Saga: Contra el viento del norte#2 (2 de 2)
Autor: Daniel Glattauer
Número de páginas: 271
Editorial: Alfaguara
Edición: Tapa blanda con solapas
Género: Romántico
Sinopsis: 1) ¿Ya conoces a Emmi Rothner y a Leo Leike? Entonces es que has leído Contra el viento del norte, la inusual historia de amor de dos personas que jamás se han visto se enamoran perdidamente por e-mail.
2) ¿Opinas que los enamorados se merecían verse personalmente, aunque fuera sólo una vez? Comienza a leer Cada siete olas.
3) ¿Te dispones a abrir este libro sin conocer Contra el viento del norte? Aquí tienes el equipaje necesario: Leo Leike vuelve de Boston tras poco menos de un año. En casa le esperan noticias de Emmi Rothner. Ambos se dan cuenta de que sus sentimientos no han cambiado y piensan que quizá deberían verse una vez en persona. Pero Leo ha empezado una relación y Emmi sigue casada...
Opinión personal: Hace unos días que publicaba la reseña de la primera parte Contra el viento del norte (que dicho sea de paso, me gustó muchísimo). Inmediatamente después devoraba Cada siete olas (quienes me recomendasteis la saga ya me dijisteis que la segunda parte no era tan buena), y mi sentimiento al finalizar éste segundo libro ha sido uno: ¿Indignación? No sé si indignación, lo que sí os diré es que me he dicho a mí misma: ¿Y ya está? Lo digo en serio.
Contra el viento del norte me gustó mucho, era original y muy bonito, era magia, y éste segundo libro ha sido algo así como: Lo mismo que el anterior pero en peor calidad, como si fuese un plagio de lo primero, pero peor. No había magia porque es más de lo mismo, y se pasa más de la mitad del libro mareando a la perdiz, dando muchas vueltas (demasiadas) a una trama que tampoco da mucho más de sí y ya sabes cómo terminará. Si en el primer libro Emmi me parecía egoísta, en éste segundo no la soporto. Emmi es como el perro del hortelano; que ni come ni deja comer, y por culpa de ella, la trama se estira muchísimo haciéndose a veces incluso aburrido, porque pierde la esencia del primer libro.
A pesar del abrupto final del primer libro, creo que Glattauer podría haberse ahorrado éste segundo (y en el fondo, me ha gustado, pero me indigna). También he de decir que mi indignación se debe a que TODO se solucione en las tres últimas páginas. He terminado de leerlo y ha sido como: ¡¿En serio?! ¡¿Y ya está?! ¿Y no vas a contarme más cosas? REALLY?? También tiene un final demasiado abrupto (que digo yo, podría haber acabado unas páginas más atrás y alargar un poquito el final, porque vamos, esto es como: Estirar, estirar, estirar...Y ya cuando no se puede estirar más, dos páginas que lo arreglan todo así como: Pim pam, FIN) que no te da tiempo tampoco a asimilar nada porque piensas: ¿Y NO ME CUENTAS NADA MÁS?
El final me gusta (si hubiese acabado de otra forma hubiese acabado por reventar caras), pero bueno, es el final que se esperaba, y est・bien, y estoy satisfecha, pero considero que se abusa demasiado de la confianza del lector: De verdad, que no somos estúpidos, o al menos, yo no, y es que el primer libro me encantó y éste segundo parece un auto-plagio (mal hecho) del primero. Que vista la forma tan brusca de terminar, podría haber tenido un par de capítulos más el primero y terminaba sin necesidad de una segunda parte.
Creedme si os digo, que no me he ofendido tanto porque como los he leído juntos me lo he tomado como un libro muy grueso partido por la mitad, y así parece menos doloroso, pero ofendida estoy un poquito. En serio, es que si habéis leído el primero y queréis saber cómo acaba la saga os leéis las cinco o seis últimas páginas de éste y ya está, lo apañáis, porque lo anterior es todo paja, dar vueltas y vueltas a un mismo tema: Una y otra vez.
La saga la recomiendo (a pesar de todo), porque el primero me encantó y suple las carencias, ahora, de éste segundo no esperéis que sea como el primero: Porque no lo es. ¿Segundas partes nunca fueron buenas? Nunca una frase tuvo tanto sentido en una reseña.Puntuación: 6/10. Le pongo un 6 porque el primero me encantó y me daba mucha pena ponerle una nota más inferior, que si no, me lo pensaba. Y por Leo, que es amor, a Emmi que le den con su piano de cola y sus whiskys.