Autora: Paullina Simons
Saga: Tatiana y Alexander#1 (de 3) (me han dicho que la saga se llama así, ahora para que no xD)
Editorial: Debolsillo
Edición: De bolsillo (lógico xD)
Número de páginas: 784
Género: Romántico histórico
Sinopsis: Leningrado, 1941: La guerra parece lejana en esta ciudad de antigua grandeza, donde dos hermanas, Tatiana y Dasha Metanov, comparten un minúsculo apartamento con su familia. La vida bajo el gobierno de Stalin es dura, pero las privaciones que les esperan ni siquiera son imaginables: el ejército de Hitler está a punto de invadir su querida patria.
Bajo el terror y la dificultad, se esconden la belleza y la esperanza: Tatiana ha conocido a Alexandr, un joven oficial del Ejército Rojo de misterioso y turbulento pasado. Mientras el ejército alemán y el duro invierno cercan la ciudad, los amantes se ven abocados a un amor imposible que puede desgarrar la familia de Tatiana y ser, para Alexandr, tan destructivo como la guerra. Y, mientras tanto, la corriente de la Historia arrasa a su paso el mundo tal y como ellos lo han conocido y amenaza con cambiarlos para siempre.
Opinión personal: No sé cómo empezar esta reseña porque cualquier cosa que pueda deciros va a quedarse pequeña en comparación a lo que yo he sentido mientras lo leía, pero parafraseando a mi amiga Jannan, os diré que para mí; este libro ha sido un auténtico tsunami de feelings. Creo que hacía mucho tiempo que no leía algo tan y tan bonito y a la vez tan desgarrador. Creo que al terminarlo, mi alma se ha destrozado en pedacitos, es así.
No pienso acobardarme. No agacharé la cabeza. Encontraré la manera para volver a levantar la vista. Dentro de mí no quedará nada, excepto tú, Alexandr.
El jinete de bronce es -en cierto modo- la evolución de niña a mujer de nuestra querida protagonista: Tatiana Metanova. Al empezar la historia, Tania solamente es una niña, pero conforme avanza, las circunstancias, la guerra, y las situaciones por las que debe pasar, hacen que Tatiana crezca de golpe y se convierta en una mujer muy valiente. Y es que aunque a veces Tania me exasperase un poquitín
También os diré que he utilizado la función del subrayado del kindle en toda su esplendor, porque realmente hay cosas para subrayar muy remarcablemente; y para ser recordadas.
«Camina, camina, no levantes la vista -se dijo Tatiana—. Tápate la cara con el pañuelo, tápate los ojos si es necesario, pero no levantes la vista, no mires Leningrado, no mires el patio donde se amontonan los cadáveres, no mires las calles donde los cuerpos yacen en la nieve, levanta el pie y pasa por encima de ellos. Rodéalos. No mires, no quieres ver.»
Aparte de haber leído muy buenas reseñas del libro, quise leerlo (también porque Sileny me lo recomendó), porque se ambientaba dentro de un marco histórico que me interesa mucho desde siempre: La segunda guerra mundial y es que la autora consigue la ambientación perfecta. He llorado y he sentido compasión, estuve con los heridos de guerra como Tania, y he sentido a Tatiana y Alexandr como si fuesen reales, de verdad. Y creo que debería volver a hacer el TTT de mis parejas favoritas, porque quiero mucho mucho a Tatiana y Alexandr. Juntos y por separado.
Y valoro el hecho de que cada día podamos comer más que antes. Y ésto va completamente en serio.
Tal vez venga esta noche y hable conmigo como si todavía estuviese vivo, como si yo estuviese viva. ¿No hay nadie que pueda hablar conmigo? Nadie se siente cercano a mí, todos han desaparecido dentro de ellos mismos, como si yo no estuviese aquí.
Leí por ahí que se consideraba el sucesor de Lo que el viento se llevó, y la verdad es que no me extraña nada, porque me parece un libro épico en todos los amplios sentidos de ésta palabra. No veo la hora de empezar su segunda parte (que preveo, será muy pronto). No sé qué más decir para convenceros, ya he dicho que cualquier cosa que diga va a quedarse pequeña, porque este libro es sencillamente perfecto y no tengo palabras para describir todos los sentimientos que he tenido leyéndolo, cosa que me parece maravillosa y casi un privilegio como lectora.
Crecí, Dasha -le contestó Tatiana para sus adentros-. En algún lugar entre el lago Limen y el comienzo de la guerra, la niña se hizo mayor.
¿Si os lo recomiendo? SÍ, sin duda, creo que es la mejor lectura que llevo en éstos meses, y me voy a poner muy proselitista con este libro porque solamente tengo que mucho amor por él
Y ahora quiero ir a San Petesburgo, llamadme rara si queréis; ¿la gente que lo habéis leído no teníais curiosidad de pisar esa ciudad después? La ambientación es perfecta, creo que el trabajo de Simons es sencillamente perfecto, y que no podría haber hilado mejor una historia de amor tan maravillosa en un contexto tan desgarrador como es una guerra.
—Algún día —dijo Alexandr, mientras la cogía en brazos—, tendrás que explicarme por qué tomaste el autobús número 126 y cruzaste todo Leningrado hasta la terminal, —Algún día -manifestó Tatiana-, tendrás que explicarme por qué me seguiste.