Ni la sociedad civil es solo la sociedad civil independentista, ni tampoco el independentismo social es solo el independentismo organizado
Si alguna habilidad he adquirido durante estos años depolítica es desballestar los conceptos que se intentan presentar de una manera desde la comunicación política para desnudarlos en su esencia y es lo que haré en esta parte del artículo.
No es ni una propuesta de “lista única” ni de “país”. Cuando Artur Mas hace un llamado a hacer una lista única eso es falso. La lista única sería en todo caso, única sin la CUP, que montará su candidatura por su cuenta. Por otro lado es peligrosa la utilización del término “lista de país”. ¿Acaso la lista del PSC o del PP no son “de país”?. Cuando el independentismo está eliminando de su discurso los elementos más identitarios para ser más inclusivo resulta que la principal oferta electoral independentistas retoma esos elementos discursivos que hacen al catalanismo pequeño y marginal.
No es una lista de la “sociedad civil”, sino del independentismo organizado que ni es toda la sociedad civil, ni tampoco el conjunto del independentismo social. También el concepto “sociedad civil” es limitado. Sociedad civil son muchas cosas, desde los medios de comunicación, a las entidades cívicas y sociales que son independentistas como las que no. Incluyendo a aquellas que su agenda el independentismo no es su sentido de existencia. En este caso es tan “sociedad civil” la hipotética lista que pueda impulsar la ANC, como la que pueda presentar Podemos y la izquierda en la que incluyan figuras de los medios de comunicación, activistas sociales y miembros de entidades diversas. Por no decir que sociedad civil también son los propios partidos políticos.
Pero además hay una falacia. La ANC, Omnium, AMI o SÚMATE, no representan ni tan siquiera a la mayoría de independentistas. Los independentistas somos una cifra flotante entre el 1.500.000 y los 2.000.000 dependiendo de elecciones, encuestas, etc… mientras que la ANC, Omnium o SÚMATE juntos y sin cruzar socios debemos sumar menos de 100.000 socios.
La ANC, Omnium, SÚMATE, etc… representan al independentismo activista, que no es poco. Pero confundir sociedad civil organizada con el demos es un error clave que suele cometerse desde la política ya que es más fácil lidiar con algo que tiene cara y ojos (entidades y asociaciones) que con algo gris, anónimo y prácticamente una caja negra como es el demos.
Con esto no pretendo denostar a ninguna entidad, soy una persona que proviene de los movimientos sociales organizados y defensor de lo que se llama cultura organizativa y de lo que aportan las entidades organizadas a una sociedad. Pero hemos de recordar que en este caso los partidos son más transversales e intentan dar voz a unos elementos sociales mucho más amplios que los que representan ANC, Omnium, SÚMATE y el resto de actores sociales independentistas.
Paradójicamente ERC, CDC y CUP son más transversales, plurales y representativos del conjunto de ciudadanos que se identifican con la independencia que las entidades independentistas, porqué los primeros también intentan dar voz y competir por aquellos independentistas que no están organizados.
Ofertas electorales sin partidos, no, gracias
Por otro lado no soy muy favorable a que las ofertas electorales no salgan del mundo político. Eso no quiere decir que las ofertas electorales hayan de ser monolitos y patrimonio únicamente de los partidos, cuanto más abiertas, más gente de la sociedad civil organizada y no organizada incluya, mejor.
Para entender el porqué no veo razonable que la oferta electoral venga dictaminada desde la sociedad civil organizada haré un símil que se entenderá rápidamente. En Catalunya hay también otra sociedad civil organizada desde la izquierda. Los afiliados a los dos sindicatos catalanes principales (CCOO y UGT) reúnen más de 300.000 afiliados, si sumamos el resto de organizaciones sindicales se llega fácilmente a superar los 350.000 afiliados, una cifra que multiplica casi por 10 los socios de la ANC y al conjunto de independentistas organizados.
Nos parecería muy extraño que la oferta electoral hecha desde la izquierda (descontando la CUP) viniera decidida e impulsada por CCOO y UGT y no por ICV, PSC, P’s o ERC. Creemos que ICV, PSC, P’s, CUP y ERC representan algo más amplio a lo que es el conjunto de trabajadores y autónomos organizados en los sindicatos y que como expresión de la izquierda es más plural la que hacen los partidos que las organizaciones civiles de la izquierda. A pesar que superan con creces en número de afiliados a los independentistas organizados o al de afiliados a los partidos de izquierdas.
En la ANC hay personas magníficas. Es una entidad de la que tengo una envidia sana, e insana. Su capacidad de trabajo es brutal, su capacidad de movilización es casi inigualable (se puede comparar a la de los sindicatos cuando sumas el trabajo que hacen los 50.000 delegados sindicales en las empresas, pero poco más). Además creo que es hoy por hoy la organización de “grass-roots” más auténtica, más capaz de innovar políticamente, de hacer un trabajo de base con más fuerza y con mayor vitalidad interna del sur de Europa. En aquello que he colaborado con ellos he flipado, literalmente.
