"Estaba acostumbrado a ver gente asustada allí. Sin embargo, debajo ese miedo, solía subyacer, por lo general, la conciencia. La conciencia de que ocurriera lo que ocurriese en el Sueño, no era real".
Libro: El juego infinito (
The Eye of Minds, 2013)
Autor: James Dashner
Editorial: Montena
Género: ciencia ficción juvenil, misterio, aventuras
Año de publicación: abril 2014
Edición: tapa blanda con solapas
Páginas: 352
Web: James Dashner &
Dashner ArmyExtras: BooktrailerValoración: 7/10
¿De qué trata?
Michael es un hacker de Red Virtual, el adictivo juego de realidad virtual que arrasa entre los adolescentes. Allí tiene amigos de verdad: Sarah y Bryson, y gracias a su capacidad para manipular la tecnología y saltarse las normas pueden exprimir al máximo la plataforma y vivir experiencias al límite. Sin embargo, la diversión acabará cuando el gobierno dé alcance a Michael... Su objetivo: que les ayude a detener a un jugador sin identificar que está sembrando el pánico en la red.La Doctrina de la Mortalidad 1/3: [Gunner Skale] // El juego infinito // The Rule of Thoughts // ?
A estas alturas, a una semana del estreno de la adaptación de su gran novela, no hacen falta presentaciones para James Dashner. Aunque conocemos de sobra su trilogía
El corredor del laberinto, lo cierto es que es un autor de varios éxitos a sus espaldas, en menor medida, y
El juego infinito, extrañamente, ha cosechado bastante indiferencia y hasta alguna que otra crítica negativa por estos lares, yo vengo aquí a romper una lanza a su favor: para mí ha sido justo lo que buscaba para hablar de redes, mundos digitales e Inteligencia Artificial.
Después de que casi tuvieran que desfibrilarme metafóricamente tras la impresión final de su increíble trilogía
El corredor del laberinto,
me encantó saber de esta nueva obra donde jugaba a ser un auténtico Deus ex machina, con un mundo virtual repleto de usuarios que se ve asolado por la avaricia corrupta de un jugador que desea ser omnipotente, por lo que es necesaria la participación de Michael, un
hacker. Pese a que muchos han tachado esta historia de previsible e incluso aburrida, con un chico que se ve en la obligación de prácticamente vivir conectado al videojuego para adentrarse en los recovecos más oscuros y desagradables de Internet, a mí me ha enganchado fácilmente por sus múltiples bazas y una trama llena de callejones sin salida. Lo primero que me ha hecho gritar de júbilo ha sido
la Red Virtual y la subyacente crítica de una sociedad absorbida por las tecnologías, incapaces de relacionarse en el mundo físico porque escribir mediante un teclado resulta más cómodo y privado. Dashner, que nunca escatima en nada a la hora de desarrollar la acción, plasma un mundo digital irreal repleto de posibilidades, pero bastante halagüeño, con
crackers, virus devastadores, juegos bélicos donde puedes sentir el dolor y hasta la posibilidad de morir dentro de tu propio cerebro virtual si no has conseguido programarte adecuadamente.No os lo voy a negar, aunque
posee la típica pauta de un héroe venido a menos que debe salvar a la humanidad dejándose la vida en el intento, he disfrutado del largo recorrido que deben realizar Michael y sus amigos para dar con el paradero del famoso jugador sin identificar, porque ha sido de un ritmo vertiginoso y repleto de adrenalina. En cada mundo o juego que debían protagonizar, era consciente de que Dashner no pensaba crear ninguna atmósfera segura e incluso les obligaba a probar el sabor amargo de la muerte, aunque luego pudieran revivir sus vidas virtuales. Así, a cada capítulo,
me he sentido más y más hechizada y cautivada por la Red Virtual, la fascinación y el miedo que me han despertado han sido a partes iguales, e incluso sus reminiscencias a ciertas películas y series del género han sido de un indescriptible gozo, a destacar
A.I. Inteligencia Artificial (2001) o
ReBoot (1994), e incluso he llegado a evocar ciertos pasajes de
La historia interminable por la aparición de acertijos para seguir adelante. Y después, el giro inesperado,
ese final que nos desencaja la mandíbula, que corrobora una vez que James Dashner sabe insuflarnos vida en una historia de características manidas y dejarnos con ganas de más. Incluso hasta de jugar con Michael.
Así pues, no supera
El corredor del laberinto pero sí que
ofrece una lectura adictiva y muy contemporánea sobre el atractivo sobre la generación digital a la par que todos los peligros que ofrece. Repleto de acción y algún que otro giro imprevisto, con el aliciente de un mundo de ensueño bien construido y programado, no lo descartaría sin darle una oportunidad.