Como siempre, una ficha técnica:
¿De qué trata?
Evie O’Neill ha dejado su aburrido pueblo natal para vivir en la fascinante Nueva York, repleta de música, bares clandestinos, coristas y carteristas libertinos. El único inconveniente es que tiene que vivir con su tío Will, un hombre obsesionado con las fuerzas ocultas. La mayor preocupación de Evie es que alguien descubra su secreto: un extraño don que no le ha traído más que problemas. Sin embargo, cuando la policía encuentra a una chica asesinada marcada con un símbolo críptico y llaman a Will para ayudar, Evie se da cuenta de que su habilidad podría atrapar a un asesino. La ciudad que nunca duerme rodea el baile de Evie alrededor del asesino, aunque, de espaldas a todos ellos, algo oscuro y diabólico ha despertado.
Los Adivinos 1/¿2?: Los Adivinos // Lair of Dreams
Los Adivinos es, sin duda, el libro más bien estudiado, a la par que voluminoso, que he leído en lo que llevo de año, muy seguido de cerca por otra novela de misterio paranormal que reseñé hará unos meses. Dicha novela presente, de más de 600 páginas que he ido cargando a lo largo de dos semanas y que, aunque he disfrutado por todo su misterio paranormal y la exquisita documentación para plasmar la Nueva York de los años 20, también ha llegado a producirme cierta pesadez, no solo en el brazo, sino porque a Libba Bray, como ya no recordaba, le encanta esmerarse con cada detalle, con cada descripción, con cada paso que dan sus personajes.
Desde luego y como bien sabéis, este es el género por el que suspiro e incluso salivo, y Libba bray ha sabido conquistarme sólo con sus sinopsis. Situados en la época de la ley seca en Nueva York, ensordecidos por el ritmo de vida frenético de Manhattan y con unos personajes que están en plena revolución, nuestra protagonista Evie se da de bruces con un asesino en serie que está realizando una serie de rituales satánicos. Tras esas manos que asesinan e incluso descuartizan sin piedad, la muchacha debe usar su don, del que solo tiene malos recuerdos, para dar caza al espectro que amenaza con despertar a la Bestia, un ser demoníaco con claras intenciones genocidas.
Libba Bray ha vuelto a acertar y a demostrar que es una auténtica maestra de la pluma, pues solo hay que iniciar esta travesía literaria para descubrir que no solo la sinopsis es seductora y perversa, sino que el interior está estudiado y documentado al milímetro. No solo además por la época, de la que descubriremos la moda, la política, los avances en cuanto a tecnología e incluso lo que causa furor en las fiestas de la ciudad, sino también, y he aquí el gran tema estrella, sobre religión, creencias, rituales místicos y esoterismo. El asesino está constantemente relacionado con una serie de profecías y sacrificios y, para ello, habrá que documentarse y cerciorarse de cada grupo eclesiástico, secta e incluso de sueños premonitorios para atraparlo. Bray se ha documentado a conciencia y cada capítulo es una gozada, pues nos hace partícipes de cada paso de la investigación, e incluso conocedores, sin darnos cuenta, de los peligros que supone dibujar un pentáculo o silbar la canción del asesino.
Aun así, no es oro todo lo que reluce. Los Adivinos se me ha antojado a veces un libro un tanto pesado, pues la enorme y exhaustiva documentación hace las veces de arma de doble filo y no puede ser del gusto de todos: la autora se entretiene por igual en describirte el descuartizamiento del asesino en serie, la visita a una secta satánica o un encarnizado debate político sobre los derechos de los trabajadores. Además, y siento confesarlo, el final me ha sabido a poco, por no decir nada. Después de que Bray nos ofrezca un libro increíble, donde se percibe en cada letra impresa el sudor y el esfuerzo por relatar una historia compleja y bien entretejida, el desenlace apocalíptico se suple en poco más de dos capítulos. Al menos en mi caso, cuando he llegado la última página y me he visto forzada a cerrar el libro, he tenido que pensar seriamente en que había finalizado la primera parte, no sin la certeza de que me esperaba un clímax más grande y elaborado por parte de la autora, que me lo debía por esta intensa lectura, y he llegado a sentirme estafada.
Aun con este contratiempo, Los Adivinos es increíble, brutal, apabullante en contenido. Una época compleja y revolucionaria de fondo para hablarnos de lo paranormal, lo místico y lo malvado, con un grupo de personajes dispares y únicos que están todos por explotar, en lo que espero sea una continuación con los mismos ingredientes y muchas, muchas más sorpresas.