‘Lisboa, diario de abordo’

Publicado el 09 noviembre 2012 por Joaquín Armada @Hipoenlacuerda

CUADERNO DE ROBOS (VII)

Releer, sí esa siempre es la cuestión. Seitaridis me advirtió de mi tropezón cursi en mi última entrada y me recordó un libro maravilloso (primer aviso del cursilómetro) que leí hace muchos años: ‘Lisboa, diario de abordo‘, el viaje poético de José Cardoso Pires por esa ciudad que pudo y debió ser la capital del imperio de Felipe II. Cardoso camina por Lisboa y sueña conversaciones con Sebastião Opus Night, personaje de carne ficticia y nombre imán (segundo ¡CURSI!),  contertulio sabio que conoce todos los secretos de esta ciudad única (¡TOPICAZO!). Aquí van algunas líneas para despertar el deseo.

“Fernando Pessoa está sentado bajo la lluvia en la terraza de ‘A Brasileira’. Dentro del café, está Almada. O estuvo. Durante mucho tiempo me acostumbré a verlo en la pared, en autorretrato de los años veinte, acompañado de dos señoras sofisticadas que parecían esperar cualquier cosa que pudiese llegar ¿Cualquier cosa, o algo determinado? ¿El segundo futurismo? ¿El próximo tren a París? Hasta hoy, silencio absoluto. En ‘A Brasileira’, Almada ha dejado de ser visto con ellas y, con lo que cae fuera, no es normal que vuelva pronto.

‘Chuvas corridas, tristezas crescidas e venha aguardente para lavar as feridas’, dicen los lisboetas de taberna. Mientras, Pessoa, que sabe eso de memoria porque “decilitró” por barras de media Lisboa, sigue en la terraza bajo la lluvia y, encima, sin vaso.

Ahí está él, nuestro padre”, decía Sebastião Opus Night señalando la estatua del poeta, siempre que pasábamos por el ‘Chiado’ al anochecer. No le parecía bien que los sentaran fuera para que los turistas le vinieran a sacar fotos en plan familiar, pero mejor sentado que a caballo, como ciertos héroes de estatua, porque en opinión de Opus Night, Pesoa debía de ser de pierna frágil. En todo caso, era el autor de ‘Mensagem’ y, como tal, padre de todos los desempleados que andan a la pesca de poemas por el Tajo, decía él.

Sí. En la silla del convidado de Pessoa sólo estaría bien Antonio Tabucchi”, murmuraba yo invariablemente, e invariablemente Opus Night guardaba silencio. Para un hastiado de Lisboa como él, Tabucchi era tal vez un escritor maldito, si es que alguna vez lo había leído.

Lo malo es que llueve. A esta hora Opus Night aún duerme el sueño de la tarde para calmar el whisky de la madrugada anterior y el pobre Pessoa de bronce hace años que ya está más allá del tiempo. Delante de él, en la plaza, tiene a un fraile putañero que hace más de tres siglos hizo versos jocosos y que ahora llora diarrea de palomas, sentado sobre un pedestal. Estoy hablando de Chiado. Nadie le presta atención, pero este hombre, además de hacer versos, fue ventrílocuo y un perdido granuja. Eso dicen.”

José Cardoso Pires falleció el 26 de octubre de 1998, apenas un año después de la publicación de su ‘Lisboa: diario de abordo‘. Su gran novela es ‘Balada de la playa de los perros‘ (1982), una investigación policial inspirada en un suceso real ocurrido durante la dictadura de Salazar. Alianza aún la mantiene en su catálogo, pero como este diario no la ha reeditado desde 1998. Reeditar, sí, esa también es la cuestión.

Pd: Más turista que viajero, la foto que acompaña estas líneas la hice en mi único viaje a Lisboa, un día luminoso, sin rastro de nubes de lluvia. Más Marchamalo que Neuman, guardo un sobre de azúcar de ‘A Brasileira‘ en un estante de mi librería, justo sobre el ordenador en el que he escrito estas líneas.