Hace unas semanas me propusieron leer en exclusiva este nuevo libro que escribieron los autores del sitio The Beauty Brains y que se llama It's OK to have lead in your lipstick (está bien tener plomo en tu lápiz de labios). En breve lo van a poder conseguir por Amazon, pero gracias a estar suscripta a la base de datos y tener un blog de belleza, yo lo tengo acá en mis manos y en mi reader.
El sitio siempre fue mi lugar preferido para aprender sobre ingredientes, soy una beauty brainiac y a mucha honra. Los escritores, Perry Romanowsky y Randy Schueller, son científicos que no tienen nada para vender y nadie con quien quedar bien. En el libro intentan explicar la importancia de leer bien las fórmulas de los productos, compararlas para evitar comprar algo pagando un extra por el marketing realizado y no dejarse llevar por falsas alegaciones publicitarias (touché- siendo publicista a veces entiendo que una palabra pueda cambiar la forma en la que percibimos un producto).
No todos los productos naturales son más sanos, ni existen los productos libres de químicos. Constantemente somos bombardeados por sensacionalismos sobre sustancias peligrosas... que quizás no lo sean, ya que para que ser peligrosas son necesarias altas dosis durante mucho tiempo, pero a la gente le gusta asustar y decir que tal ingrediente es peligroso para que las empresas, ni lerdas ni perezosas e interesadas en facturar, saquen de circulación dicho componente... no sea cosa que se pierdan ventas. Y así es como el círculo vicioso sigue y sigue. Para que se den una idea, mi sustancia mortal preferida es la toxina botulínica, un ingrediente natural que en altas dosis puede matar, pero en dosis cosméticas nos deja sin arrugas ¿ven cómo cambia todo? Hasta tomar agua en grandes dosis puede ser peligroso para la salud.
Lo importante:
- saber que en una fórmula hay ingredientes activos (que cumplen la promesa del producto), los ingredientes base (vehículos para esos activos), ingredientes de control (para asegurarse que el producto se mantenga estable), agentes estéticos (mejoran la parte sensorial) y agregados de marketing, que lo diferencian de sus competidores. Sabiendo eso y siempre teniendo a mano el listado de ingredientes, se puede saber qué se está usando y comparar para ver que producto es el que más nos conviene.
- Los 5 primeros ingredientes son los más importantes y de la mitad de la lista hacia lo último son agregados que no tienen mucha función ni resultado.
- El que un producto tenga ph balanceado ayuda sólo a las personas que tengan problemas en la piel, para el resto de los seres con piel normal, no sirve para nada. (el ph natural de la piel se restablece después de 15 minutos de aplicada la crema).
- Las micelas que forman parte del agua micelar, son surfactantes. Serán más delicados, sirven para pieles sensibles, pero son surfactantes.
Y... el plomo en los labiales no es un agregado de las empresas cosméticas, hay plomo pero no es porque la empresa lo pone, sino porque hay plomo en todos lados: en el agua, en la comida, en las zanahorias orgánicas. La cantidad que hay es mínima, donde más está concentrado es en el color rojo y en los rosas, pero la cantidad que hay no es para preocuparse, es más, habría que comerse 15 barras de labios por día para elevar el nivel de plomo en la sangre hasta un nivel que pueda llegar a preocupar y eso sólo si tenemos un estómago potente, porque el ácido que disuelve la comida no es tan fuerte como para digerir la cera de la barra de labios (digo, por si lo intentan en casa)... Por las dudas lean esto que dice el ANMAT sobre los labiales que se comercializan en Argentina.
Siempre es más interesante leer historias que asustan que historias que tranquilizan, el sensacionalismo vende y genera visitas. Antes de entrar en pánico, piensen que si la industria cosmética usara ingredientes tan malos ¿no creen que la FDA o el ANMAT harían algo para impedir su venta?
Siempre es un placer aprender un poco más y no dejarme llevar por cualquier dicho sin antes hacer un análisis. Les recomiendo este libro (que sale a la venta dentro de poco) para tirar por la cabeza a todos los sensacionalistas de turno (nobleza obliga, a los encargados de marketing y publicidad en los primeros puestos).