"En la imagen temblorosa se vio cómo empezaron a caer maletas mientras el tren, inclinado por la curva que estaba atravesando, trataba de detenerse. Un brusco movimiento en la imagen dejó claro que había descarrilado."
¿De qué trata?El tren que lleva a los estudiantes de Conexo a esquiar descarrila al atravesar un túnel en las montañas. Eva, Noel, Sabina, Gabi, Ana y Sam son los únicos supervivientes. Pero nadie acude a rescatarlos. Y es que en Conexo hay seis chicos idénticos a ellos ocupando su lugar… ¿Por qué están duplicados? ¿Qué ocurrió realmente en el túnel de la montaña? El grupo tendrá que resolver el rompecabezas antes de que el mundo colapse por su culpa.
"Acabo de ver un vídeo del accidente del tren en el que vamos", decía una de las frases destacadas en una de las cubiertas de Conexo, la segunda novela de Carlos García Miranda, y tras esto y su sinopsis vendiéndome realidades alternativas y mundos paralelos, además del aliciente del estilo tan visual y directo del autor, supe que iban a conquistarme a mi y a mi cerebro sediento de emociones fuertes y tramas retorcidas.
Con Conexo no esperaba nada y lo esperaba todo. Su sinopsis me atraía y tenía ganas de sumergirme en una historia que cambiara constantemente y me hiciera analizar cada escena, pues aunque siempre nos guste leer a los blogueros, a veces queremos imponernos retos de tanto en tanto, un protagonista difícil, un amor inalcanzable, un mundo distópico con la presencia del circo mediático, una novela sobre agujeros de gusano y mundos paralelos. Pero desde luego el añadido de Carlos García Miranda al timón de la historia ha hecho nada más que sumar puntos y dejarme encantada, porque una trama así necesitaba de un autor de ideas tan hiperbólicas como él. Podría definiros esta novela como una obra más que magistral y original, redundante de acción y misterio y donde cada giro argumental cuenta para entender el contexto, pero ante todo os aseguro que es una paranoia con todas y cada una de las letras. Nada más iniciar su narración, nos adentramos en el fatídico accidente y nos sumergimos en un limbo repleto de horrores donde los personajes se reencuentran con ellos mismos y hacen colisionar sus realidades, pero para los que también el intentar volver a casa puede ser ese paso en falso que supondrá la muerte. Además de un aire tétrico y quejumbroso donde palpamos la angustia de los protagonistas, hay que destacar la maestría con la que García serpentea por sus mundos paralelos y personajes duplicados, donde cada reencuentro puede ponerte los pelos de punta y cada escena puede repetirse ad infinitum hasta que los personajes logren dar con la pieza correcta del puzle. Nuevamente, García hace uso de su estilo visual e impactante, de descripciones escuetas pero diálogos relampagueantes -y muy juveniles- para calar hondo a los lectores. Este tipo de pluma tan característica, claramente una referencia de su trabajo como guionista, consigue imprimir más acción y misterio a las escenas, y hace que incluso los personajes sean más volátiles y definidos sin la necesidad de un complejo capítulo a rebozar de letras. El único contratiempo que podría añadirle a Conexo es que sus personajes, por querer empaparse de tantas referencias cinéfilas y seriéfilas, acaban adquiriendo un ligero carácter acartonado y hacen que la voz del autor se sintetice con la de ellos, pero no es nada que nos impida disfrutar con fervor esta historia tan adictiva.
Ya me había topado con la agudeza de García Miranda a la hora de plasmar historias, de su estilo visual y directo, de sus personajes dinámicos y de sus frecuentes referencias la cultura pop, pero desde luego con Conexo y su fantástico añadido de ciencia ficción y los agujeros de gusano, me ha conquistado por completo.
Con la colaboración de Grupo Planeta