"Estoy en una vivienda de techo bajo, toda ella de hormigón encalado. A lo largo del pasillo principal hay seis habitaciones. No hay ventanas. Ni puertas. Sólo se puede entrar en el ascensor. ¿Qué me va a hacer? ¿Qué voy a hacer yo?".
Libro: Diario del búnker (
The Bunker Diary, 2013)
Autor: Kevin Brooks
Editorial: Grupo Planeta - Destino
Género: ficción juvenil, misterio, terror
Año de publicación: marzo 2015
Edición: rústica con solapas
Páginas: 304
Extras: BooktrailerValoración: 8/10
¿De qué trata?
Linus, un joven de dieciséis años, se despierta atontado en un búnker. Lo han secuestrado. No entiende por qué. Nadie se comunica con él. Su único contacto con el exterior es un ascensor que baja cada mañana con provisiones. Días más tarde en el ascensor aparecen otras personas a las que también han secuestrado. No tienen nada en común entre ellos. ¿Qué quiere el secuestrador? Que levante la mano quien no ha pensado alguna vez que una novela, por estar catalogada como juvenil, carece de brusquedades y escenas desagradables. No me avergüenza confesar que suelo escoger lecturas de esta franja cuando necesito desconectar o toparme con historias frescas y poco complejas, pero
Diario del búnker ha sido más una maldición que una sorpresa, pues contra todo pronóstico me ha dejado patidifusa con su planteamiento y su desenlace; me sigue produciendo pesadillas y hace que me cuestione muy seriamente la naturaleza humana.
Empecé
Diario del búnker con
la guardia baja pues su inicio me recordaba a ciertas cintas de terror de bajo presupuesto que he visionado en mis momentos de ocio. Un joven pero intrépido protagonista encerrado con varias personas que han de sobrevivir y encontrar una salida del laberinto en el que se encuentran me prometía una tarde de emociones fuertes, y mientras iniciaba mi relato,
ya me imaginaba lo giros, los contratiempos y un buen final más que épico en el que Kevin Brooks acabaría detallando explosiones y hasta fuegos artificiales. Y me equivoqué de lleno.El propósito de Brooks no es que leamos una historia trepidante y apasionante sino llevarnos más allá y
ofrecernos un relato polémico y desolador sobre la supervivencia humana y los límites a los que puede estar sometida una persona. No estamos ante una novela de acción sino más bien con un proyecto experimental y psicológico, donde los capítulos taladran directamente nuestro subconsciente con los acontecimientos, haciendo que nos sintamos aprisionados y desorientados como sus protagonistas; el estilo es ligero pero, irónicamente, la pluma se vuelve densa y asfixiante, y aunque nos relata esta inquietante historia un adolescente, sentimos una constante opresión en el pecho y nos revolotea a todas horas la idea de qué haríamos en su lugar. En adición, el autor
no escatima en detalles y cualquier escena desagradable u horripilante que surja en el relato, ha de ser contada, para regocijo de nuestra imaginación.
Diario del búnker, aunque sea una historia ficticia, se hace muy real, demasiado.
Los hechos pueden ser reflejados tranquilamente en nuestra realidad, pues Linus nos presenta a su secuestrador, una mente perturbada que desea ver hasta dónde llega el ingenio humano, y su genial idea es criar en un búnker a seis personas, a la espera de resultados satisfactorios. El contexto es horripilante y los personajes, que solo han sido escogidos por el azar, acrecienta la sensación de desagrado y repugnancia. Linus no es para nada un personaje heroico que solucione todo a su paso, sino más bien un chico de 16 años que vive en la calle y se ve encerrado por un maníaco junto a seis desconocidos, y se deja llevar por la rabia y la desesperación. A ello le añadimos otros cinco secundarios más que, aunque empiezan con ciertos clichés, acaban desenganchándose de ellos y mostrando distintas facetas de la realidad humana que incomodarán a más de uno.Pero ante todo,
Diario del búnker me ha impactado y desmoronado a partes iguales por no ser precisamente un libro positivo: en esta historia no nos centramos en la huida sino ante todo en los sentimientos de los personajes, en la manera en que sus defensas se van resquebrajando y van dando paso a la agonía y al sufrimiento más puro por estar vivo. De esta manera, nos alejamos bastante del porqué de esta situación tan insostenible, e incluso os adelanto que vuestras respuestas no quedarán respondidas, al menos no todas, pues Brooks no quiere simplemente ofrecer una novela sino algo en lo que pensar.
Diario del búnker se hace casi insoportable en según qué momentos y tuve que leer con mucho esfuerzo y paciencia la última parte, donde realmente la imaginación te juega malas pasadas y el destino de los personajes te cala hondo.
Ha pasado ya un mes de esta lectura y sigo pensando en todo el horror que he leído, que he vivido a través de los ojos de seis personajes.Diario del búnker sorprende, para bien o para mal. Es devastadora y desgarradora, repleta de escenas intensas y desagradables donde Brooks nos lleva de la mano, casi obligados, a este perturbador experimento de la naturaleza humana.
No es una película, pero podría serlo. No es real, pero el autor se toma tantas molestias en este relato que cuesta no pensarlo. Desde luego, es una lectura que no puede dejarte indiferente.