Juntos #1 | 347pp
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Ha llegado el momento más importante en la vida de Cassia: las autoridades van a comunicarle quién es su "pareja perfecta", la persona con quien deberá compartir el resto de su vida. Pero un extraño error informático hará que Cassia se enamore de la persona equivocada... En el mundo de Cassia, las autoridades lo deciden todo. A quién debes amar, de qué debes trabajar, incluso cuándo debes morir. Cassia nunca ha cuestionado las decisiones que han tomado por ella, ni siquiera cuando le comunican que su «pareja perfecta» -la persona con quien deberá compartir el resto de su vida- es Xander, su mejor amigo. Los problemas llegan más tarde, cuando un extraño error informático hace que en la microficha que las autoridades le han entregado aparezca la cara de otro chico: el enigmático Ky. Con una mezcla de estupefacción y curiosidad, Cassia empieza a investigar. ¿Y si este error no fuera fortuito? ¿Y si la persona de su vida no fuera quien le han asegurado que es?
Después de haber pasado por algunas distopías juveniles, con más éxito que decepción, me embarqué en la aeronave de Juntos para que ella me llevara por los derroteros que más le interesaran. Yo estaba blanco como un papel, como intento estar siempre que empiezo un libro que ha creado gran movimiento en las redes literarias: intenté no tener expectativas, no creer ni si era bueno o era malo, simplemente, leer. Y me encontré con una novela que me sorprendió gratamente, que me introdujo con cuidado en un ecosistema trabajado desde el detalle, con mimo. Me encontré conviviendo con Cassia en la Sociedad que gobierna sus ideas y sentimientos. Y lo mejor de todo, lo que ella sentía, lo sentí como mío.
Cassia está presa en un mundo que, hasta el día de su emparejamiento, le parecía perfecto: tenía una familia diez que la quería, un mejor amigo (ahora su novio y más pronto su prometido y futuro marido), un trabajo esperándole a la vuelta de la esquina y una vida larga y saludable. Sin embargo, esa ilusión óptica termina de romperse cuando un error aparece en la pantalla de su terminal al introducir la microficha de la vida de Xander, su mejor amigo y también su pareja perfecta, y ha visto la cara de un chico totalmente diferente. Allí, en la pantalla donde debería aparecer el rostro de Xander, como el chico de su vida. Eso al principio la deja anonadada. La Sociedad jamás se equivoca, todo lo tienen controlado… ¿Entonces? ¿Qué ha ocurrido? Lo peor de todo es que a ese chico también lo conoce. Se llama Ky, y… a partir de ahora, no volverá a verlo con los mismos ojos. Sí, puede que parezca típico, puede que creáis que el romance se desarrolla a pasos agigantados, pero no es así. El ritmo de la historia podría tildarse de lento, con poca acción, pero realmente está repleta de acción, de actos heroicos, pequeños detalles que marcan un antes y un después. La autora de “Juntos”, Ally Condie, lo ha hecho francamente bien: 1). El romance entre nuestros protagonistas no es absurdo y sin bases fundamentadas, desde el principio del libro la amistad es la clave para todo lo que ocurre después. Todo tiene su por qué, su lógica. 2). Cassia se enfrentará a una terrible decisión y lo hará como lo haríamos cualquiera de nosotros; ella vive en un mundo que creía perfecto, para revelarse contra él, necesita tiempo, su mente necesita tiempo para asimilar, para decidirse a actuar. Es un gran punto del libro, porque asistimos a una trama contada a la perfección, sin prisas, sin incongruencias como en otras distopías (pongo por ejemplo “Marca de Nacimiento”, donde la protagonista se rebela al día siguiente, sin más miramientos y sin más motivos). 3). El mundo de la Sociedad es tremendamente interesante y está hecho aposta para que necesitemos cada vez más información sobre su forma de vida, de orden y de autoridad. La autora va dejando pistas: los extraños pastilleros de todos los conciudadanos, con su pastilla azul, su pastilla verde y la misteriosa pastilla roja; la distribución de comida por nutrientes, controlando hasta qué comen o dejan de comer. La famosa estampa de la familia cocinando en una cocina amarilla no existe, ya nadie hace de comer en sus casas, la comida entra volando por el “receptor de comida”; la Sociedad se ha ocupado de que sus habitantes estén a salvo, pero todo tiene fecha de caducidad. A los 80 años, deberás despedirte de todo lo que conoces, porque estarás obligado a morir. Sinceramente, podría enumerar miles de razones para explicaros por qué debéis leer Juntos, pero no lo haré. Diré que el libro es, por ahora, de los mejores que he leído en lo que llevo de año (he leído 13 libros hasta la fecha) y me ha dejado un sabor inmejorable en la boca. El romance, la Sociedad, los personajes… todo está medido a la perfección. Estoy muy intrigado por saber qué ocurrirá en Juntos: caminos cruzados, pero sea como sea, este es un debut inmejorable.
Lo único que reprocharía a Ally Condie en su afanado intento de sorprendernos con algo realista, basado en un futuro incierto y lejano, es que se ha olvidado de algo muy importante: en su sociedad no existen las personas homosexuales. No hace alusión a ellas durante todo el libro, y creo que era explícitamente necesario. El motivo es simple: la Sociedad obliga a hombres y mujeres a emparejarse a cierta edad, para luego obligarlos a casarse y tener hijos sanos. Todo ello es promovido en pos de la felicidad del ser humano, para que así, lleguen sanos y fuertes a los 80 años. La única alternativa a esto, es la soltería, decisión irrevocable por otro lado. Se impone una heterosexualidad enfermiza, y lo peor, se presupone que todos son felices así. ¿Y dónde están las lesbianas? ¿Dónde están los gays? ¿Dónde quedan ellos? Teniendo en cuenta que la homosexualidad es una realidad, en este libro también deberían existir, y no existen. Los pasan totalmente por alto, y se deduce que todo el mundo es heterosexual, por eso viven felizmente con sus parejas (todas ellas emparejadas desde el Gobierno, no lo olvidemos). Aunque fuera por una especie de mística felicidad por seguir la norma, el cuerpo es el cuerpo, y si eres gay, seguirás siendo gay, diga el Gobierno lo que diga. Entonces, saco en claro que la autora suprime totalmente una orientación sexual que existe hoy, que existió ayer, y que existirá siempre. Pues la homosexualidad no es ni una condición ni una opción, es igual que la heterosexualidad. “Es” y punto, y no se puede cambiar ni es sano reprimir. Ally Condie podría haberlo solucionado fácilmente diciendo, por ejemplo, que la Sociedad también tenía en cuenta la orientación sexual de cada uno para poder emparejarlos con sus gustos. Porque si buscan la felicidad del individuo para hacerlos vivir hasta los 80, hay gente que debió morir antes y no se nos dice, porque la heterosexualidad obligada como norma de vida, ha demostrado a lo largo de la historia que causa dolor, desesperación y muerte. Si seguimos por este camino, encontramos otra incongruencia: emparejaban según las estadísticas y las probabilidades de “gusto” de los individuos. ¿Si alguien es gay, cómo es posible que pasen por alto “las probabilidades de gusto” hacia el mismo sexo?
A pesar de esto, como conclusión saco que “Juntos” es una apuesta fuerte, carismática y con todas las papeletas de ser un libro redondo. Tiene todo lo necesario para engatusar al público más exigente y no cae en la fantasmada o la cursilería. Es poético, romántico y, sobre todo, es revelador. Juntos es una novela por la que merece la pena invertir el tiempo.