"Quiero que los rayos me encuentren. Nada te hace sentirte más viva que quedar fulminada por un rayo. A menos, por supuesto, que te mate."
¿De qué trata?«Me llamo Mia Price y soy adicta a los rayos». Estadísticamente, la probabilidad de que te caiga un rayo es de uno entre más de medio millón. Pero a sus diecisiete años, Mia es la excepción a la norma: las tormentas siempre parecen perseguirla. Tras un trágico accidente, su familia se traslada a California, el lugar más soleado de los Estados Unidos. Un año después, un terremoto sacude Los Ángeles y sólo una enorme torre se salva de convertirse en escombros. Entonces el caos se apodera de la ciudad: hay un mercado negro de medicamentos y la gente empieza a seguir con fervor a un fascinante profeta que anunció el terremoto. Y entretanto, Mia tiene extraños sueños protagonizados por una torre, un chico y el fin del mundo.
Fulminada 1/¿2?: Fulminada // Aftershock
Pese a que el género distópico es de mis preferidos y engullo lo que se me ponga por delante, sin distinciones ni excepciones, con Fulminada me he topado con un muro que no he conseguido derribar ni con mis mejores intenciones. Aunque Jennifer Bosworth ha creado un debut más que interesante, original en su medida y con un planteamiento religioso para relamerse los labios, no he sintetizado para nada lo que quería explicarme por su estilo tan superficial y teatral.
Primeramente, no me he creído nada de lo que me contaba Bosworth. Aunque es una distopía y, por lo tanto, un futuro incierto y dentro de los parámetros del o imposible, siempre me gusta degustar novelas que tengan unos cimientos fuertes y consolidados; en Fulminada, no ha sido el caso. Empezando por un cataclismo postapocalíptico que solo ocurre en Los Ángeles, que no hay nada que me horrorice más que las desgracias puntuales y topográficamente americanas; después, que pese a que te hablen de pobreza aguda, pandemia y malestar social, nuestra protagonista siga teniendo la casa intacta -que no sufre vandalismo alguno y su única protección es cerrar con pestillo las ventanas, inaudito-, que tengan luz y agua e incluso un coche que aún no le han robado... aunque Mia comentaba que pasaba hambre por el racionamiento de comida y que incluso tenía la ropa sucia, cuando me topaba con este tipo de detalles tan inverosímiles e incongruentes, me daba cuenta que Bosworth aún tiene mucho que aprender. Y lo mejor, sin duda, es su estilo sin pulir, tan dado a escenas manidas y tópicas que no hacía más que repetir y regurgitar, como cuando un personaje habla desde el fondo de una habitación y se nos presenta apoyado en la pared, con los brazos cruzados y sonrisa lobuna... ¿sabéis adónde quiero ir a parar? Fulminada me ha sacado de quicio contextual y literariamente.
No obstante, aun con esfuerzo, Fulminada me ha gustado. Primero, porque el poder de los rayos y el misterio de por qué Mia es fulminada reiteradamente y cuál es su destino con el mundo te mantiene en vilo y hace que, aun chirriando mientras ves incongruencias en la historia, sigas leyendo para saber cuándo será la próxima tormenta. No lo podemos negar, es un poder original y se desarrolla con soltura. Pero, ante todo, porque ha tocado un tema poco explotado en la literatura juvenil, o muy interesante a mi parecer: la religión y la opresión. Bosworth ha jugado, esta vez sí, sus cartas hábilmente para plasmarnos la fragilidad de la mente humana y su convicción en la creencia cuando se topa con un hecho inexplicablemente. En este caso, la aparición de un falso Profeta que otorga la redención para aquellos que se unan a su causa divina puesto que él vaticinó el cataclismo. Mia ha sido en este aspecto una protagonista poderosa y escéptica que me ha ofrecido intensos debates sobre qué creer y cómo creer, además de darle un toque paranormal a los grupos religiosos y, casi para el final, me tenía más que intrigada por saber qué grupo elegiría para salvar, o no, a su familia.
Fulminada ha sido una novela bastante intensa y original con la que temer las tormentas y hacerte sopesar cómo sería el fin del mundo en estas condiciones, que además ofrece un inquietante trasfondo religioso, pero Bosworth peca en introducción y en haber desgranado poco un género que da frutos enseguida. Espero que todas las carencias que he visto en Fulminada se arreglen en su segunda parte, porque el inicio, promete.
Lectura realizada en conjunto con Vir y Chris Lightwood, ¡pasaos por sus blogs!
Con la colaboración de Nocturna Ediciones