Pero ni la mejor entidad social del sur de Europa es capaz de tener la visión de conjunto que han de tener los partidos que representan una oferta electoral ideológica. El “cliente” de la ANC no son los independentistas volátiles, no son los soberanistas que aún no son independentistas. No son los públicos de fricción que tiene CDC con UDC o con el PP, no son los públicos de fricción que tiene ERC con ICV y con el PSC, no son los públicos de fricción que tiene Podemos con ERC y CUP. El sesgo de la ANC es hacia los independentistas más convencidos y activos. La ciencia política tiene más que analizado el sesgo de la militancia política (los militantes de partidos de izquierdas son más de izquierdas que la oferta electoral de sus partidos) y el problema que los propios militantes secuestren la oferta electoral, lo mismo ocurre y de forma más marcada con el independentismo organizado. Los militantes del independentismo organizado harán propuestas que les sean más atractivas a ellos (algo normal), lo que está muy bien para los independentistas más nucleares, pero no a lo que le interesa al independentismo menos activo, más volátil y periférico, que es a quien el independentismo el 27S necesita movilizar.
En esto, nos guste o no, los propios partidos son más eficaces para generar oferta electoral, porqué es su modus vivendi, es el pan y la sal de su existencia. Competir electoralmente con otras ofertas partidistas por esos votos. Cuando hay partidos que se dedican a hacer sindicalismo la cagan (el ejemplo es el apoyo de Ada Colau a los huelguistas de Movistar), lo mismo pasa al revés. Si Podemos o Barcelona en Comú son competitivos es porqué adquieren la forma de partidos políticos (o lo forman partidos políticos ya organizados) y generan una oferta electoral que va más allá de su militante más nuclear. Haciendo una oferta electoral mucho menos radicalizada e ideologizada, es como Podemos ha alcanzado a ser competitivo. Una oferta electoral impulsada por el independentismo más nuclear es todo lo contrario. Muy ideologizada y radicalizada.
¿Pero una “lista única/del President/de país” es una mejora de la oferta electoral independentista?
Por otro lado sigo sin ver la virtud a una lista unitaria, por muy impulsada por la sociedad civil que sea. Si aproximadamente una de cada 3 personas que se declaran independentistas dice que no votaría nunca a Artur Mas (podemos discutir si es uno de cada 3 o de cada 5, no el hecho de que hay un número significativo de independentistas que no votarían a Mas), hacer una lista de “país”, eufemismo de “la lista que hará nuevamente Molt Honorable President de la Generalitat a Artur Mas”, no sirve para sumar votos independentistas sino para restarlos.
Hay argumentos demoscópicos claros que indican que las listas separadas son mejores para sumar votos que la lista de país, los trabajos cualitativos que tenemos sobre todos los públicos frontera del independentismo nos dicen también que con una oferta múltiple se es más eficiente que con una oferta única a la hora de arrastrar votos.
La lista única solo tendría sentido si no estuviera ni Artur Mas, ni Junqueras (en cambio sí gente de CDC y de ERC), ya que sí que podría entenderse como una oferta electoral que intenta superar no solo a los partidos sino a los líderes.
Sino, cualquier oferta electoral que en el fondo tenga como candidato a MHP de la Generalitat a Artur Mas (sí, son plebiscitarias, pero lo primero que haremos es nombrar un MHP de la Generalitat) lo que se transforma más en un plebiscito de Mas sí o Mas no. Y si el marco independentista aún no tiene esa mayoría suficiente para ganar con comodidad, aún lo tiene más difícil el marco de “los independentistas que apoyan a Mas”.
Aún no he visto ningún argumento racional y fundado en que una lista “de país” será más eficaz en movilizar los grupos de fricción electoral que tiene el independentismo con otro conjunto de ofertas. No me imagino los votantes independentistas de ICV votando la lista de país, o a los convergentes del upper Diagonal o las personas mayores del ámbito rural que tienen miedo a la independencia teniendo más posibilidades de votar la lista de país que una oferta de CDC, considerando además que UDC presentará su propia oferta electoral. Les estamos obligando a gente de derechas y con miedo al cambio a votar a gente de ERC y a perfiles hiperventilados “de país”.
Tampoco me imagino los soberanistas de centro-izquierda que no son independentistas votando más probablemente una lista de país con Artur Mas de candidato a MHP que a una de ERC. El argumento que estos votarían la CUP es muy débil. Estamos asumiendo que este público en el que entramos en competencia con un Podemos “socialdemócrata” y rebajado aliado con una ICV desideologizada votaría con más probabilidad un partido con una fuerte carga ideológica y anticapitalista como la CUP que a una oferta electoral de centroizquierda independentista. No lo veo.
Les estamos pidiendo un salto muy grande al electorado no nuclear independentista, y asumiendo unos comportamientos electorales basados más en nuestros deseos que en realidades.
No digo que la oferta electoral actual garantice la victoria el 27S ni mucho menos, pero eso no hace buena cualquier alternativa que se plantee.
En el fondo estamos en este debate por táctica electoral y no por cuestiones estratégicas
En todo caso, el gran problema de este debate no está en si la ANC ha de liderar la creación de estas listas o si es mejor lista única o listas separadas. Es que en el fondo la ruptura de confianza personal y política entre Artur Mas y Oriol Junqueras desde el 9N impide que encontrar la forma de oferta electoral mejor para el independentismo se haya podido hacer de forma tranquila y reflexionada entre los dos partidos que tienen la responsabilidad de hacerlo. Estamos viviendo ahora mismo un duelo para ver quien logra llegar al 27S mejor posicionado entre el votante de fricción que más importa a ambos partidos, el que duda entre votar CDC o ERC. Y aunque la responsabilidad es compartida entre ERC y CDC, no es a partes iguales. Aquí tiene un grado superior de responsabilidad Convergencia y a Artur Mas que son los que han reabierto este debate por un interés puramente táctico.