El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros... Espero que los disfruten.
Hoy continúo la serie con el relato "La casa inundada", de
Felisberto Hernández (1902-1964). Compositor, pianista y escritor uruguayo, caracterizado por obras de literatura fantástica basadas en experiencias personales y lugares reales. A los nueve años comenzó estudios de piano. A los dieciseis comenzó a dar él clases particulares de piano y a ilustrar musicalmente películas, trabajando de pianista en varias salas de cine mudo. A los veinte comenzó a dar recitales en los que interpretó también algunas obras de su creación. Hasta 1942 fue pianista itinerante entre Uruguay y Argentina. Comenzó a publicar a los veintitrés años, aunque en vida sus obras nunca alcanzaron una repercusión masiva. Tras la última etapa como músico itinerante, abandonó la carrera de pianista dedicándose exclusivamente a la literatura. De 1925 a 1941 publica en diarios e impresiones realizadas por imprentas del interior del país. De 1941 a 1946, define su estilo humorístico y fantástico. De 1947 a 1960, muestra una mirada extravagante en libros como “Nadie encendía las lámparas” y “La casa inundada”. Nombres recurrentes en sus lecturas son los de Bergson, Proust y Kafka. Sus cuentos y novelas cortas recrean el mundo de su infancia y juventud, evocan personas que conoció y barrios de Montevideo. Su narrativa se basa en el recuerdo como motor de la escritura, recuerdos que hacen revivir sensaciones. Su obra entera está impregnada de música, tanto en los temas evocados (un profesor de piano, un recital, un bandoneón), como en la forma de contar, al sugerir emociones con palabras de cierta sonoridad, transformando el sentido de las palabras en función de los sonidos, al construir partes de su relato como variaciones de un mismo tema musical. Cortázar en "Historia de cronopios y de famas" y en "Rayuela", recogerá en parte su legado.Y ahora, como decía Sócrates, "Ιωμεν", nos vamos. Sean felices, por favor. Tamaragua, amigos.
HArendtEntrada núm. 2431
elblogdeharendt@gmail.comLa verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)