Literatura: 'El mar de la Tranquilidad', de Katja Millay

Publicado el 20 abril 2016 por Cristina @miss_xerinola

"En realidad, morir no está tan mal cuando ya lo has hecho una vez. Y yo lo he hecho. Ya no tengo miedo de la muerte. Tengo miedo de todo lo demás."


Libro: El mar de la Tranquilidad (The Sea of Tranquility, 2012)Autor: Katja MillayGénero: drama juvenil contemporáneo, romanceEditorial: Plataforma NeoAño de publicación: marzo 2015Edición: tapa blanda con solapasPáginas: 456Web: Twitter Katja MillayValoración: 5/10
¿De qué trata?La antigua prodigio del piano Nastya Kashnikov solo quiere dos cosas: terminar el instituto sin que nadie conozca su pasado y conseguir que el chico que se lo arrebató todo -su identidad, su espíritu, sus ganas de vivir- pague por lo que hizo. La historia de Josh Bennett no es ningún secreto. Cada persona que ha amado ha sido arrancada de su vida, y a los diecisiete años no le queda nadie. Ahora lo único que quiere es estar solo. Y parece que la gente comprende que no necesita compañía. Todos excepto Nastya, la misteriosa chica nueva del instituto, que poco a poco irá acercándose a él. Pero cuanto más llega a conocerla, mayor es el enigma. A medida que su relación se intensifica, las preguntas sin respuesta salen a la luz y él comienza a preguntarse si alguna vez sabrá quién es Nastya en realidad, o incluso si quiere descubrirlo.
Mucho ruido y pocas nueces. Así resumiría mi incursión en esta novela juvenil rebosante de drama e intensidad, repleta de sentimientos y desgracias de las que te desgarran el corazón, pero que una vez masticado y digerido todo, queda una historia sosa e insuficiente.
No sabría decir qué factor ha sido el causante de mi desapego a El mar de la Tranquilidad, porque si tuviera que presentarla sin añadir mis impresiones, os diría que este debut tiene todo para gustar al público: dos personajes envueltos en misterio, un ardiente e imposible romance, la tragedia constante de ser adolescente y la terrible e impactante desgracia en el pasado de la protagonista que siempre intenta ocultarnos y que nos hace querer más y más de la historia. Y aunque no os puedo negar que me mantuvo con la intriga y conteniendo la respiración en más de un momento a la espera de la verdad más absoluta, no puedo negaros también lo obvio, y es que El mar de la Tranquilidad me ha aburrido y hasta superado en gran parte de su narración.Gran parte del problema de mi indiferencia respecto a este debut literario tan asombroso y único para muchos es que posee una narración tan intensa que satura al lector. Y no en el buen sentido. Aunque Millay se recrea constantemente en la tragedia de sus personajes y no escatima en detalles a la hora de recordar el pasado más oscuro y supurante de dolor, se regodea demasiado en el mismo sentimiento, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. Y Natsya, por mucha pena que dé respecto al accidente que le sesgó las alas de un futuro mejor, es una protagonista repetitiva y soporífera. Puedo entender perfectamente que le mueva a rabia y la venganza, pero he llegado a cansarme y a enervarme -y mucho- por sus discursos reiterados sobre la venganza que se cobrará o que no quiere a nadie a su alrededor porque está rota por dentro. Pero este tipo de mensaje llega a encontrarse hasta escasas páginas del final, y esto, sintiéndolo mucho por la autora, no ayuda porque no se ve evolución ni propósito real ninguno. En adición, no es que ningún otro personaje salga mejor parado. Por alguna extraña razón, Millay ha decidido que, en su debut, todos sus personajes sufran y se revuelquen en su dolor, y nada más.Por último, El mar de la Tranquilidad esconde un terrible secreto que es el que mueve al lector en su lectura, y éste es el pasado de Natsya. Como he comentado más arriba, la muchacha no hace más que recordar en sus capítulos que su futuro está roto por culpa de un fatídico hecho de su pasado, pero éste sólo se desvela a escasas páginas del libro, y personalmente la autora no ha sabido gestionar correctamente el misterio de su fatalidad, porque no hace más que alimentar la imaginación del lector con todo tipo de catástrofes morbosas y enfermedades para encontrarse con un secreto más bien normalucho y un tanto insulso, teniendo en cuenta las expectativas. 

Las críticas que acompañan esta novela aseguran que su historia seguirá a todo lector durante años por su intensidad y dolor, pero desde luego a día de hoy he olvidado gran parte de su narración. A la próxima obra de Millau le pido más dinamismo y complejidad en sus personajes, y que se centre más en una historia que en el drama ajeno.
Con la colaboración de Plataforma Neo