, es que aunque aparece en el trabajo no está incluida en el catálogo de enfermedades profesionales y ha de considerarse accidente de trabajo. Según la normativa vigente sobre accidentes de trabajo (con o sin baja) debe comunicarse a la autoridad laboral y si son más de 4 casos, además también a la Autoridad sanitaria. El problema es que en algunos casos se está tratando esta patología como enfermedad común por falta de información.
Las nuevas tecnologías, materiales y concepciones del espacio, al tiempo que han permitido avanzar en muchos ámbitos y han facilitado muchas tareas, también han propiciado el desarrollo de determinadas patologías novedosas. Esto obliga a los sistema de prevención y de salud a una investigación de estos problemas y a dar una solución integrada y definitiva que permita dirigir el diseño del los lugares de trabajo en una sentido saludable.
En las últimas décadas, por temas de energéticos, se han generalizado la construcción de edificios “inteligentes” y herméticos, con recirculación del aire, contaminación interior, baja humedad relativa, etc. A esto se une la proliferación de equipos electrónicos en el trabajo, aumento de materiales de construcción baratos, los materiales sintéticos que generan campos electromagnéticos y descargas electroestáticas, todos relacionados con la patología.
Actualmente las empresas del mueble e interiorismo están diseñando muebles de oficina, materiales, revestimientos y suelos técnicos dentro de umbrales que se suponen mejorarán los parámetros de los factores de exposición. Aunque todavía queda mucho que investigar, vamos consiguiendo pequeños avances.
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