Literatura: 'Perdido', de Maggie Stiefvater [Los lobos de Mercy Falls #4]

Publicado el 04 febrero 2015 por Cristina @miss_xerinola

"Soy lo que soy, y no tiene remedio. Un artista, un cantante, un licántropo, un pecador."


Libro: Perdido (Sinner, 2014)Autor: Maggie StiefvaterEditorial: Grupo SM Género: romance juvenil, paranormal, fantasíaAño de publicación: septiembre 2014Edición: tapa blanda con solapas Páginas: 384Web: Maggie StiefvaterExtras: BooktrailerValoración: 7/10
¿De qué trata?Hace tiempo, Cole era el cantante de Narkotica, y el éxito era la clave. Hace tiempo, Cole perteneció a una manada de lobos en Minnesota, y el frío era la clave. Hace tiempo, Isabel y Cole tan vez llegaron a amarse. Pero de eso hace toda una vida. Ahora Cole está en Los Ángeles, la ciudad donde se cumplen los sueños, la ciudad donde siempre es verano, la ciudad donde vive Isabel. Solo él sabe de verdad por qué ha regresado. Otra vez bajo los focos, otra vez en la vida de Isabel, otra vez perdido.
Los lobos de Mercy Falls 4/4:  Temblor  //  Rastro  //  Siempre  //  Perdido

"Soy un hombre lobo en Los Ángeles". Y así, con esta sencilla frase, de apariencia mundana y sin ningún significado añadido a lo que dice, pero con la magia incrustada en cada una de sus letras que hace que todo vibre y cobre significado, Maggie Stiefvater vuelve a enamorarme. Porque estamos ante el cuarto volumen de una trilogía original intensa sobre hombres lobo y el invierno, pero nos hacía falta este pequeño apéndice para saber más de uno de los personajes más carismáticos y autodestructivos de sus novelas. Porque nos hacía falta saber más de Cole St.Clair para enamorarnos como es debido. Porque nos hacía falta más Cole St.Clair y punto.


Pero antes, debo confesar: Perdido no me ha perforado el corazón como la trilogía original, no me ha hecho rellenar el libro con pósits -pero casi-, ni maravillarme de la imaginación de Stiefvater respecto a su idea de la licantropía como enfermedad -pero casi-, ni suspirar con cada frase -pero casi-, ni sentir, una vez finalizado el libro, que se llevaba otro pedacito de mí. Me ha encantado, me ha enamorado, me ha desgarrado un poquito por dentro, me ha hecho contener las lágrimas cuando ha sido necesario, pero tampoco ha llegado a conquistarme por completo y sentir que ya no podría vivir sin mis lobos. Casi. Perdido ha sido un mal necesario para esta trilogía, pues la autora necesitaba vomitar todo lo pertinente a Cole St.Clair que quedó en el tintero para poder comprender, por fin, cada uno de los recovecos de su mente y su manera de actuar. La licantropía, en este cuarto volumen, es solo un aliciente más para caracterizar al personaje, y quizá esto es lo que más he echado en falta, pues ante todo estamos aquí para saber del pasado, el presente y el futuro del cantante de Narkotica, no del licántropo. Así, en este pequeño drama con aires televisivos donde vemos lo peor de la indústria musical, Stiefvater nos ofrece pequeñas pinceladas, un tanto desordenadas y más que estrambóticas, sobre lo que había sido Cole y de lo que quiere ser después de conocer a Isabel, otro personaje rescatado que necesitaba explayarse y crecer, aunque quizá ella misma necesite un epílogo exclusivo.La narración sigue igual de singular y original a lo que nos tiene acostumbrados Stiefvater, siempre pendiente de cada detalle para apreciar la vida, aunque en este caso, la mala vida. Tanto Cole como Isabel deben aprender a amarse de nuevo y no son pocos los pensamientos negativos o instintos suicidas de ambos, las indiferencias o los impulsos, pero ante todo, el ansia del reencuentro esperado y de terminar unos sentimientos a medias.
Aunque en España se nos haya rebautizado con el nombre de Perdido, el cual también es muy acertado para Cole, no está de más recordar que se titula Sinner, pecador, y justamente nuestro protagonista nos hace pecar con sus excesos y excentricidades, de sus anhelos por las drogas y sus delirios lobunos. Pese a que va en sintonía con su manera de ser, obliga a veces a aminorar el ritmo de lectura, pues en más de una ocasión Stiefvater plasma con tal escrupulosidad y maestría -esa maestría que tanto adoro y de la que nunca espero menos- cada uno de sus desenfrenos y agobios que acaba traspasando nuestra propia piel y acabando con el encanto de un personaje estrella. Pero como siempre, alabo lo evidente, la pluma de Stiefvater encarnando la incesante búsqueda de uno mismo, de la verdadera razón de por qué Cole, que quiere seguir pecando en la vida, se siente tan perdido.
Cuando era lobo me olvidaba de mí. Mi ser se reducía a la mínima expresión, a una ecuación de primer grado. No era ni más ni menos que un animal.
Era lo que todas y cada una de las drogas que había probado pretendían lograr.

Y qué más decir. Es Maggie Stiefvater. Es el cuarto volumen de Los lobos de Mercy Falls. Es Cole St.Clair recuperando su pasado y entrelazando su futuro junto a Isabel. Es la prosa de esta grandiosa autora, esa que te aguijonea el corazón con cada capítulo y cada sentimiento. Es un libro que se queda a pocos milímetros de un pedestal como sus otros hermanos, pero lo roza con cariño. Es una novela que hay que leer. Es este artista, es este cantante, es este licántropo perdido

Con la colaboración de Grupo SM